política

Empresa Global y Beneficios. Segunda entrega

De Nueva York a Nueva York. Un libro que aparecerá en EEUU, y habla sobre manejos financieros fraudulentos. Pone como ejemplo a las mecánicas utilizadas en el caso VICENTÍN.

Entramos en tema de tu libro entonces, me parece.  ¿Qué significa el título?

Nuestro libro, es en coautoría con David Shapiro. El título “Global enterprise and private profits: how the citizens and the public interest are being shortchanged”. Significa algo así como “Empresa global y beneficios privados: cómo los ciudadanos y el interés público están siendo estafados”.

Bueno, ya avisas hacia dónde vas. ¿Por qué en inglés?

Yo venía con David Shapiro trabajando en estudiar el tema de los juicios de los fondos buitres, de aerolíneas y de YPF, los que están todos radicados en el Distrito Sur de los tribunales de Nueva York.  Me convocan a VICENTÍN, y le pido a David que suspendamos un tiempo nuestro trabajo. A poco de estar en Reconquista me encuentro con que el Discovery que habían pedido los bancos internacionales a VICENTÍN, se tramitaba también en el Distrito Sur de los tribunales de Nueva York; que el agente financiero del principal banco acreedor extranjero de VICENTÍN estaba en Nueva York; que los pagos por la venta fraudulenta de RENOVA fueron canalizados por el JP Morgan, entidad con domicilio en Nueva York; que los servicios de reestructuración de deuda que quiso contratar VICENTÍN lo fue con una consultora de Nueva York<, que GLENCORE estaba siendo investigada por pago de sobornos por los fiscales de Nueva York. Nueva York me aparecía en todos los expedientes, ya sea de Reconquista o de Rosario.  Así que le propuse a David que cambiáramos de tema de estudio. Le propuse VICENTÍN. Al fin y al cabo, él no se tendría que mover de esa Nueva York donde él enseña.

              Y él aceptó…

Si.  Es más. Cuando empiezo a hablar con él de VICENTÍN y le explico su importancia para la Argentina, David fue el primero en advertirme…”fíjate quien es GLENCORE”. Bueno, le hice caso. Y ahí entendí casi todo.

¿Y quién es GLENCORE?

Una trasnacional suizo-británica, pero que tiene sede en una guarida fiscal, Jersey. Dedicada a la explotación de recursos naturales en países periféricos, su fundador estuvo dos décadas prófugo de la Justicia de los Estados Unidos (sí, de los tribunales de Nueva York) por fraude, lavado de activos y evasión fiscal. El último día de su presidencia, Bill Clinton lo indultó. Después, la empresa pasa a otras manos, pero continúa siempre involucrada en cuanto caso de evasión impositiva, explotación de trabajadores, lavado de dinero y daño ambiental exista en el mundo. En marzo de este año, GLENCORE se reconoció culpable (otra vez en los Tribunales de Nueva York) de sostener una red internacional de sobornos que abarca América del Sur, África y Europa. Lo hacían para ganar licitaciones, y para que los jueces de los respectivos países no los investiguen. La multa que pagó fue de 1100 millones de dólares, más del doble de lo que te darían ahora si sacás a remate los activos de VICENTÍN. Pero en Argentina GLENCORE, que opera a través de su subsidiaria VITERRA,  se está quedando sin poner un dólar con los activos rentables de VICENTÍN. 

¿El libro que hiciste con Shapiro es entonces sobre esta dinámica?

No sobre esta dinámica únicamente. Pero sí la tomamos como un ejemplo claro de las cosas que sostenemos a lo largo de sus capítulos.  Arrancamos el libro comentando la paradoja de que, en tiempos de la crisis de la pandemia con una caída brutal del PBI mundial, las principales fortunas en el mundo se incrementaron. De allí ensayamos una explicación de esto. A través de las finanzas, se pueden hacer ganancias extravagantes sin tener que producir un tornillo ni cultivar un rábano.

