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Trump llena de obstáculos el camino de la transición

Por María Eva Dorigo, desde Estados Unidos

Donald Trump sigue sin reconocer el triunfo de Joe Biden. Algunos líderes republicanos, como el senador Mitch McConnell o Lindsay Graham acompañan a Trump. Otros, eligen el silencio. Probablemente porque sus distritos o Estados fueron ganados por el Partido Republicano y no se quieren arriesgar a contradecir al líder.

Mientras tanto, Trump continúa solicitando donaciones de sus seguidores para pagar supuestamente a los abogados que llevan a cabo los juicios en contra de los comités electorales de los estados, en los que denunció irregularidades. Estos fondos serán repartidos entre el RNC (Comité Nacional Republicano) y destinados posiblemente para uso personal de Trump. En los próximos cuatro años, el magnate deberá pagar deudas millonarias que tiene por sus negocios personales.
Las autoridades electorales han demostrado una transparencia y eficiencia sin precedentes, probablemente se deba a las presiones ejercidas desde la Casa Blanca que insistía con el fraude, que aún no se pudo comprobar.
Lo cierto es que los abogados que presentaron estos pedidos de recuento de votos han pasado vergüenza ya que no han podido presentar datos certeros sobre fraude electoral. Algunos bufetes de abogados hasta han rechazado representar a la Casa Blanca para evitar una situación de desprestigio importante. 

It’s over (Está acabado).

La elección está finalizada con un claro ganador que ha sido elegido por más de 79 millones de personas, culminando la elección presidencial con más participación de votantes de la historia.
No hay que desmerecer que 73 millones de personas han votado por la continuación de Trump. Algunos seguidores todavía siguen pensando que hubo fraude masivo y que Trump debería ser el ganador, otros aceptan apenados el resultado. Los demócratas esperaban un rechazo más contundente a los cuatros años del magnate en Washington.

La grieta

La sociedad estadounidense se encuentra altamente dividida. Cuando se revisa el mapa electoral de cada uno de los Estados, se distingue una clara división entre las áreas rurales y los centros urbanos: los primeros votaron por el Partido Republicano y los segundos por el Partido Demócrata. Fueron claramente los centros urbanos y sus respectivas áreas suburbanas los que le dieron el triunfo a Biden en los Estados “hamaca”: en Pensilvania fueron Filadelfia y Pittsburg; en Georgia, Atlanta; en Nevada, Las Vegas y así sucesivamente.
Esta división entre urbano y rural, con educación superior y sin educación superior, costas y centro, siempre existió. Lo novedoso es la gran grieta de dos mundos opuestos. Los que eligen creer en información certera (facts) y los que eligen seguir teorías conspirativas. Los que leen el New York Times para informarse y los que miran el Facebook. Los que prefieren seguir las indicaciones de los médicos y los que piensan que el Covid 19 es una simple gripe. El desafío para Biden está en cómo amalgamar estos sentimientos e ideologías que se contraponen. 
Aún luego del fin de la contienda electoral, Trump continúa sin aceptar la derrota, casi como haciendo una pataleta de niño de 5 años cuando le quitan su juguete preferido. Además, su último capricho incluye no permitir que el equipo de transición de Biden ingrese a la Casa Blanca para comenzar a poner en marcha sus primeras medidas.
Probablemente tocará esperar hasta el 20 de enero cuando Trump tenga que dejar la Casa que habita y retirarse a la vida tranquila de su golf de Mar A Lago, donde se cree que se mudará.