Internacionales

La libertad de prensa amenazada

La detención de Julian Assange pone en serios riesgos el ejercicio de la prensa libre. Los cargos que el fundador de Wikileaks deberá enfrentar en EE.UU. sientan un precedente peligroso.

Washington no pudo soportar la filtración de miles de documentos militares y diplomáticos que revelaron casos de violaciones a los derechos humanos, espionaje a líderes internacionales y maniobras políticas internas, como las que involucraron a la excandidata presidencial Hillary Clinton (ver aparte).

Una de las voces más fuertes que se escucharon en defensa de Assange fue la de Rafael Correa. El expresidente ecuatoriano adjudicó la decisión de quitar el asilo a Assange, a la filtración que hizo Wikileaks sobre una presunta cuenta offshore en Panamá perteneciente al actual mandatario Lenín Moreno. 

Assange no sólo contaba con el beneficio del asilo sino que, además, hacía un año se había convertido en ciudadano ecuatoriano. En este sentido, Correa advirtió que la Constitución de su país prohíbe la extradición de sus ciudadanos.

Correa acusó a Lenín Moreno de entregar a Assange a la justicia norteamericana a cambio de recibir apoyo financiero. Ecuador y el FMI firmaron una acuerdo en febrero por 4.200 millones de dólares. Además, señaló que las autoridades de su país no presentaron pruebas sobre los delitos que se endilgan al periodista, como haber robado documentos a la embajada ecuatoriana o intervenir comunicaciones. 

Acusado por una filtración que nunca ocurrió

La justicia de Virginia, Estados Unidos, acusa Assange de “conspiración para cometer intrusión de computadora” (delito que conlleva una pena máxima de cinco años de prisión). Según revelaron sus abogados, desde 2017, existía una orden de detención de EE.UU. en el Reino Unido por este caso, pero tanto los británicos como Ecuador lo negaron, y finalmente prosperó cuando Quito decidió quitarle la ciudadanía.

En esta causa está condenada Chelsea Manning, la oficial de inteligencia que aportó información a Assange sobre asuntos secretos. La justicia sostiene que Manning advirtió a Assange que había más documentos importantes almacenados en el servidor del Departamento de Defensa, pero que sólo tenía una parte de la clave de acceso. De acuerdo a la acusación, el periodista se ofreció a intentar obtener la otra parte de la clave. Para los fiscales, la oferta de Assange constituye el eje central de una conspiración. Y por esto se lo acusa, por una filtración que nunca ocurrió, ya que la clave del servidor del Departamento de Defensa no pudo ser descifrada.

La historia judicial

  • 2010 – Suecia solicitó la detención de Assange por acusaciones de violación y acoso sexual a dos mujeres. Assange se declaró inocente y permaneció bajo arresto domiciliario en Londres.
  • 2012 – Londres emitió una orden de extradición a Suecia. Assange se presentó en la Embajada de Ecuador y solicitó asilo político. Rafael Correa aceptó el pedido.
  • 2017 – Suecia dio por cerrado el caso contra Assange.
  • 2019 – Assange enfrenta en Londres una condena por incumplir las medidas cautelares de su libertad.

Alerta periodismo

El lingüista estadounidense Noam Chomsky calificó de “escandalosa” la detención de Assange, debido a que los gobiernos de Estados Unidos, Reino Unido, Ecuador y Suecia cooperaron para “silenciar a un periodista que estaba produciendo materiales que las personas en el poder no querían que la multitud conociera”. La acusación de la justicia estadounidense sienta el precedente de que cualquier periodista puede ser encarcelado por haber publicado información veraz sobre Estados Unidos. “El uso del chat encriptado para obtener documentos secretos es una práctica habitual de los periodistas de investigación”, sostuvo Santiago O’Donnell, periodista y autor de Argenleaks. “Digamos que si no revelar la fuente y proteger su identidad forma parte de una conspiración, el mundo está lleno de periodistas conspiradores”. El jurista español y coordinador de la defensa de Assange, Baltasar Garzón, fue más allá, aseguró que “estamos hablando del derecho de los ciudadanos del mundo a conocer en manos de quién estamos, de lo que nos ocultan y de adónde pretenden conducirnos”.