Pensar en cuarentena: “En Francia, cayó la ideología de la reducción del déficit”
Un Estado más fuerte en el corto plazo y una economía más enfocada en el mercado local. El funcionamiento del mundo cambió y será difícil volver al mecanismo comercial anterior a la pandemia, aunque no será fácil deshacerse de las bases que rigen el sistema económico mundial, con EEUU y China como líderes de una batalla que parece no tener fin. La mirada del politólogo argentino Heber Ostroviesky nos ayuda a comprender el nuevo mundo que se aproxima.
AS: ¿Cómo ves la gestión política de los Estados para enfrentar la pandemia? ¿Pensás que algunas medidas desbordan el ámbito legal?
HO: A nivel global, la gestión de la pandemia, por ejemplo en los países asiáticos, tiene diferentes puntos de contacto en cuanto a la estrategia que siguen países de América Latina y Europa. Hay gobiernos que priorizan la salud y otros la economía o son menos estrictos en cuanto al confinamiento en la cuarentena. En el caso de AL, lo más claro y evidente de las violaciones de la legalidad tiene que ver con las estrategias de contención de los sectores más populares. Los casos de represión policial son evidentes, en Brasil, en Ecuador y en Argentina. En el caso de Argentina, durante la primera semana (de la cuarentena), la idea de la conducción política no estaba del todo clara y había ciertos sectores de la policía que estaban cometiendo actos ilegales, los sigue habiendo, y éste es un problema serio.
AS: Muchos países ya comenzaron a flexibilizar la cuarentena de manera gradual ¿Cómo se está dando este proceso? ¿Se puede vaticinar un resultado?
HO: En las próximas paulatinas aperturas de la cuarentena, vamos a encontrar distintas estrategias, sobre todo, estatales. Aquí también aparecen métodos distintos, como el caso del testeo masivo que ordena el confinamiento para los positivos. Luego hay estrategias de seguimiento personal, o la llamada “trazabilidad” más del orden digital, como se aplica en países asiáticos. En Francia, por ejemplo, ya se discute esta estrategia, pensando en lo que va a ser la liberación gradual a partir del 11 de mayo. Se discute si este tipo de medidas se van a tomar y cómo; hasta dónde serán violatorias de la intimidad, qué tipo de datos son los que se van a poder solicitar…, etc. Hay un problema que se avecina en estos países europeos y de los cuales nosotros nos sentimos alejados, pero tal vez, bajo otros formatos tengan algún tipo de impacto cuando llegue el momento de una apertura más amplia en nuestra región.
AS: Viviste en Francia y sos un estudioso de su cultura, y particularmente de su política. En los últimos días, se vieron protestas que por momentos recordaban al estallido de 2018 de los chalecos amarillos ¿Creés que la pandemia acentúa esas diferencias en la sociedad francesa?
HO: Se ve una acentuación de las desigualdades, algo con lo que también se podría hacer un paralelo con otros países. Los sectores que más perjudicados se ven son los de menores recursos y menores posibilidades para respetar estas nuevas condiciones de excepción. En ese sentido, en el caso francés se ve la liberación masiva de recursos por parte del Estado para contener esa situación. Hasta el momento, se vienen dando ciertos resultados, pero estamos frente a paquetes de medidas que superan lo que nosotros podemos ni siquiera imaginar en Argentina, no sólo en cuanto a los montos sino a los porcentajes del PBI. Lo que sí está claro, es que esta situación no se puede sostener en el largo plazo. Por lo tanto, el Gobierno francés está buscando estrategias de apertura de la cuarentena que permitan que la economía comience a moverse. Lo que se ve claramente es cómo esa ideología que imperaba hegemónicamente de “reducción del déficit fiscal” para mejorar ciertas condiciones de la economía, ideología que el gobierno de Macron intentó dinamizar desde que llegó al poder, hoy, se derrumbó muy fuertemente en lo discursivo y en lo práctico. El Estado está interviniendo de una manera muy potente. La disyuntiva es cómo a suceder esto a partir del 11 de mayo, porque incluso en sectores considerados “esenciales”, también se vieron problemas serios en cuanto a respetar las condiciones sanitarias y protocolos para esos sectores. El caso más llamativo, fue el de los depósitos de logística de Amazon: el Gobierno intervino suspendiendo la actividad porque el nivel de contagios era muy alto, a partir del no respeto del protocolo sanitario para los trabajadores.
