El Partido Liberal (PL) postuló oficialmente la candidatura del presidente brasileño para las elecciones del 2 de octubre. Lula Da Silva es el favorito en las encuestas.
Unos 10 mil simpatizantes de Bolsonaro asistieron a la convención del Partido Liberal realizada en el pabellón deportivo Maracanazinho, en Río de Janeiro.
Con un tono desafiante, el presidente Bolsonaro volvió a cargar contra el Tribunal Supremo de Brasil, el mismo que ratificó la anulación de las condenas por corrupción contra el ex presidente Lula, que lo mantuvieron encarcelado por más de 1 año y medio. Llamó a los jueces “sordos de capa negra”.
Bolsonaro será otra vez candidato y lo acompañará en la fórmula, el general del ejército Walter Souza Braga Netto. Se especulaba con que ese lugar lo ocupara una mujer. La idea era lograr captar al electorado femenino. Pero el mensaje fue otro: poner un vicepresidente hombre y militar. El “ala militar” que apoya a Bolsonaro.
El mandatario brasileño estuvo acompañado por varios ministros de su gabinete e importantes figuras de Brasil como el expresidente Fernando Collor de Mello y el futbolista retirado, devenido en senador, Romário.
Algo atípico. Michelle Bolsonaro, la esposa del excapitán, fue la encargada de abrir el acto. Su discurso tuvo un alto contenido religioso. En un tramo, recordó aquel incidente que dejó herido a Bolsonaro hace 4 años en plena campaña y aseguró que su marido “es el elegido de Dios” para guiar a Brasil.
“No nos vamos a ir de Brasil. Somos mayoría, estamos dispuestos a luchar. Los llamo a todos ahora para que el 7 de septiembre (Día de la Independencia), salgan a la calle por última vez. Salgamos a las calles por última vez”, arengó Bolsonaro.
Bolsonaro va por la reelección
La estrategia electoral de Bolsonaro se basa en dos pilares: reparto de dinero público y cuestionamiento del sistema de votación.
El gobierno amplió la suma de dinero a las clases más pobres para paliar el impacto de la inflación.
También habrá ayudas extras para comprar gas y los camioneros recibirán un cheque gasolina.
Todas estas medidas regirán hasta el 31 de diciembre.
El otro eje de su campaña está centrado en instalar el clima de un eventual fraude. Que Bolsonaro ponga en duda el sistema electoral no es nuevo. Ya lo hizo en anteriores oportunidades pese a tener a todos sus hijos con cargos de responsabilidad institucional y elegidos por el voto de la ciudadanía.
El clima preelectoral
La víspera está cargada de violencia. La escalada tuvo su pico en la última semana en el complejo de favelas Alemao en Río.
La incursión de la policía civil y militar dejó al menos 18 personas muertas. Ocurrió durante un allanamiento para desarticular una banda criminal.
Hay denuncias por violaciones a los Derechos Humanos.
La seguridad de Lula
En los últimos actos de campaña, Lula comenzó a utilizar chaleco antibalas por diversos incidentes contra sus simpatizantes.
Ventaja y fantasma
Las últimas encuestas le dan una ventaja de 19 puntos al líder del Partido de los Trabajadores (PT). Bolsonaro agita el fantasma del fraude y prepara el terreno para una hipotética derrota. Lo hace, en una escena parecida a la interpretada por el expresidente de EEUU, Donald Trump.
La oposición alerta sobre una eventual situación en la que Bolsonaro no reconozca el resultado de la elección y llame a sus seguidores a movilizarse, como en aquella fatídica jornada del 6 de enero en Washington.
