Panorama político: Reforma judicial; el Gobierno en reforma
Con el esperado anuncio de la Reforma Judicial, el Gobierno intenta retomar la centralidad política. Más allá de su destacado accionar en el cuidado de la salud de las y los argentinos, en las últimas semanas la había perdido y se encontraba más a la defensiva que a la ofensiva, dando explicaciones por lo que no había podido realizar. Fuera de la crisis por la pandemia y sus críticas consecuencias económicas, lo más trascendental y para nada menor logrado por el Frente de Todos, fue lo que no aceptó, lo que no concedió a los poderes fácticos. El ejemplo más claro, es el de no haber presentado un “plan económico” antes de que esté cerrado el acuerdo (o no, pero sí cerrada la etapa de negociación) con los acreedores externos por la deuda. Si lo hubiese hecho, los condicionamientos a ese hipotético plan hubieran sido muchísimos, y las medidas que se debieran haber tomado, hubieran quedado totalmente supeditadas al poder del sistema financiero internacional. No se hizo, gran punto a favor de Alberto Fernández, no leído ni justamente valorado por muchos de los propios. Ése pareciera ser el profundo sentido de su “No creo en los planes económicos”. Claro, en la mayoría de los casos, de 1975 para acá, estuvieron emparentados a los lineamientos del FMI y a políticas de ajustes. En esos planes, es sano no creer.
Reforma del Poder Judicial
El Gobierno tomó “una” medida trascendental, y es esperable ahora que vaya a fondo: no hay margen político para otra marcha atrás. Necesitaba una decisión política simbólica fuerte. Decidió encararla con un tema que tiene un gran desprestigio social, aún más que la Policía Bonaerense, y los instalados por los grandes grupos mediáticos: “los políticos y los sindicalistas”. Cerca del 80 por ciento de las/os argentinos suelen decir en las encuestas que es necesario modificar ese poder. Lo que se busca reformar, más que la Justicia, es el Poder Judicial en general, y el de Comodoro Py y el de un puñado de jueces y fiscales federales, en particular. Alberto puede anotarse un gran poroto político si concreta la Reforma Judicial convirtiéndola en ley. Pero ese “pleno” no puede fallar en la ruleta política. Para eso debe ir a fondo, con esa medida elegida, “una”, sin abrir muchos frentes a la vez hasta no cerrar ése. La resistencia política del 41 por ciento de los votantes, de los poderes Judicial, económico y sobre todo de la facción del capital que hoy conduce a “sus compañeros”, el poder de los grandes grupos económico-mediáticos, es muy grande. Así que habrá que quebrarla…
En términos generales, la ampliación de juzgados federales; el régimen acusatorio (en manos de fiscales, y no de jueces); el fortalecimiento del Ministerio Público Fiscal; la conformación de un Consejo para Afianzar la Administración de Justicia en la República Argentina; el juicio por jurados, son todos elementos que democratizan el único poder no democrático. “Sólo busco hacer la República que todos declaman, pero que algunos humillaron”, sentenció el Presidente. Desterrar “los sótanos de la democracia”, como había prometido. Indispensable.
Podría llamar la atención, pero no llama la atención. Es una profecía autocumplida. “No sé, pero me opongo”, pareciera ser el concepto que guía a la oposición político-partidaria de Juntos por el (NO) Cambio. Si nada cambia, se mantiene el “status quo” oligárquico del cual se ufanaron: persecución a opositores; invento de causas judiciales –“lawfare”-; encarcelaciones preventivas varias; violación de todos los sistemas de debido proceso y defensa; y como si fuese poco, espionaje ilegal a opositores, propios, ajenos, empresarios, dirigentes sociales y religiosos, y hasta familiares. Mauricio Macri había asumido con un doble procesamiento por escuchas ilegales; bueno, ahora también está doblemente sospechado, por espionaje ilegal y por la “mesa judicial” para el armado de causas. Cambiemos se llamaron, ahora son “NO” Cambiemos nada. Federico Pinedo, dirigente PRO, se negó a integrar la Comisión de Notables jurisitas que asesorará al Presidente. Le daba la talla jurídica, no le dio la talla política. Es más redituable decir que es una “Reforma K”, que “PRO”poner.
Esa Comisión integrada con referentes académicos asesorará al Presidente sobre temas que no están incluidos en la presentación del proyecto de ley, como la integración de la Corte Suprema de Justicia y el funcionamiento del Consejo de la Magistratura, por ejemplo. Quizás fuese deseable que se incluya un ítem que ponga un límite a que cualquier juez del país puede considerar inconstitucional una ley votada por las dos Cámaras de representantes legislativos. Otro rasgo fuerte de un poder oligárquico y no elegido que se impone sobre el poder popular.