¿Timba?

Timba con cartas marcadas. Las finanzas, a través de una serie contratos, atan hoy en su beneficio el valor que vos vas a producir en el futuro con tu trabajo. Te condena a que trabajes por el resto de tu vida a favor de un banco. Ahí está el negocio.

¿Cómo sería eso?

Te doy un ejemplo. Cuando el Toto Caputo emitió un bono a nombre del Estado argentino por el que se deberán pagarán intereses durante los próximos 100 años (textual, no metáfora), con eso provocó una entrada momentánea de dólares por lo recibido de la venta de ese bono. Esos dólares luego se volcaron al mercado de cambios. No son dólares genuinos, son dólares subsidiados, traídos por el Estado, habidos por su endeudamiento y relativamente baratos para terceros. ¿Quién compró esa ganga? Ni vos ni yo. Lo hicieron los grupos económicos concentrados, que una vez que los adquirieron, los fugaron. ¿Pero quién paga la cuenta del ofertón? No ellos. La pagamos vos y yo. Y nuestros hijos e hijas, nietos y nietas, que deberán trabajar por el resto de los 100 años que quedan para bancar con nuestros impuestos los intereses que el Estado pagará por esos dólares que trajo el Toto Caputo para que los compren sus amigos. Que vos ni yo vimos, que los compró un vivo.  Ese vivo usó la tarjeta de crédito, pero el resumen nos llegó a nosotros. Entonces tenemos hoy nuestro trabajo futuro ya comprometido en producir lo necesario para el pago de una deuda que no nos benefició a nosotros sino a otro. Las finanzas especulativas son eso.

¿Cómo se relaciona eso con GLENCORE y VICENTÍN?

Todo esto se produce a través de alquimias jurídicas y contables, de vasos comunicantes difusos. En nuestro libro nosotros contamos cómo estos manejos financieros usan como vehículos   -tanto para realizarlos como para encubrir la responsabilidad de quienes los realizan- a las estructuras corporativas. De ellas, las estrellas, las sociedades anónimas. Algo que se te presenta enfrente como “anónimo”, te debería dar mala espina. Pero no te la da, por una construcción cultural del capitalismo, que desde sus intereses te dice qué es lo bueno y qué es lo malo. GLENCORE a través de matryoshkas constituidas por sus sociedades anónimas de papel, se está apropiando de los activos materiales de VICENTÍN, de manera gratuita.  Ante el aplauso de las propias víctimas, productores agropecuarios que aun no entienden qué cosa es GLENCORE, lo averiguarán en un futuro cercano, y la connivencia de los jueces. El derecho protege más estas prácticas de lo que las persigue. Y eso lo desarrollamos en nuestro libro.

              ¿Entonces?

Entonces, si no hay voluntad política, si no damos una lucha por el Derecho, el excedente agropecuario argentino exportable, el que trae los dólares, tendrá a GLENCORE como su actor hegemónico. Su gran jugador y a la vez su árbitro. En el presente y debido a que de facto ya está explotando el 100% de RENOVA, GLENCORE se ha convertido en el principal exportador de aceites vegetales del país. Si en Santa Fe los jueces homologan el acuerdo preventivo propuesto por VICENTÍN, este copamiento de hecho y fraudulento se redimirá  con el agua bendita de una sentencia judicial. En el libro lo explicamos con la ley, los datos y hasta con gráficos. En realidad no es tan difícil. Pero los actores que operan en esta lógica oscurecen el tema para que nadie entienda nada y así procurarse la impunidad.

¿Vas a escribir la versión en español?

La editorial extranjera me lo tiene que permitir, ya que se han quedado con los derechos de la obra. En caso que yo incumpla el contrato, según lo establecen sus clausulas: ¿Adivina en dónde me van a hacer la demanda judicial?

              ¿Dónde?

En los tribunales de Nueva York…

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