Desde Asunción

Luego de 30 años de la formación del primer sindicato de “trabajadoras domésticas” en Paraguay, tres agrupaciones de mujeres logran la aprobación en el Senado de la igualdad salarial para el sector. 

El jueves 14 de marzo no fue un día cualquiera para las mujeres. Roque Felia Agüero, 68 años, se levantó temprano. En el barrio donde vive había mucha preocupación por la lluvia que no paraba hacía días: la inundación iba empujando a la gente a subir. Kelly, como la conocen, vive en Ricardo L. Brugada, más conocido como La Chacarita, uno de los barrios pobres más antiguos de Asunción. Ese día pasó por el comedor de adultos mayores que dirige para asegurarse de que no faltara nada para la comida, le dolían las rodillas, pero igual arribó hacia el Congreso Nacional que está apenas a unas cuadras. El rostro de Kelly siempre está en los diarios y en la televisión. Fue criadita desde los 7 años. Los políticos no quieren debatir con ella porque saben que pierden. Kelly es integrante del  Sindicato de Trabajadoras del Servicio Doméstico del Paraguay (Sintradespy), el más nuevo de los tres sindicatos de trabajadoras que existen en el país. 

Librada Maciel tiene 45 años y cuatro hijos. Para participar de la sesión de la Cámara de Senadores, viajó desde el sur hasta Asunción junto con sus dos hijas: Celina y Ramona, quienes también forman parte del Sindicato de Trabajadoras Domésticas de Itapúa (SINTRADI), creado en 2013. Cuando votaron los senadores, Librada no pudo aguantarse y gritó, con los brazos al techo: “Gracias! ¡Nunca más migrar a Argentina por salario digno! ¡No más mujeres a España!”.  Librada perdió a su madre cuando apenas tenía 11 años. De dieciséis hermanos y hermanas, trece viven y nueve son mujeres; todas son o fueron trabajadoras domésticas. Cinco de sus hermanas migraron a la  Argentina y son trabajadoras domésticas hasta ahora. 

• Más de 220 mil mujeres se dedican al empleo doméstico en Paraguay.

• El empleo doméstico es uno de los tres sectores que más mujeres emplea. 
• Los datos del último cuatrimestre de la Encuesta Permanente de Hogares muestran un incremento en el sector del trabajo doméstico de  7,3 % en 2017 a  7,5 % en 2018 en el mismo período.

Fuente: Observatorio de Igualdad y No discriminación sobre el trabajo doméstico.

Myriam Agüero fue en los últimos años la secretaria general del Sindicato de Trabajadoras Domésticas del Paraguay (Sintradop) creado en 1989 a partir de la Asociación de Empleadas Domésticas (ADED), nacida en 1985 en plena dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989).  El sindicato tuvo problemas con la dirigencia de  la Central Nacional de Trabajadores (CNT)  y desde hace unos años, trabajan como Sintradop- L  (L de legítimo). El 14 de marzo era un día importante. Myriam aprovechó el permiso de maternidad, se llevó a su bebé recién nacida, acompañó a sus compañeras y llegó hasta el Congreso. Allí estuvieron por más de 6 horas. La bebé aguantó. Myriam no habló con la prensa, pero se le cayeron las lágrimas y dijo: “Esta es una lucha de muchas mujeres y tiene la edad de la democracia: 30 años”.

IGUAL VALOR, IGUALES DERECHOS

El 30 de marzo del 2016, tras varias visitas al Congreso, las tres organizaciones reunidas bajo el slogan “Igual Valor, Iguales Derechos” lograron en el Senado la firma del proyecto de modificación del artículo 10 de la Ley de Trabajo Doméstico. La legislación fue una conquista de las mujeres en 2015, pero en su artículo 10 la normativa señalaba que el salario mínimo para este sector era el 60% del mínimo legal para cualquier otro trabajador. Tras años de lucha, el 14 de marzo pasado, se cambió ese punto discriminatorio y hoy en Paraguay las empleadas domésticas consiguieron la igualdad salarial.