California, Oregon y Washington, los Estados más castigados por los incendios forestales
María Eva Dorigo, desde EE.UU.
Las imágenes de las distintas ciudades en los Estados de California, Oregon y Washington de color naranja denotan la gravedad y la dimensión de los incendios forestales, cuando el humo denso bloquea la luz del sol. En San Francisco, por ejemplo, el índice de calidad de aire indica que hoy es “Poor”, es decir, que el aire ha llegado a altos niveles de polución y que puede afectar a grupos de personas vulnerables, y se recomienda minimizar el tiempo de exposición si las personas presentan dificultad al respirar o irritación en la garganta. El pronóstico para el fin de semana anuncia que los niveles de calidad del aire podría ser tan alto (480 AQI) que la exposición al aire, aunque sea por unos minutos, podría causar serios problemas de salud para todas las personas, y recomiendan quedarse en casa.
Paradise, el pueblo californiano devastado por los incendios en 2018, perdió gran parte de su infraestructura provocando el éxodo masivo de sus pobladores.
Ya hay muertos, quemados y cientos de miles de evacuados por los incendios en esta región. Si bien es cierto que es temporada de incendios forestales, en los últimos años hemos sido testigos de incendios más violentos causados por el cambio climático. Paradise, el pueblo californiano devastado por los incendios en 2018 que perdió gran parte de su infraestructura provocando el éxodo masivo de sus pobladores, es un claro ejemplo de ello.
Por su parte, el Gobernador del Estado de Washington, Jay Inslee, enfocó la culpa en el calentamiento global: “No vamos a entregar el futuro de este Estado al cambio climático. Somos más fuertes, inteligentes y más resilientes que eso. Y tendré en mente estos incendios y las comunidades impactadas cuando tomemos medidas para derrotar al cambio climático”.
El Gobierno Nacional, por otro lado, en estos últimos cuatro años se ha empeñado en desregularizar toda restricción impuesta por el gobierno de Obama a empresas privadas para evitar daños al medio ambiente. Entre ellas, la flexibilización de los límites de emisión de dióxido de carbono producidos por las centrales eléctricas; o permitir que grandes extensiones de tierras y aguas públicas sean utilizadas para la extracción de petróleo; flexibilizar los límites de emisión de metano; el retiro de los Estados Unidos como miembro del Acuerdo de París, entre otras medidas que muestran su disposición a beneficiar a las empresas y permitir la degradación del ambiente.