AG: ¿Qué tan diferente es la situación en Alemania, país muy cercano a Francia en cuanto a lo político? Merkel y Macron aparecen como los grandes socios de Europa.
HO: En Alemania se abrieron ciertos sectores de la actividad a fines de abril. El caso alemán tiene otras características, porque a diferencia del “centralismo” francés, Alemania es un país más federal, cada “Länder” (provincia) tiene estrategias distintas. Pero vemos que cuando comienza a reactivarse la producción, al mismo tiempo aumentan los casos de contagios. Habrá que ver si esta estrategia del gobierno prospera…no podemos predecir. Por ejemplo, el retorno de los chicos a las escuelas en Francia es otro problema muy destacable, en el sentido de que en el caso francés el regreso será optativo, los padres van a optar por enviar o no a los chicos, pero a su vez quienes tienen chicos y no regresen al trabajo, no van a seguir contando con los beneficios económicos y sociales que tienen hasta ahora; o sea que si necesitas trabajar, a los chicos los vas a tener que mandar a la escuela. Entonces, esta protección estatal que se mantuvo durante la cuarentena más estricta, comienza a resentirse a partir de las paulatinas aperturas de la cuarentena.
AS: Otro tema eclipsado por el Coronavirus es la crisis migratoria. ¿Considerás que este tema presente en la agenda europea, se agudiza aún más por la pandemia?
HO: Hay un parate en la gestión migratoria, es un tema en suspenso. Es muy tremendo y trágico para quienes están en los llamados centros de retención y detención. Buena parte de los migrantes que llegan a Europa están en estos centros, que ya de por sí tienen una gestión sanitaria muy paupérrima en condiciones de superpoblación, condiciones sanitarias muy deficientes. Lo que se ve es una estrategia de más represión. Hubo protestas, huelgas de hambre y Ongs que solicitan la regulación de migrantes que no tienen la posibilidad de acceder a servicios de salud. Van a sufrir en primera línea las consecuencias de la pandemia.
AG: ¿Se viene un mundo menos globalizado, con más protagonismo del Estado, o este es sólo un proceso pasajero que responde a la emergencia por la pandemia?
HO: En el corto plazo vamos hacia una lógica de una desglobalización, a una mucho menor apertura del comercio, por razones sanitarias y porque lo que despertó esta situación en muchos países es encontrarse con todas las consecuencias negativas frente a la lógica aperturista y globalizada. Hay un cuestionamiento de estrategias incluso empresariales, esta lógica de cadenas de valor fragmentadas, que hace que, por ejemplo, para producir un barbijo una parte se haga en una región del mundo, después se termina de empaquetar en otra, éstas son cosas que han sucedido. En Francia, durante las primeras semanas de cuarentena el acceso a los barbijos era imposible, las lógicas de reproducción estaban fragmentadas en distintos sectores del mundo. Me resulta difícil pensar en una lógica de cierre total, teniendo en cuenta cómo está organizada la economía hoy. Vamos hacia una lógica de una mayor preeminencia y del funcionamiento local de las economías.
AS: ¿Qué sucederá con el orden mundial desde la geopolítica?
HO: La dimensión geopolítica también está en disputa. Vemos las tensiones de la división política del mundo que puedan llegar a reformularse; EEUU pone un eje muy fuerte en lo interno, y China sale quizás fortalecida por su salida más temprana de la pandemia y por su capacidad de intervención global en el corto plazo. Lo vemos “Soft Power” (en el caso de China), asistencia a otros países e influencia política económica. Lo que sí está claro es que la organización geopolítica del mundo no será la misma, y todo dependerá de cómo termine en lo politico, económico y en los sanitario, este contexto tan excepcional.