Carina Carriqueo: “Cuando se nace en las orillas, el límite se lo pone uno mismo”
En la céntrica confitería Petit Colón, entre cafés, tostadas y mermelada, entrevistamos a la cantante mapuche Carina Carriqueo quien, con un estilo muy personal, lleva adelante presentaciones en todo el país que van más allá de lo musical, porque comparte con el público su historia de vida y su cultura. Agendasur quiso saber más sobre su cosmovisión y le preguntó:
¿De dónde son originarios los Carriqueo? “Mi mamá es de la zona de Chubut y mi papá de Río Negro, de Los Molles, departamento de Pilcaniyeu cerca de San Carlos de Bariloche en donde nací. Yo digo que son los desparramados de la conquista porque quedaron en esos lugares agrestes, les tocó esa tierra que costaba poco por la escasez de agua; es un campo en el que vivió mi abuela, que tejía en telar. Son de la comunidad mapuche Carriqueo – Quilaqueo. Gran parte de ese territorio ahora pertenece a extranjeros”.
¿Cuándo comenzaste a cantar? “Siempre me gustó cantar, desde muy chiquita. A los 14, viviendo en el Bolsón, empecé a tomar clases de canto un poco a escondidas porque nadie cantaba en mi familia. Y me daba mucha vergüenza, me parecía muy loco imaginarme dedicándome al canto. Cuando se nace en las orillas, el límite se lo pone uno mismo y hasta los sueños limita”.
“La vergüenza venía porque mi papá tenía mucha vergüenza, de decir que era originario mapuche. ¡Y encima va a cantar en lengua! Pasé muchos años ocultando que me dedicaba al ülkantun (la música mapuche) y al tail, que es el canto de un elemento natural que puede ser el pájaro, el agua, por ejemplo, todo tiene su canto hay que escucharlo nada más”.
“Cuando estudiaba canto mi sueño no era, como el de cualquier adolescente, ser estrella y estar en un escenario, mi sueño era ser la corista de alguien. El significado que eso tiene, el estar atrás en segundo plano, no ser el protagonista, es porque sentimos que no nos pertenece esa parte a nosotros. Nuestros anhelos siempre tienen un límite y me doy cuenta con mi papá que todavía lo tiene. Si va a algún evento, a alguna presentación, se queda en el fondo porque cree que no le corresponde estar adelante, porque él cree que la parte de adelante es para la gente importante”.
Tu show tiene bastante de performativo “Esto de cantar y de tenerme sola como protagonista en el escenario, es novedoso. El ülkantun es el canto en lengua originaria acompañado de un instrumento, en mi caso el kultrun, o pueden ser las cascahuillas que son los cascabeles que el mapuche adoptó de los españoles. Doña Tránsita era Carriqueo y en el sur cantaba y tocaba el kultrun. Eso me vino de allí, de la estirpe, del espíritu que no se pierde. Trasciende la historia y el tiempo”.
¿Componés tus propias canciones? “Si, y vivo investigando sobre nuestra música mapuche, soy de andar a caballo en la cordillera visitando a mi gente. También participo mucho de las rogativas, (ceremonias ancestrales), en provincia de Buenos Aires, en Los Toldos. Allí están los descendientes de Coliqueo, y hay una gran concientización del pueblo. Es un guillatún, en donde se plantan las banderas, se prende un fuego, se gira alrededor en sentido contrario a las agujas del reloj. A la salida del sol, se le agradece a la tierra, se le pide por la salud o por lo que queramos, se conecta uno mismo con la tierra. No hay alguien como un pastor, no hay ninguna imagen que adorar. Simplemente uno va para conectarse con uno mismo”.
“Las abuelas en las charlas que mantenemos siempre me piden lo mismo: que no se olvide nuestra historia, lenguaje y tradición. Los viejos se van muriendo, vamos quedando los de mediana edad y me asusta un poco tener esa responsabilidad. Yo también deseo que esto no se olvide y para eso se necesita compartir, cosa que hago con el público y quienes quieran aprender”.
“Hay que abrirse, porque también hay comunidades cerradas que dicen: eso no lo canta cualquiera porque es sagrado, y lo entiendo, pero hay que compartir para que se difunda y no muera con nosotros. Por eso hoy estoy en un proceso de renovación, hace 20 años que estoy haciendo esto y me di cuenta que necesitaba presentar material nuevo”.
“Estoy haciendo un nuevo trabajo, mezclando varios estilos ¡que incluye lo electrónico! Va a ser una sorpresa. No tengo prejuicios con la música, ya bastante los han tenido conmigo. Con mi productor vamos a tratar de llegar a nuevos públicos y a lugares a los que tal vez no estamos tan habituados”.
Agenda Carina Carriqueo: Octubre 6 “Festival del telar mapuche”, en Los Toldos. Octubre 11 Semana Cervantina, en Azul. Noviembre 17 “Mujeres del arte”, en 9 de Julio. Diciembre 13 Casa Cuzco, CABA.