Cerco mediático en Ecuador
Desde Quito
Por Rafael Rodríguez Mayel
Días durísimos de “enfrentamientos” entre policías que “defendían” al Estado y los indígenas ecuatorianos que defendían la soberanía de todo un pueblo; incluidos los policías, que irónico ¿no? Así empezaba el gran cerco mediático. Mientras en las calles de Quito se jugaban la vida un centenar de indígenas y policías, varios canales de tv, periódicos, radios y hasta medios digitales maquillaban la situación.
Recuerdo en Teleamazonas (Canal 4 )y Ecuavisa (canal 8) pasaban novelas, dibujos, hasta venta de utensilios para el hogar, nadie informaba ni siquiera para avisar que la ciudad colapsaba y el tránsito automovilístico iba a ser un caos. Como desde el inicio, varios periodistas, camarógrafos y fotógrafos seguíamos este evento que para nosotros fue un campo de batalla. Éramos alrededor de cinco, todos corresponsales de medios internacionales los que dábamos guerra al cerco mediático local. Entre la multitud, se veía a varios jóvenes que generaban su propio contenido, eran los famosos Facebook Live esos, los que como piedrazo en protesta, rompían los esquemas y dejaban en evidencia todo a través de esta red social. Más de 40 mil espectadores en vivo y más de dos millones de reproducciones, aquellos eran el contrapeso al gran monstruo ecuatoriano de prensa “libre e independiente”.
Moreno anunció el Estado de Excepción y sólo en ese momento, los medios transmitieron un Cadena Nacional de 2 minutos, ilógico pero así es esto. Ahora somos los corresponsales y los “facebookeros” de guerra. Durante once días vivimos una ola de información de parte del Estado que desmentía de manera desleal los muertos, heridos y la represión. Las instituciones estatales se convirtieron en un “troll center” de fake news. Pero los de información verídica eramos más. Nos metíamos entre la turba enardecida a veces exponiendo nuestros equipos y sobre todo nuestra integridad pero eso no nos detuvo sabíamos que era necesario seguir allí. Los medios locales sólo sirvieron para acusar a los indígenas. Esto provocó que el ecuatoriano promedio sacara lo más bajo de sí mismo: racismo, xenofobia y regionalismo. Los medios locales incitaron a odiar a los indígenas tachándolos de salvajes, saqueadores y delincuentes. Jaime Nebot exalcalde de Guayaquil, decía de manera despectiva: “los indios que se queden en su páramo” y la alcaldesa de Guayaquil llamaba a los guayaquileños a salir a las calles y defender su ciudad, ellos sí tuvieron micrófono mientras que nuestros guerreros no.
Ahora en Ecuador se escribió una nueva página en el periodismo, la revolución de la información veraz y comprobada a través de las redes sociales.