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Salvador Romero, del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia, vinculado a USAID y CIA

Por Verónica Zapata, periodista y psicóloga boliviana

El Tribunal Supremo Electoral (T.S.E.) postergó por tercera vez la fecha electoral en Bolivia del 6 de Septiembre al 18 de Octubre, poniendo como excusa, la pandemia. Esto rebalsó la paciencia del pueblo boliviano que desde el lunes 3 de agosto bloqueó 150 puntos del país a manera de protesta.Las demandas van más allá de lo electoral: se exige el acceso al derecho a la salud, a la educación y al trabajo. Además, en los bloqueos se empezó reclama la renuncia de Jeanine Áñez.

La ley N° 1297 de Postergación de las Elecciones Generales refiere que se realizarán en un plazo máximo de 127 días computables a partir del 3 de mayo, es decir, hasta el 6 de septiembre.


Los medios de comunicación masivos difunden que las organizaciones sociales rechazan la nueva fecha electoral por capricho. Sin embargo, las organizaciones convocantes del paro argumentan su rechazo, no sólo por ser considerada una burla por las múltiples postergaciones, sino porque la decisión fue tomada por el T.S.E. de forma unilateral, inconstitucional e ilegal, mediante una resolución por encima de la ley N° 1297 y N° 1304 que convoca a elecciones, avasallando la Constitución Política de Estado (C.P.E.) y a la Asamblea Legislativa.
La ley N° 1297 de Postergación de las Elecciones Generales refiere que se realizarán en un plazo máximo de 127 días computables a partir del 3 de Mayo, es decir, hasta el 6 de Septiembre como sugirió el T.S.E. La ley N°1304 (Ley Modificatoria de la Ley 1297) solo modifica el artículo 2 de la ley 1297.
Una resolución no puede pasar por encima de una ley, por lo tanto la elección del 18 de octubre sería un acto nulo de pleno derecho, que la presidenta de facto Jeanine Áñez podría no reconocer. Por tal motivo, Luis Arce, candidato del movimiento de Evo Morales, M.A.S., condiciona un acuerdo de una nueva fecha electoral a que se establezca mediante una ley y no por una resolución, con el fin de ingresar al marco jurídico constitucional y tenga validez legal.
Ahora bien, Salvador Romero, presidente del T.S.E. tiene conocimiento de esto. ¿A qué juega?

¿Quién es Salvador Romero?

Romero aparece en los cables revelados por WikiLeaks, donde se demuestra sus vínculos con el Departamento de Estado norteamericano y con la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, conocida por sus siglas en inglés: USAID. A través de la USAID, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) canaliza fondos para operaciones políticas contra gobiernos no alineados a EE.UU. Por otra parte, los cables revelan que Salvador Romero era informante del ex embajador estadounidense Philip Goldberd (2006-2008), quien fuera expulsado de Bolivia por Evo Morales acusado de conspirar contra su Gobierno.
En el pasado, la USAID financió “charlas” de Salvador Romero en contra de Evo Morales. ¿Dónde está su supuesta neutralidad política? Por otro lado, los estrechos vínculos con Carlos Mesa, candidato a Presidente por Comunidad Ciudadana (C.C.) se exponen en las fotos que circulan en redes sociales. El 2003, Salvador Romero fue designado como presidente de la Corte Electoral (C.N.E.) por Carlos Mesa, quien era presidente de Bolivia ese año. Evo Morales había denunciado que ese ente electoral era un órgano manejado por los Estados Unidos.

En el pasado, la USAID financió “charlas” de Salvador Romero en contra de Evo Morales.

Un dato revelador para comprender el contexto actual de Bolivia, es la participación de Salvador Romero en la persecución y proscripción contra el ex presidente Manuel Zelaya en Honduras, y su legitimación de los fraudes posteriores. Romero fue enviado por EEUU a Honduras tras el golpe, y fue designado director del Instituto Nacional Demócrata (NDI) entre el 2011 y 2014. ¿Qué es la NDI? El Instituto Nacional Demócrata es un canal de financiamiento que apoyó a los grupos opositores del proceso de cambio, pero se hace llamar una organización “no gubernamental política” de EEUU. Fue creada en 1983 como parte del programa “Apoyo Nacional a la Democracia” del Congreso estadounidense y está financiado por USAID.
Desde que Salvador Romero llegó a Honduras, la derecha siempre ha ganado las elecciones mediante fraude apoyado por EEUU y la NDI, financiada por la Fundación Nacional para la Democracia (conocida como NED por su sigla en inglés) que depende de la USAID.
La NED es otro canal de financiamiento de proyectos y grupos para realizar Golpes de Estado. Entre sus acciones se encuentra el uso de jóvenes para provocar desestabilizaciones. Casualmente los grupos paramilitares en Bolivia están integrados por jóvenes universitarios. Financió a partidos políticos y “oenegés” opositoras a presidentes populares.
NED, USAID, NDI, diferentes nombres por sus siglas en inglés, con un mismo fin: imponer los intereses de EEUU en los países que no se alinean a sus designios.

