Bombardeo a Plaza de Mayo: la violencia contra el Peronismo
El mediodía del 16 de Junio de 1955 fue el bautismo de fuego la aviación de la Marina Argentina, que junto con un sector de la Fuerza Aérea, bombardeó la Plaza de Mayo, dando inicio a la violencia contra el Peronismo.
El objetivo era asesinar al presidente Juan Domingo Perón. El ataque dejó más de 400 muertos, aunque las cifras nunca pudieron ser confirmadas. El dato escalofriante es que provocó más muertos que el Bombardeo a Guernica, durante la Guerra Civil Española.
Además, hubo 2.000 heridos, entre ellos mujeres y niños. Casi un centenar quedaron lisiados para el resto de sus vidas. Tres meses después de la masacre, un Golpe de Estado empresario, eclesiástico, judicial y militar derrocó al presidente Perón.
Esta masacre aberrante quedó impune y nadie jamás pidió perdón por ella. Los aviones de guerra llevaban dibujados en su fuselaje la insignia “Cristo Vence”.
Éste fue el inicio de uno de los tiempos más oscuros en la Argentina. que marcó el comienzo de la persecución violenta al Peronismo, el movimiento popular más grande de nuestro país.
Este crimen perpetrado contra el pueblo argentino fue sistemáticamente invisibilizado y negado por los grande medios de comunicación y por todos sus responsables y cómplices. No se estudia en los libros de historia de las escuelas y se esconde, aún siendo uno de los hechos mas sangrientos de nuestra vida como Nación.
No hay demasiados antecedentes en el mundo de fuerzas armadas atacando a su propio pueblo para intimidarlo e infundirles terror. Poco después de haber ganado las elecciones para reemplazar al fallecido vicepresidente de Perón, Hortensio Quijano, el Gobierno buscaba aunar fuerzas para enfrentar a sus opositores aglutinados en sectores de la UCR, el Partido Socialista, la Iglesia Católica, la Sociedad Rural, y una gran parte de las Fuerzas Armadas, principalmente la Marina, que estaban dispuestos a hacer cualquier cosa para derrocar a Perón.
Alrededor de las 12.45 en una de las primeras andanadas, una de las bombas arrojadas desde los aviones impactó a un trolebús lleno de pasajeros, fue el inicio de una salvaje matanza de civiles. El objetivo era atemorizar a todos aquellos que quisieran mostrar apoyo al gobierno.
Ya no hay dudas que el objetivo de los marinos era la población civil, la prueba mas fehaciente es que sólo doce de las más de cuatrocientas víctimas mortales se encontraban dentro de la Casa de Gobierno, en la que impactaron veintinueve bombas, de las cuales seis nollegaron a detonar.
La gran mayoría de las bombas y los proyectiles de grueso calibre disparados desde los aviones y también por los infantes de Marina que intentaron asaltar la Casa Rosada estuvieron dirigidos a la población civil desarmada.
Perón se refugió en el subsuelo del edificio Libertador, la sede del Comando en Jefe del Ejército y logró salvar su vida. La CGT movilizó columnas a la Plaza y esto provoco que los terroristas realizaran tres ataques más, contra los civiles como objetivo de sus bombas.
Más de trescientos civiles armados (autodenominados “comandos civiles”) intervinieron en acciones colaterales como la ocupación de Radio Mitre, a través de la cual se lanzó una proclama que dio a Perón por muerto.
El bombardeo finalizó a las 17.40. Los asesinos huyeron a Uruguay, donde fueron recibidos por el presidente Luis Batlle, que les dio asilo político.
Las tropas del Ejército leales a Perón controlaron el levantamiento por la tarde, lograron la rendición de los sublevados en el Ministerio de Marina, donde habían sido rodeados.
El propósito del intento de golpe de estado consistía era asesinar al Presidente Perón para luego instaurar un triunvirato civil, integrado por Miguel Ángel Zavala Ortiz (dirigente de la UCR), Américo Ghioldi (dirigente del Partido Socialista) y Adolfo Vicchi (del Partido Conservador).
