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Especial desde Berlín: La vigencia de los muros

No es una celebración más. Después de 30 años seguimos hablando de divisiones en todos sus formatos. Aquel 9 de noviembre de 1989 el mundo confirmó que las revoluciones pacíficas son posibles y que ningún sistema es perfecto cuando imperan los extremos. 

Se trató del colapso de un régimen que nada tuvo que ver con el “socialismo real” que proclamaba Rosa Luxemburgo también en Berlín pero en otro momento histórico de la convulsionada Alemania. 

La caída del muro significó: la emancipación de un pueblo, el punto final de la Guerra Fría y al mismo tiempo el triunfo político de Estados Unidos y su “American Way of Life”. Ganó un sistema y cayó el otro.

Dos visiones políticas antagónicas, la capitalista y comunista, mantuvieron separadas a millones de personas durante 28 años. En la capital germana 41.000 personas lograron escapar a la parte Occidental y 141 perdieron la vida en el intento, aunque un estudio de la Universidad Libre de Berlín de 2017 sitúa esa cifra en 262. Algunos huían de la opresión y otros eran seducidos por una democracia que ofrecía televisión a color y abundantes bienes de consumo y otros considerados” artículos de lujos”.  

Hoy las diferencias entre el Este (antes RDA) y el Oeste (antes República Federal) aún persisten pero en menor medida. Un reciente informe gubernamental sobre la reunificación indica que el PBI aumentó un 0,2% más en Oriente que en el Occidente alemán en 2018 pero la desocupación alcanzó el 6,5 % en el Este y 4,8 % en el Oeste. De acuerdo a esta investigación, el 57 % de los alemanes orientales se sienten ciudadanos de segunda categoría, mientras que sólo el 20 % entre los menores de 40 años, opinan que la reunificación fue exitosa. 

Quizás el dato más curioso y a la vez alarmante en este contexto sea el surgimiento en ciudades como Dresde (en el este) de los partidos de ultraderecha y neonazis Pegida y AFD (Alternativa para Alemania). Es en esta región también donde se produjeron numerosos ataques a refugiados en los últimos años.

Puerta de Brandenburgo, Berlín.

Este sábado la Puerta de Brandenburgo se tiño de memoria. Miles de jóvenes y testigos privilegiados de aquella gesta del 9 de noviembre acompañaron los festejos oficiales con música, luces y proyecciones históricas.

30 años no son nada en comparación a los complejos procesos de cambio que sufrió Alemania. A fin de cuentas no importa cuanto tiempo pase si aún persisten los muros en un mundo cada vez menos democrático y más desigual.