Actualidad Economía

La necesidad de reforzar medidas para evitar que el consumo se retraiga

Por Eugenia Rodríguez. Centro de Economía Política Argentina (CEPA)

Las grandes empresas enviaron listas de precios actualizadas y redujeron o limitaron entregas, amenazando con desabastecer.

Los precios de junio 2022, según el INDEC.

Se conoció el dato de inflación de junio que arrojó una suba del 5,3% según INDEC. Podemos decir que la principal preocupación reside en lo que sucedió los primeros días de julio, cuando la renuncia del exministro de Economía Marín Guzmán fue aprovechada por sectores formadores de precios para remarcar arbitrariamente, justificándose en problemas de “cobertura” por una supuesta imposibilidad de acceso a dólares para importaciones.
Desde el pasado 4 de julio, las grandes empresas enviaron listas de precios actualizadas y redujeron o limitaron entregas, amenazando con desabastecer. En ese sentido, la preocupación central se focaliza en lograr la retracción de los incrementos de precios que se produjeron en esos días y monitorear cómo evolucionan en el resto de este mes.

El tipo de cambio oficial sigue quedando por debajo de la inflación y la propia ministra de Economía consideró que el TCRM está “en equilibrio”, descartando una corrección fuerte.

Al respecto, aparece como positivo la renovación de Precios Cuidados, Cortes Cuidados y los acuerdos en frutas y verduras, así como el hecho de que se haría un mayor hincapié en materia de fiscalización. Todo lo cual es clave para resolver la falta de referencia de precios y evitar una caída del consumo que retraiga la actividad económica.
Además, hay que tener en cuenta que el tipo de cambio oficial, si bien se viene moviendo a un ritmo de mayor aceleración desde diciembre último, sigue quedando por debajo de la inflación y la propia ministra de Economía consideró que el TCRM –tipo de cambio real multilateral- está “en equilibrio”, descartando una corrección fuerte.
Volviendo al mes de junio, cabe señalar que, si se analiza rubro por rubro, se observa que el mayor incremento fue en Salud (7,4%) y ello se explica por el aumento del 10% en prepagas, a lo que se suma la variación del precio de los medicamentos. Le sigue en incidencia el rubro Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles con 6,8%; en este caso los motivos se vinculan con la actualización de los precios regulados de la economía, es decir, la suba de tarifas.En cuanto a Alimentos y bebidas, el rubro mostró una suba del 4,6%, ubicándose por debajo del promedio de precios de junio.  Los aumentos se registran sobre todo en frutas y verduras, almacén, higiene personal, artículos de limpieza, y lácteos.  
Entre los productos que más subieron se encuentran: las hamburguesas congeladas, con un incremento del 16,1% mensual (82,2% interanual); la lechuga con 37,8% mensual (124,7% i.a); la papa aumentó 21,5% mensual (62,5 i.a); los fideos secos guiseros un 12,9% mensual (71,5% i.a) y aceites un 12,9 % mensual (73,9% i.a).

Alimentos: el efecto guerra ya está aplicado al cien por ciento en precios al mes de junio. Po otro lado, el escenario interno no es menos complejo.


¿Por qué aumentan? En alimentos se observa un doble impacto: por un lado, el incremento de los precios internacionales de alimentos tuvo incidencia en los últimos cuatro meses. Si tomamos como referencia los datos publicados por FAO, los valores resultan verdaderamente significativos: 15,4% en lo que va del 2022. Si a partir de este valor se quisiera aproximar a la presión inflacionaria local, y considerando que el tipo de cambio oficial se movió en ese mismo período aproximadamente 20,5%, el valor del shock externo alcanzaría 39% (la evolución de precios de alimentos en promedio alcanzó 39,9%). Lo que implica que el efecto guerra ya está aplicado al cien por ciento en precios al mes de junio.
Dentro de esta problemática se destacan particularmente los productos derivados del trigo, maíz y girasol afectados por el conflicto bélico. Si se considera la influencia de estos cultivos sobre la evolución de precios, se percibe que los productos con insumos derivados de los mismos intervinieron con un promedio de aumento de 5,2% en junio (el menor desde el inicio de la guerra, ya que había sido de 8,4% en marzo, 8,1% en abril y 5,8% en mayo), mientras que el resto de los productos incrementó sus precios un 7,1%.

El desabastecimiento, producto de la especulación empresaria, se siente en los alimentos.

Po otro lado, el escenario interno no es menos complejo: la dinámica de remarcación detectada en el mes de marzo y abril se repitió, en buena medida, en el mes de mayo y junio, todo lo que -como ya se mencionó- se agudizó con la salida intempestiva del ex ministro de Economía.
Se agrega el aumento de dos rubros que siguen teniendo injerencia llamativa en el proceso inflacionario, con subas muy por encima del promedio interanual de precios: se trata de Restaurantes y hoteles que registró un alza de 6,2%, y en términos interanuales alcanza ya el 81,9%. La implementación del programa Pre Viaje, que promueve el turismo local, evidentemente fue “aprovechado” por agentes del sector que remarcaron precios desde hace varios meses, y se mantuvo en el tiempo. La participación del ministro de Turismo y Deportes, Matías Lammnes, en una reciente conferencia de prensa junto la ministra de Economía Batakis evidencia la preocupación sobre este tópico.
A la par, también fue significativo el incremento en Prendas de vestir que ascendió, al igual que el mes anterior, a 5,8%, con un 83,6% de aumento en los últimos doce meses. Llama la atención dado que es un rubro particularmente protegido por las políticas estatales.

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