Un año clave para América Latina
En 2022 están previstas tres elecciones presidenciales en la región. Costa Rica, Colombia y Brasil, en este orden.
En la lista de importantes sucesos políticos cuenta también la asunción de Gabriel Boric en Chile el próximo 11 de marzo. Paréntesis: Boric tiene 35 años y lidera la nueva izquierda chilena.
En las tres disputas electorales se reafirma la tendencia a votar por candidatos opositores al gobierno de turno. Algo que se viene dando entre 2020 y 2021 en Perú, Bolivia, Honduras y Chile.
¿Se puede pensar en grandes cambios políticos en AL? ¿Alguien escuchó hablar de integración?
Costa Rica abre el año electoral
El 6 de febrero Costa Rica inaugura el calendario con 25 postulantes a la presidencia. El favorito es el ex presidente José María Figueres, del centroizquierdista Partido de Liberación Nacional. En intención de votos le sigue la conservadora Lineth Saborío, ex vicepresidenta y lideresa del Partido Unidad Social Cristiana, y Fabricio Alvarado, un líder evangélico de derecha que en 2018 perdió la elección con el actual mandatario, Carlos Alvarado. El candidato oficialista quedó casi afuera de la carrera presidencial.
El porcentaje de indecisos en Costa Rica, hasta diciembre de 2021, era del 40%. Lo más probable es que haya balotaje el 3 de abril.
l favorito es el ex presidente José María Figueres, del centroizquierdista Partido de Liberación Nacional. Lo más probable es que haya balotaje el 3 de abril.
La democracia en Costa Rica está entre las tres más valoradas de América Latina, según un informe de The Economist Intellingence Unit 2020. En la tríada también se encuentran Uruguay y Chile.
El triunfo de una fuerza de centroizquierda en Costa Rica equilibraría las fuerzas geopolíticas con su vecina Nicaragua, en un contexto regional marcado por la crisis migratoria, el narcotráfico y el avance del crimen organizado. También Costa Rica pondrá en juego su soberanía en una zona de fuerte injerencia estadounidense en materia de seguridad.
¿Colombia gira hacia la izquierda?
El 29 de mayo será el turno de Colombia. Y aquí sí podría cambiar drásticamente la historia: El que más posibilidades tiene de protagonizar ese viraje es el izquierdista Gustavo Petro, de Colombia Humana. Todos los sondeos indican que será el ganador, aunque no estaría asegurado el triunfo en primera vuelta. Y si fuera así, una balotaje lo llevaría a confrontarse con un candidato más moderado, como puede ser Sergio Fajado de la Coalición Centro Esperanza. Petro ya había sido candidato en 2008 y 2018.
Hoy, en Colombia, la violencia volvió a tomar el protagonismo y lejos quedó la promesa política de cumplir con el Acuerdo de Paz. El presidente Iván Duque se opuso desde el inicio de su mandato, y toda su política no hizo más que poner trabas al histórico entendimiento logrado en La Habana en 2016.
Colombia vive uno de los momentos más difíciles de inseguridad interna, y desde el punto de vista político el país se desintegra con una crisis económica y social que no ha podido aliviarse desde el estallido de 2021, cuando el gobierno intentó aplicar un fuerte ajuste – a través de una reforma tributaria – a las clases más desfavorecidas.
Aquí sí podría cambiar drásticamente la historia: El que más posibilidades tiene de protagonizar ese viraje es el izquierdista Gustavo Petro, de Colombia Humana.
Sólo el 22% de la población apoya la gestión de Duque. Y dentro de su partido, el Centro Democrático presidido por el ex mandatario Álvaro Uribe, también se generaron diferencias que lo alejan al ex delfín uribista de lograr un reconocimiento como líder.
En lo geopolítico, un triunfo de Petro significaría ponerle fin a décadas de relaciones carnales con EEUU y su estrategia de seguridad para la región. Y en cuanto a sus vecinos más directos, un acercamiento a Venezuela sería mucho más factible, lo que descomprimiría la creciente tensión en la frontera.
Lula, el favorito
En 9 meses sabremos quién será el presidente de Brasil. Las encuestas indican que Luiz Inácio Lula Da Silva volverá al Palacio de Planalto, más allá de que aún no esté oficializada su candidatura. Hoy duplica a Jair Bolsonaro en intención de voto. El regreso de Lula tendría un impacto regional muy fuerte. La posibilidad de una nueva integración regional podría ser impulsada desde el gigante sudamericano.
Brasil le daría vida al Mercosur y a las alianzas comerciales estratégicas, en un momento global en el que se está reconfigurando el comercio mundial pos pandemia.
Las encuestas indican que Luiz Inácio Lula Da Silva volverá al Palacio de Planalto.
El ex juez y ex ministro de justicia de Bolsonaro, Sergio Moro, también piensa candidatearse para la presidencia. Moro, el ex magistrado que llevó a la cárcel a Lula, reconoció que la causa Lava Jato fue una herramienta útil para dañar al líder del PT. Lula no pudo ser candidato a presidente en 2018 porque fue condenado por una investigación fraudulenta en la que finalmente la justicia no pudo comprobar su responsabilidad, un caso de Lawfare que imposibilitó que la figura política más importante de Brasil, y una de las más influyentes de de América Latina, fuera otra vez elegido presidente.
¿Es posible hablar de integración?
América Latina empieza a dibujar un nuevo mapa en el que los gobiernos de izquierda, otra vez, serán mayoría. La incógnita es si cada uno de estos países seguirá la misma tendencia.
En los últimos años los gobiernos lejos estuvieron de coordinar medidas en conjunto. Los hubo conservadores, de centro izquierda y de facto. La gran expectativa está puesta en Lula, por su historia de liderazgo regional. El nuevo tablero político internacional exige repensar qué tipo de integración queremos y cómo la haremos sostenible.
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