Corresponsal en EEUU

El primer mes y medio del gobierno de Donald Trump ha sido extenuante. Las más de 100 órdenes ejecutivas (no leyes) que firmó tendrán un impacto negativo en la vida de los ciudadanos estadounidenses y significará un deterioro del sistema democrático. Muchas acciones de su Gobierno han sido detenidas temporalmente por decisiones judiciales ya que son medidas inconstitucionales. Hay una percepción de que en cualquier momento el límite que imponen las leyes llegue a su límite, cuando el Gobierno actual decida simplemente no acatar las órdenes judiciales por considerar que se interpone en la realización de sus objetivos.
El martes 4 de marzo Trump se dirigió al país desde el Congreso, como suelen hacer los presidentes estadounidenses al comienzo de sus gestiones. Más que un discurso, pareció un programa de entretenimientos con premios. Al comienzo leyó del teleprompter y luego se salió de libreto y comenzaron las mentiras y exageraciones.

Las estadísticas sobre criminalidad demuestran que el número de inmigrantes que comete delitos violentos es ínfimo.

Entre los invitados que presentaba durante su discurso se encontraban viudas de policías y familiares de jóvenes mujeres asesinadas por inmigrantes “ilegales”, para demostrar que los asesinatos son cometidos por inmigrantes y así justificar su deportación. Las estadísticas sobre criminalidad demuestran una y otra vez que el número de inmigrantes que comete delitos violentos es ínfimo. De acuerdo a un estudio de la Universidad de Standford la probabilidad que un inmigrante sea encarcelado es 60% menor que las personas nacidas en los Estados Unidos.
Trump pidió “ténganme paciencia”, en referencia a la guerra de aranceles contra China, México y Canadá, que según el editorial del Wall Street Journal es la medida arancelaria más “idiota” que se haya tomado. Imponer aranceles a sus principales socios comerciales va a tener un efecto boomerang que sufrirán los consumidores locales, además de dañar las relaciones diplomáticas con estos países.

El Demócrata Bernie Sanders recorrió los Estados “rojos” o Republicanos para hablar con la gente.

Por su parte, los Demócratas que ocupaban la mitad derecha del recinto, solo gritaban de vez en cuando y levantaban unos cartelitos diminutos que decían “falso” o “salven la salud pública”; ni siquiera eran tomados por las cámaras de televisión. Solo un representante de la cámara de diputados, el Texano Al Green se negó a sentarse en su banca, le gritaba al presidente mientras Trump leía su discurso y terminó retirado del recinto por la policía.
En contraste, Bernie Sanders con sus 82 años, se ha dedicado en las últimas semanas en recorrer los estados “rojos” o Republicanos para hablar con la gente sobre cómo será afectada por las medidas del presidente Trump. Su tour se llama “Fight the oligarchy” (pelea contra la oligarquía). No sorprende la cantidad de gente que junta en cada evento, teniendo en cuenta la popularidad de Bernie desde su campaña en 2020, truncada por la maquinaria del partido Demócrata quien decidió poner todas sus fichas al candidato Biden, finalmente ganador de esa contienda.

Los daños de Elon Musk en Ministerio de Eficiencia Gubernamental

Elon Musk quiere recortar dos trillones de dólares del presupuesto nacional (30%). Con este objetivo se presenta en los ministerios y agencias públicas para reducir la planta de empleados públicos, eliminando oficinas y programas de Gobierno. Entre las agencias que ha intervenido hasta ahora se encuentran la agencia USAID, la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA), el Ministerio de Veteranos de Guerra, el Ministerio de Defensa, el Servicio de Bosques de los Estados Unidos (USFS), el Ministerio de Agricultura, el Servicio de Parques Nacionales, la Oficina de Protección al Consumidor, la Agencia de Recolección de Impuestos (IRS), la Oficina de servicios de Salud y Servicios Sociales, el Ministerio de Educación, la Administración Federal de Aviación, el Ministerio de Energía, el Ministerio de Seguridad Nacional, el Ministerio de Vivienda y Desarrollo, el Instituto Nacional de Salud y el Centro de Control y Prevención de Enfermedades. Según CNN hay alrededor de 101.000 empleados públicos despedidos hasta el momento. No hay cifras oficiales al respecto ya que el gobierno de Trump no las brinda.

Las reducciones de impuestos a los más ricos llegaría a unos cuatro trillones de dólares en un período de 10 años. Para compensar la falta de recaudación por ese faltante de dinero, Trump necesita un recorte de similar dimensión. Sin tocar el segundo ítem más abultado del presupuesto nacional, el gasto militar, lo que queda es recortar fuerte en salud pública.
El sistema público de salud se compone por Medicaid y Medicare. El primero es un programa de salud que cubre a 72 millones de personas en todo el país; aquellas que se encuentran bajo la línea de la pobreza, discapacitados y aquellos ancianos que necesitan cuidados permanentes. Por el contrario, Medicare es como el PAMI en Argentina, el seguro médico para mayores de 65 años de edad cubre a más de 62 millones de personas. Según un informe de Economic Policy Institute también tienen planeado recortar programas de alimentos, ayudas económicas para los más pobres, subsidios para el alquiler de viviendas, educación y alimentación de niños menores de 5 años, como también el sistema de jubilaciones y pensiones.
La mayoría de los ciudadanos ignora qué hacen esas oficinas gubernamentales que quedaron vacías o funcionando a medias. Estos son alimentados por la narrativa de Trump y Musk, que indica que el Gobierno es demasiado grande y hay que adelgazar el presupuesto eliminando “la grasa”- ¿recuerdan la llamada “grasa militante” en Argentina?-. Un video en youtube muestra a empleados que echaron de sus puestos quienes describen cuáles eran sus funciones.

Ha habido protestas organizadas y espontáneas, con carteles no solo contra Trump sino contra Elon Musk y Tesla. Musk no es un funcionario más, ni la DOGE es un ministerio común. Este ministerio no fue creado ni tiene asignado un presupuesto por el Congreso Nacional. Nadie votó por Musk, y no tiene conocimiento de cómo se trabaja en el Estado. A modo de protesta, hubo actos de vandalismo en estaciones de carga de Tesla, como también contra concesionarias de la empresa. Se llegó al punto de que las autoridades de Tesla piensan que lo mejor sería vender la empresa para evitar represalias y pérdida de ganancias. 

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https://siepr.stanford.edu/news/mythical-tie-between-immigration-and-crime