Panorama Político política

Un mes de Milei, la resistencia de la CGT y la siesta K

Algunos(as) dicen que 44 días es muy pronto para hacerle el primer paro nacional a Javier Milei. Otros, los menos, que se tardó demasiado. A diferencia de lo ocurrido en la etapa del Macrimismo, esta vez la CGT fue quien mejor manejó la intensidad y los tiempos de la protesta social. Sorpresa: nadie lo esperaba, con una conducción plagada de burócratas (salvo excepciones), el Movimiento Obrero Organizado es el sector que conduce la resistencia a las políticas de entrega, recesión, pérdida de derechos y represión del Gobierno. Ni los movimientos sociales y, muchísimo menos los partidos políticos, es la CGT, junto a las dos CTA, la de los Trabajadores y la Autónoma, las que encabezan.
También se destacan algunos gobernadores e intendentes por ponerle el cuerpo al reclamo, quienes tienen responsabilidad de gestión y de bancar la crisis en las provincias y localidades. Axel Kicillof con sus “multisectoriales” en Buenos Aires, Gildo Insfrán de Formosa y Ricardo Quintela de La Rioja, poco más. Los intendentes de Ensenada, Avellaneda, Escobar, La Matanza, entre los más poderosos, y alguno más. Y la militancia, como el colectivo Unidxs por la Cultura.

 Pablo Moyano: “¿Dónde está Alberto? ¿Dónde está Cristina? ¿Dónde está Máximo? ¿Dónde está Sergio? El PJ está acéfalo”.

Hubo tres líderes en el Gobierno anterior: Alberto Fernández, Cristina y Sergio Massa. El primero parece más el presidente del PSOE que el del PJ Nacional: se fue a España; impresentable. Massa obtuvo casi 45% de los votos, que, teniendo en cuenta la gestión del Frente de Todos, se puede calificar de milagroso. No se retiró, como anunció; no quiere liderar, por ahora. Espera su (nuevo) momento si es que Milei- Victoria Villarreal fracasaran. Si hubiera una Asamblea Legislativa, esos votos van a valer casi el doble. Por eso Massa dijo que esperaría más tiempo para hacer el paro. Cristina es la líder del Kircherismo, la que tenía (¿tiene?) más poder, la de mayor volumen político, quien eligió a Alberto y aceptó a Massa. Por esa razón también le cabe otra responsabilidad.  Los tres priorizan “sus” intereses políticos personales a las necesidades generales de la población. Los líderes se ven en los momentos más difíciles. Eligen no encabezar, sino “esperar” que el descontento social sea mayoritario para “acompañar” la protesta. Cuando los líderes no conducen, el pueblo suele recordarlo…
El problema es que, en el ínterin, la entrega de los recursos nacionales y la soberanía nacional, la pérdida de derechos sociales y la distribución regresiva de la riqueza pueden llegar a ser irreversibles. Los K-Masa duermen la siesta… ¿Dónde está el presidente del PJ de la provincia de Buenos Aires?  Ése que suele hablar para pegarle más a Axel Kicillof que a Milei. Está descansando en Santa Cruz. Ante semejante crisis social, otra actitud Mínima (K). Pablo Moyano les reclama, y con razón: Lo digo como militante: “¿Dónde está Alberto? ¿Dónde está Cristina? ¿Dónde está Máximo? ¿Dónde está Sergio? El PJ está acéfalo”, sentencia el Secretario General de la CGT.

Ahí es donde se entiende, en parte, porqué hay un sector creciente de la sociedad cada vez más enojada con “los políticos”. La ven como una clase (casta) separada del pueblo. No viven como “la gente común”, no sufren, no tienen que achicar gastos, no pierden su trabajo, no dejan de comprar alimentos ni tienen problemas para el pago del alquiler. Con los dirigentes a la cabeza, o con la cabeza de los dirigentes…
Ahí emergió impensada la CGT. Será porque a los Secretarios Generales de los gremios le tocaron directamente sus intereses, el aporte sindical voluntario o la cuota de las obras sociales. Lo cierto es que son quienes salieron a bancar la parada. Hicieron una primera protesta simbólica frente al Palacio del Poder Judicial. Ahora un paro nacional de 12 hs con movilización al Congreso. No es un paro “dominguero”, es con las y los trabajadores en la calle. La próxima medida de fuerza probablemente sea de 24 hs y tal vez a la Plaza de Mayo. Lo que se dice un “plan de lucha”. Es la CGT la que habla con los legisladores tratando de juntar los votos para frenar el DNU y el proyecto de Ley Ómnibus.  Ni el ex Jefe de Bloque en Diputados de Unión por la Patria Máximo Kirchner, ni Cristina, ni Alberto ni Massa; quienes hacen el laburo político de hablar con los legisladores ajenos (Radicales, de bloque de Miguel Ángel Pichetto, de la Coalición Cívica y el FIT de izquierda) son los dirigentes sindicales. Ellos y los gobernadores mencionados. Cuando llegue el momento de la nueva conducción del Peronismo, las presencias y ausencias van (y deben) pesar. El Movimiento Obrero Organizado querrá volver a ser la columna vertebral del Peronismo.

Tres meses

Varios dirigentes y analistas están seguros de que Javier Milei durará tres meses. Es una posibilidad, sí, aunque improbable. Son los mismos que decían que Milei no iba a ganar. Y luego que no iba a hacer lo que decía. Hasta aquí, a excepción de la portación de armas y la venta de órganos, La Libertad Avanzó con todo el resto, dolarización incluida. La devaluación de casi el 120%, la estimulación oficial para que se acelere la inflación, la licuación de los pesos y los precios en dólares de las tarifas, combustibles y contratos (como los alquileres) apuntan en esa dirección. Si todo se desbanda aún más, Milei dirá que la única salida es la dolarización. ¿No hay dólares? Cuánto menos valgan los pesos, menos dólares se van a necesitar. Mientras tanto, estimula “la convivencia” de las dos monedas, la gente elegirá. Así se hizo la dolarización en El Salvador.
“Nosotros no somos El Salvador ni Ecuador”, aquí hay otra historia de lucha y organización política. Es 100 por ciento cierto. Pero cuidado, cuando las potencias mundiales y los grandes poderes económicos decidieron probar en el mundo las políticas neoliberales de los Chicago Boys, eligieron dos países en la década del ´70, Chile y Argentina.
Ahora también somos cobayos de laboratorio. Milei ya ganó y el experimento ya empezó.  No hay tiempo que esperar, es ahora. A despertar de la siesta.

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