Adónde vamos
La crisis económica y la fragmentación social. La dolarización y la devaluación. El próximo Gobierno. Los responsables.
La inmolación del Frente de Todos, fruto de sus internas interminables, estimula una nueva crisis económica. Ésta, a su vez, una profunda crisis política. La “gente”, así, disgregada, inorgánica, experimenta una nueva frustración. Le sigue la fragmentación social, ya iniciada. Los discursos económica y socialmente irracionales, como la dolarización, impracticables en términos de mantener más o menos cohesionada una sociedad, se vuelven verosímiles.
A esta altura ya no importa si Javier Milei continúa con su creciente intención de voto o el electorado terminará (lógicamente) asustándose de este monstruo que alimenta. Tampoco si Horacio Rodríguez Larreta le ganará las PASO a Patricia Bullrich, o viceversa. Lo trascendental es que la derecha domina completamente la agenda de “soluciones” (final) en el futuro inmediato.
Más allá de quién lo ejecute, lo que se avecina es un Gobierno que fundará un nuevo (viejo) orden económico-social, del que no se pueda salir en 10 o 20 años. Una sociedad definitivamente quebrada, sin clase media, sin posibilidad de ascenso social. Como ejemplifican con sus países modelos, Chile o Perú. No es casual que destaquen siempre que, más allá de los cambios de presidentes, aquí nunca hay crisis económica. O que el país transandino fuera el paradigma neoliberal, hasta que estalló porque los jóvenes no pueden estudiar. ¿Qué diferencia hay con el “voucher” para la educación planteado por el fascista Milei? ¿O con la baja de casi un punto de inversión por año desde que Mauricio Macri- Larreta gobiernan el distrito más rico del país?
Reforma laboral y previsional, venta de recursos naturales, privatizaciones, cierre de empresas PyMES y públicas (Aerolíneas Argentinas, medios públicos), concentración de los beneficios de la venta de gas y litio en pocas manos, apertura comercial indiscriminada, pérdida de puestos de trabajo. De eso no se sale con un gobierno de cuatro años de otro color político.
¿Vas a ganar en dólares? Puede ser...
- Un salario registrado medio de $178 mil, representaría unos u$s 25.
- En el tercer trimestre de 2022, según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), el sueldo promedio en Argentina era de 83.755 pesos; esto es, unos u$s 12.
- El Salario Mínimo Vital y Móvil es de $80.342, u$s 11.5.
Esta división por $7 mil es un promedio de lo que dicen las consultoras económicas, hay proyecciones más trágicas (y realistas); o sea, podría ser peor.
Si triunfara la devaluación fuerte de la moneda (al cierre de esta nota el dólar ilegal se ubica cerca de los $500) más un gran ajuste, también implicaría una transferencia gigantesca de dinero de los sectores asalariados e informales, hacia los exportadores, que serían los grandes ganadores. Siempre alguien gana…
Hoy el Gobierno (y todos nosotros) enfrentamos una corrida cambiaria que busca arrancarle una gran devaluación. El Estado no tiene dólares, ni el Frente de Todos (FDT) cuenta con decisión ni capacidad política para enfrentarla. Hasta acá aguantó, hasta acá…
Todos y todas las integrantes del El FDT son responsables. Alberto Fernández por no adaptarse a una realidad que no era la originaria, a una situación política para la que no estaba preparado: la de una crisis económica mundial (pandemia, guerra y sequía), en un país profundamente endeudado y condicionado por el FMI (gestión Cambiemos). El Kirchnerismo, por boicotear siempre la gestión sin militar alternativas a lo que criticaba. Hace meses que están enfrascados en la interna. Ninguno (a) se va a salvar si la situación sigue así.
La perspectiva es más compleja aún. Hoy por hoy, la proyección es que al FDT le vaya muy mal en las PASO. ¿Cómo gobierna al día siguiente? Sus integrantes, que hoy se “matan” políticamente, qué harán al día siguiente si les fuera mal. Cristina Fernández el jueves dará “una clase magistral”. ¿No será tiempo que como la líder política que es del espacio más importante del Peronismo tome otra actitud política?
Alberto Fernández estiró tanto su decisión obvia de no poder presentarse a la reelección, que ya es tarde. El Kirchnerismo dilata su “operativo clamor”. Sergio Massa apuesta a su cada minuto más difícil proyecto. Mientras tanto, Juntos por el Cambio y MIlei, disfrutan: parte del ajuste vendrá hecho. Tendrán legitimidad social producto de la crisis inflacionaria para hacer todo el resto que se les ocurra. Así lo aprovechó Carlos Menem tras la hiperinflación de Raúl Alfonsín. La primera vez el riojano tuvo que mentir para ganar; después fue reelecto. Cambiemos mintió en 2015, ahora avisa lo que va a hacer. No será traición.
Tan mal estamos que lo único a lo que se apuesta es a que el FMI nos ayude. Por favor, dónde caímos. Dependemos que EEUU considere, con razón, que sería mejor para sus intereses estratégicos que Argentina no se desbande. Con China como potencia creciente, con Brasil acercándose cada vez más a los BRICS y diferenciándose del “gran país del norte”, éste puede preferir que no le salga otro Bolsonaro (Trump) en la región, y apostar así una salida MÁS(SA) amigable para todos y todas. Para eso tiene que poner u$s 10 mil millones ya para frenar la corrida. Y mucha ayuda después.
En el FDT hicieron todo el al revés. ¿Se puede hacer otra cosa, hay tiempo? Al menos habría que intentarlo. Así, perjudicaron, primero la Patria, después el Movimiento y último las personas. La historia no los absolverá, al contrario. Si la derecha regresara y se confirmara esta proyección trágica para el país, más de uno debiera seguir el discurso de CFK y “buscarse otro laburo”. Si es que en esa Argentina hay trabajo para todos y todas, claro.