El pueblo despidió a quien siempre les pidió soñar en grande y hacer lío con el corazón.

Este sábado, sobre las escalinatas de la Catedral Metropolitana y ante decenas de fieles, se realizó una emotiva misa en homenaje al Papa Francisco. La ceremonia fue presidida por el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, quien recordó el legado de esperanza que el pontífice dejó en su pueblo.
La misa comenzó pasadas las diez de la mañana. Durante su discurso, García Cuerva repasó los principales mensajes y cartas pastorales de Francisco, haciendo eje en el cuidado de la tierra, la opción por los pobres, la defensa de la vida y la apuesta al futuro. Además, dirigió palabras tanto al pueblo cristiano como a las autoridades políticas, llamando a superar una fe idealizada y a acercarse verdaderamente a los más necesitados, “porque no se puede amar de lejos”.
Finalizada la misa, los fieles realizaron una caravana alrededor de Plaza de Mayo como gesto de despedida. En cada aplauso y en cada oración resonó aquel llamado de Francisco: “Hagan lío, pero organícenlo bien, un lío que nos dé un corazón libre, que nos dé esperanza”.