Chile: “la olla a presión” de Piñera
Por Rosa Liascovich.
Mis vacaciones planeadas coincidieron imprevistamente con la rebelión popular y la represión estatal desatadas en Chile. El sábado 19 crucé a Chile por el sur, a la altura del Parque Nacional Puyehue. Conversé con turistas chilenos de clase media, trabajadores que atienden la cafetería, jóvenes… Todos coincidían en que la situación era insostenible: tarifas imposibles, salud carísima, pago miserable por las horas extras que prácticamente todos los trabajadores hacen, absoluto abandono de los ancianos. El domingo y el lunes pasados, los trabajadores del turno tarde que viven en Osorno (a una hora de distancia) no pudieron asistir a sus puestos porque no tenían salvoconducto para regresar después del toque de queda. Una moza muy jovencita, embarazada, describió “la olla a presión” que fue creciendo durante el primer año de gobierno de Piñera. Su sueldo, miserable. Vive con los suegros, le descuentan cada vez que pide un permiso y cobra 1000 pesos chilenos por hora extra (menos de 2 dólares).
“Los militares reprimen como en la época de ese señor viejito que comandó la “guerra civil” sic- de la época de mis padres…no me acuerdo el nombre…. ese Pinochet. Esto va para largo, nadie aguantaba más”, presagió.El lunes fui a Osorno: grandes comercios cerrados, supermercados abiertos con poca gente aprovisionándose (por las dudas). En las calles, camioncitos con carabineros patrullando. A las 17 fue la gran movilización en el centro, como en las demás ciudades del país… Debí regresar antes para traspasar los cortes en la ruta hacia el camping.