Esa noche, una vez sofocada la intentona Perón se dirigió al pueblo con un discurso en el que intento pacificar la situación, además ordenó la formación de un consejo de guerra contra los golpistas. Entre los acusados estaba un joven teniente de navío: Emilio Eduardo Massera, quien en 1976, ya como almirante, formó parte de la junta militar que llevó adelante la dictadura más sangrienta de la historia Argentina. Manifestantes oficialistas, en tanto, ganaron las calles por la noche y quemaron la Catedral Metropolitana y diez iglesias más en el centro de Buenos Aires.
Muchos años despues de lo ocurrido, con Perón en la Argentina luego de dieciocho años de exilio, hubo dos encuentros con Balbin, el lider la UCR en ese entonces. Luego del del famoso abrazo que se dieron ambos líderes en el año 72, para zanjar antiguas rivalidades, hubo varios intentos para que la UCR tuviera algún tipo de declaración condenatoria de lo sucedido. Esto jamás se logró.
La relación entre la masacre de junio de 1955 y la última dictadura militar en 1976 son evidentes, no sólo desde un punto de vista ideológico, sino también por algunos de sus protagonistas.
La relación entre la masacre de junio de 1955 y la última dictadura militar en 1976 son evidentes, no sólo desde un punto de vista ideológico, sino también por algunos de sus protagonistas: los tres ayudantes del ministro de Marina, contralmirante Olivieri, máxima autoridad militar de los conspiradores, eran los capitanes de fragata Emilio Eduardo Massera, Horacio Mayorga y Oscar Montes.
Massera fue miembro de la Junta Militar que asaltó el poder en marzo de 1976; Mayorga estuvo involucrado en la Masacre de Trelew, en la que se asesinó a sangre fría a diecinueve prisioneros en la Base Almirante Zar de esa ciudad el 22 de agosto de 1972; y Montes se desempeñó como Canciller y como titular de la Fuerza de Tareas 3 de la Armada, y como tal fue jefe de la ESMA, durante la última dictadura cívico-militar.
Muchos de los responsables del Bombardeo se refugiaron en Uruguay una vez fracasado el intento de golpe. En el país vecino fueron recibidos por el capitán Carlos Guillermo Suárez Mason, prófugo de la Justicia argentina por su participación en un levantamiento militar contra el presidente Perón en septiembre de 1951.
En tiempos de la última dictadura, Suárez Mason sería comandante del Primer Cuerpo de Ejército y máximo responsable de la represión en esa jurisdicción militar. Además, varios de los pilotos y tripulantes de aviones que escaparon del país fueron más tarde acusados por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura cívico-militar, poniendo de relieve los vínculos entre los golpistas y criminales de 1955 y los de 1976.
Durante décadas, el Bombardeo a Plaza de Mayo permaneció como un hecho olvidado de la historia argentina. Recién en 2005, por iniciativa del Presidente Néstor Kirchner, la Secretaría de Derechos Humanos inició una investigación sobre el ataque del 16 de junio de 1955.
Durante décadas, el Bombardeo a Plaza de Mayo permaneció como un hecho olvidado de la historia argentina. Recién en 2005, por iniciativa del Presidente Néstor Kirchner, la Secretaría de Derechos Humanos inició una investigación sobre el ataque del 16 de junio de 1955. Luego, en 2008, durante el mandato inicial de Cristina Fernández de Kirchner, se inauguró el primer monumento oficial en homenaje a las víctimas del Bombardeo, ubicado en las inmediaciones de la Plaza de Mayo.
Un año después se sancionó la ley 26.564, que otorgó el derecho a percibir indemnizaciones a las víctimas del ataque. En el marco de estas políticas, al cumplirse el 55vo aniversario del hecho el Archivo Nacional de la Memoria publicó una investigación histórica que reconstruyó lo ocurrido durante el Bombardeo y realizó entrevistas a sobrevivientes y otros protagonistas de la jornada de junio de 1955.
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