El Gobierno en reforma
La Reforma Judicial sería la primera medida fuerte de otras que se anunciarían en los próximos días, y que tendrán eje en lo económico. A la verdadera “pesada herencia” dejada por el neoliberalismo Macrista, se sumó la epidemia del Covid-19. “La economía argentina, y particularmente el mercado de trabajo, registró un profundo retroceso en sus principales variables en los cuatro años que duró la gestión de Mauricio Macri. Se observa una tímida recuperación en el primer trimestre pre-pandemia que transcurre en el verano 2020, apenas asumido Alberto Fernández, pero ya en el mes de marzo empiezan a sentirse los efectos negativos de la pandemia”, concluye el informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). “Entre 2015 y 2019 se reduce la cantidad de empleadores en 24.505 casos. En el período de pandemia, la caída es similar y alcanza los 18.546 casos”. Durante la gestión Cambiemos, “entre 2015 y 2019 se reduce la cantidad de trabajadores/as registrados/as del sector privado en 230.264 casos. En el período de pandemia, la caída es de 173.507 casos”. Por estos datos, el Presidente definió que “Por cuatro años pasó una pandemia sin ningún virus, que dejó a miles en la pobreza”. Durante el Macrismo, “la pérdida de poder adquisitivo de la masa de salarios ascendió a 16,7%. Cuando la comparación de la masa salarial se realiza punta a punta entre noviembre 2015 y noviembre 2019, la caída real fue de casi 20% (19,5%). El 42% de los despidos fueron por parte de empresas con más de 1500 trabajadores. Despidieron las grandes, las pymes quebraron. En cambio, el impacto de la pandemia golpeó de lleno en el segmento de empresas más pequeñas, que explican el 92% de la pérdida de empleo”, concluye el CEPA.
Durante la gestión Cambiemos, “entre 2015 y 2019 se reduce la cantidad de trabajadores/as registrados/as del sector privado en 230.264 casos”.
Ésa es la agenda que tiene en carpeta el Frente de Todos, pero no puede mostrar “el plan económico” mientras negocia la restructuración de la deuda externa. La dificultad del cierre no es sólo por tres dólares de diferencia promedio por bono y porque los acreedores pretenden beneficios excesivos para bloquear judicialmente una hipotética renegociación, sino también porque EE.UU. pide que América Latina se le aliñe, y no cierre acuerdos con China y/o Rusia.
Las medidas tenderán al desarrollo industrial, incluido para el sector del llamado “campo”: se tiene previsto reducir las retenciones a la exportación de productos agropecuarios y aumentar los reintegros a la industria manufacturera, con un esquema escalonado de alícuotas. La propuesta fue elaborada por el Ministerio de Desarrollo Productivo de Matías Kulfas, y propone una reducción de 5% a 0% para los derechos de exportación de bienes finales, y de 4% a 3% para insumos elaborados.
El INDEC reveló recientemente que el nivel de ocupación industrial del sector de alimentos y bebidas cayó al 57% en mayo, y que en marzo pasado conoció el nivel más bajo de utilización de, al menos, los últimos 24 meses. Los sectores cuya producción más se contrajeron fueron el automotriz (-84,1%), la industria electrónica de consumo (-71%), minerales no metálicos (-51%), metales básicos (-51,1%), productos textiles (-33,9%), metalmecánica (-32,8%) y refinación de petróleo (-27,5%). Habrá inyección de recursos en la economía para reactivarla, indispensables. La inversión pública será vital, pero es necesario antes de los anuncios, terminar primero, y de alguna manera, el tema deuda.
Pandemia y cuidados
La valoración de la gestión de la pandemia por parte del Presidente es, aún hoy, valorada por casi el 70 % de la población, según la encuesta realizada en el AMBA por Raúl Aragón y Federico González. Y las creencias es que la cuarentena es “necesaria, humanitaria y útil”. No obstante, la preocupación por la situación económica tiene índices casi tan altos como el riesgo de contagio. “El temor a quedarse sin recursos para solventar gastos diarios, la eventual crisis económica de familiares a quienes no se podría ayudar, el endeudamiento, la pérdida del trabajo y la pérdida de ahorros, resultan los temores más salientes dentro de un vasto espectro de temores mayor”, concluyen ambos analistas. “La cuarentena fue una medida necesaria para casi el 75 % de las/os encuestados, pero al mismo tiempo, para el 60% la pandemia y la cuarentena impactaron “negativamente” en la situación económica. Como si fuese poco, los números de contagios y muertes son récords, y hay que decidir cómo se sigue. No es recomendable la apertura, claramente, pero peor aún es tomar una medida de restricción que no se cumpla o que la provincia de Buenos Aires y CABA no se comporten como lo que verdaderamente son: un Área Metropolitana de Buenos Aires.
Ése es el desafío para la etapa de reforma del Gobierno: la crisis sin virus heredada del Macrismo, la crisis sanitaria por la pandemia del Covid-19 y sus consecuencias económicas. Habrá que exigirle sí, pero teniendo en cuenta toda esta realidad. El territorio, la gestión, siempre es infinitamente más complejo que la comodidad de un escritorio, así como estar maquillado con un micrófono y una cámara delante.