Bolivia y el camino de Honduras: Golpe, Proscripción y Fraude.

El golpe en Honduras fue punta de lanza de un proyecto regional de reconquista de los países que EEUU considera “su patio trasero” (Doctrina Monroe), toda la zona de su frontera para abajo. A partir de allí, se dieron sucesivos golpes “blandos” en Paraguay a Fernando Lugo, en Brasil a Dilma Rouseff; lo intentaron en Venezuela, pero no pudieron por la lealtad de sus FFAA y la condición miliciana de un pueblo con consciencia ideológica política. Entonces se aceleraron los planes para Bolivia y fueron por ella, donde las condiciones internas para concretarlo estaban dadas.
A nivel externo, Bolivia se encontraba sola, con una UNASUR desactivada, rodeada de países alineados a EE.UU. y en un contexto de caída libre de EEUU como potencia económica mundial, con el surgimiento de Rusia y China. Por tal motivo, EEUU necesita reasegurase los recursos naturales de Bolivia, cuyo oro y plata construyeron todo el continente de Europa con la conquista de América.
Actualmente, Bolivia tiene el 60% de reservas de litio del mundo y puede posicionar a cualquiera como potencia a nivel regional, incluso mundial. En el país no funcionan los golpes “blandos” o institucionales, por la idiosincrasia del pueblo boliviano, una Asamblea Legislativa controlada por el M.A.S. y un poder judicial elegidos por las urnas. Entonces se necesitó de un golpe violento.
El futuro de Bolivia podría estar marcado por el de Honduras: Golpe, Proscripción y Fraude. El golpe a Manuel Zelaya fue en 2009, luego su posterior proscripción e imposición del presidente de facto Roberto Micheletti. Al año se llevaron a cabo las primeras elecciones y asumió el presidente “democrático” Porfirio Lobo (2010-2014); luego Orlando Hernández (2014-2018) que va a por la reelección y asume un segundo mandato en 2018. En todas estas elecciones hubo fraude sin disimulo, con apoyo de la OEA. De esta forma le pusieron una fachada democrática a la dictadura hasta el día de hoy. Estas presidencias cargan en sus espaldas miles de detenidos, asesinados, desaparecidos, torturas, heridos, represión y exiliados.

¿Qué le dejaron a Honduras los golpistas?

De Honduras salió el 13 de Octubre del 2018 las famosa “caravana de migrantes” que partió con 1000 personas, a la que se fueron sumando personas en distintos puntos de El Salvador y Guatemala. Su tamaño llegó a 7000, la más grande jamás registrada con el objetivo de llegar caminando a EE.UU.
Las y los bolivianos sabemos muy bien lo que es ser migrante por las políticas neoliberales y los Golpes de Estado.  Pero la situación de estas “caravanas” es muy distinta. De Honduras salieron miles de personas con lo puesto, caminando cruzaron ríos, con lluvia, sol, frío, durmieron en albergues improvisados, carpas en las calles. Algunos murieron, otros se enfermaron y otro tantos cayeron en redes de trata.
Los indicadores sociales del país, pobreza y desigualdad, están entre los más altos del continente. En consecuencia se dispararon los niveles de violencia, narcotráfico, grupos paramilitares, asesinato de dirigentes. Un caso emblemático fue el asesinato de la líder indígena Berta Cáceres, que tenía medidas cautelares de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (C.I.D.H.).
EE.UU., que ejecutó el golpe en Honduras, militarizó la frontera y las cerró para los migrantes. El presidente de Honduras se refirió a ellos como “grupos financiados por Nicolás Maduro” para desprestigiar su gestión. No hubo piedad.