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Panorama Político. El (des)equilibrio del Gobierno

Uno de los apoyos fundantes del Gobierno, el Campo, lo criticó explícitamente.

Al presidente Mauricio Macri parece que le han sugerido que se presente enojado, sacado, para demostrar que mantiene la autoridad y la conducción de una Alianza y un Gobierno que esta semana volvió a dar señales claras de pérdida de poder. Hace equilibrio y se sostiene políticamente pese a que día a día distintos sectores propios de su esquema original de poder intentan despegarse o, al menos, diferenciarse. De qué otra manera se explica que uno de sus apoyos fundantes, el Campo de la Pampa Húmeda y quienes alquilan sus tierras para que otros las trabajen, representados por los ex líderes de la Mesa de Enlace, lo criticaran tan explícitamente: “Esto es como un gran globo que se va inflando. (…) Si no cambian va a reventar y va a ser un desastre”, presagió Mario Llambías, ex presidente de CRA (ver El campo puso su “pesada herencia” sobre la Mesa).

En los poderes judicial y de los medios de comunicación también se perciben señales de diferenciación con el Gobierno.


También hubiese sido inimaginable hace unas semanas hacer zapping y ver noticias vinculadas a la economía dominando la escena: inflación creciente, desocupación (9.1%) y subocupación (12%, alza de dos puntos) disparadas; los 9 mil 600 millones del FMI que contuvieron al dólar sólo una semana; y la suba de las tasas y el riesgo país. Otro de los sectores que forman parte del Gobierno, el Poder Judicial, también da señales de diferenciación. La Corte Suprema (¿de Justicia?) emitió el fallo que impide que el Gobernador de Río Negro, Sergio Weretilneck, pueda ser reelecto. Era “el candidato” del Gobierno y ahora el kirchnerista Martín Soria tiene muchas posibilidades de ser el ganador. No es que se haya convertido en una Corte “opositora”; no es tan lineal, habrá idas y vueltas: tampoco habilitó la reelección del gobernador de La Rioja, Sergio Casas. El Justicialismo tendrá un poco más de tiempo para buscar un reemplazante porque se suspendieron las elecciones programadas para el 12 de mayo (todavía no hay nueva fecha). Quien también hace equilibrio en su puesto es el fiscal Carlos Stornelli, tan cercano a Mauricio Macri que el Ejecutivo envió al Consejo de la Magistratura un pedido para remover de su cargo al juez federal Alejo Ramos Padilla, quien investiga el espionaje ilegal de funcionarios (la ministra de Seguridad Patricia Bullrich y el agente paraestatal Marcelo D´Alessio) y diputados nacionales oficialistas (Elisa Carrió y Paula Oliveto). “División de poderes, República”, decían en Cambiemos…  Consecuencia: la Cámara Federal de Mar del Plata sostuvo a Ramos Padilla y la gente se movilizó a Tribunales para apoyarlo.

“La calle”, con grandes movilizaciones opositoras: la del 24 de marzo por el golpe cívico-militar y la del sindicalismo y los movimientos sociales del cuatro de abril.

“La calle” nunca fue un bastión del Gobierno, al contrario, pero las movilizaciones se suceden semana a semana. Por un lado, la inmensa movilización del 24 de marzo por Memoria, Verdad y Justicia que, si bien se realiza todos los años, es claramente una marcha opositora al Gobierno. Por otro, la del próximo cuatro de abril de los movimientos sociales y del sindicalismo: de las centrales menos numerosas -las CTA de los Trabajadores y la Autónoma- que desde el inicio lo enfrentaron; los sectores que se le sumaron a medida que la situación social empeoraba – la poderosa Corriente Federal liderada por Hugo Moyano-; y la más grande, la CGT, cuyos dirigentes se enteran de los despidos y suspensiones dependiendo de las negociaciones con el Ejecutivo. Esta vez, los 32 millones de pesos que recibirán por el sistema de salud parece que alcanza para que no convoquen a un paro nacional, pero no para que no movilicen –está por verse con qué intensidad-.

Más allá de las particularidades, los sectores y las formas, la cuerda donde el Gobierno hace equilibrio se tensa y puede “moverse” complicando al Presidente.

Los gobernadores del justicialismo, quienes (se y) le brindaron “gobernabilidad” al Presidente, “huelen” que el poder pasará por otro lado y trabajan por la Unidad. Cristina, Fernández de Kirchner, quien “bajó” a último momento a su candidato en Córdoba para ayudar al gobernador Juan Schiaretti, suma en las encuestas sin necesidad de hablar públicamente, significativamente en ciertas provincias, como Tucumán, o en el Conurbano bonaerense. Más allá de que sea Ella, decisión que se conocerá más cerca del cierre de listas en junio, su peso político será clave en la elección (y no solamente de quién será el/la candidata/a). Macri está (o se hace el) enojado: “Estoy caliente (…) con los que quieren un atajo (…) no lo puedo soportar más”. En un Gobierno donde la imagen siempre estuvo muy bien cuidada, el cambio del clima zen y la “feliz felicidad” de los primeros años a la furia actual, probablemente también forme parte de “una decisión política”. Al menos lo es su nuevo destinatario, (¿el candidato?) Roberto Lavagna: el Presidente se “sacó” frente al equilibrado Lavagna, quien por ahora avanza más con reuniones y lobby que con intención de voto. Más allá de las particularidades, los sectores y las formas, la cuerda donde el Gobierno hace equilibrio se tensa y puede “moverse” complicando al Presidente.