Comenzó formalmente la Mesa de discusión política del Frente de Todos, que tendría que haber funcionado desde el inicio de la gestión, y jamás existió. Muchos conflictos públicos innecesarios, que no resolvieron nada, se hubiesen evitado. Bienvenida sea, que continúe.
En su momento, Alberto Fernández no la convocó. Cristina Fernández, antes, no la generó. Ahora sí, el Presidente (que también lo es del PJ Nacional) la conformó. Buenísimo. Tanto demoró que salió debilitado.
El Kirchnerismo resultó el sector fortalecido: “… quienes integramos esta mesa tenemos como responsabilidad disponer las acciones necesarias para impedir la proscripción de la compañera vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, cuyo liderazgo y potencia electoral no nos puede ser arrebatado.” Ése es uno de los párrafos políticos más fuertes del documento, cuyo título lo sintetiza todo: “Democracia sin proscripciones. Unidad para transformar”. Todos y todas detrás de Cristina. Si alguno en el futuro inmediato llegara a no encolumnarse, del documento se desprende que no será parte del FDT.
El primer round de la pelea política lo ganó el Kirchnerismo. El primero, ni el único ni el último.
El Frente Renovador recibió un golpe, no de knockout, pero lo sintió. Como el número del seis por ciento de inflación, que volvió a subir. Sergio Massa había anunciado una baja que llegaría en un par de meses más a “empezar con tres”. Demasiado ambicioso Massa, demasiado… Si él lograra dominar la inflación sería el candidato por peso propio, si lo lograra.
“Es necesario avanzar hacia una etapa que le permita recuperar al pueblo argentino la esperanza”. También de aquí se desprende que sería una “nueva” etapa. Y eso se consigue con nuevos protagonistas. Punto para Cristina o Massa, golpe bajo para Alberto. Otra cuestión será “(des)pegarse” de su gestión frente al conjunto de la sociedad. Para eso hacen faltan practicar muy bien otros deportes: saltos en largo y en alto, y las mejores gambetas del fútbol. Difícil.
“Las PASO son la herramienta institucional creadas por nuestro gobierno durante el año 2010, para abrir la participación de los partidos y sintetizar las diferentes visiones de un proyecto común”. Única “oración de PASO” en el documento que pareciera haber sido escrita por el grupo de “Albertistas”, –como si tal cosa existiera-. El Presidente hace mucho que plantea que habrá PASO. Formalmente las habrá, ya no hay opción institucional. Ahora el debate es si será con un(a) solo candidato(A), o varios. Sería ideal poder aprovechar esa herramienta para sintetizar. También es cierto que, si no se cumplen de “buena leche” las reglas, puede ser una catástrofe política.
Ejemplo: Julián Domínguez frente a Aníbal Fernández por la candidatura a gobernador en 2015. En muchísima menor medida, ahora la sufre el PRO frente a los Radicales tras la interna en La Pampa. Lo cierto es que un Frente que no puede organizar una interna abierta, menos puede gobernar un país. Cambiemos tuvo internas y gobernó, mal, pero gobernó. Horacio Rodríguez Larreta se la ganó a Gabriela Michetti, ¿se acuerdan?
“En 2023 se enfrentarán dos modelos de país. La Argentina de un progreso compartido, democrática e igualitaria; y el anacronismo de una derecha que concibe al país como una plataforma de negocios para unos pocos”. Esa disyuntiva política también es Kirchnerista, más que de Alberto o de Massa.
Veremos cómo sigue la rosca en los próximos días. Ahora todos y todas creen que todo está jugado, creen… Hoy mismo, Fernando “El Chino” Navarro, generalmente “oficialista” (hoy Albertista), puso en duda que de la Mesa haya surgido el operativo para ir a pedirle a CFK que revea su posición: “La que decidió no ser candidata es ella”. Eso es diferente a ser proscripta. También el Movimiento Evita plantea que Juan Schiaretti sea parte del FDT porque, supuestamente, es Peronista. Esta organización ya hizo acuerdos en Córdoba, ya fue en otras oportunidades por afuera del Peronismo. Evita y oficialismo debieran ser un oxímoron político por su nombre de lucha. Pero esto es Argentina, “Cambiemos” y todo puede pasar… ¿Recuerdan cómo “jugó” este Movimiento durante la gestión Mauricio Macri?
En la Mesa estuvieron representados las tres patas partidarias, los gobernadores, intendentes y las centrales sindicales, CGT y CTA; perfecto. Eran 33. El Kircherismo tuvo 33 de mano y ganó la primera pulseada. Pero cuidado, la pelea todavía no terminó. La “síntesis política” aún no se consiguió. Recuerden que “la unidad en la diversidad es un valor importante para quienes formamos parte del Frente de Todxs”. Que el que gana, conduce, y el que pierde, acompaña.
Ah, no se olviden de la militancia de la gestión, de la territorial, en los barrios y en las fábricas.
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