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Post pandemia: ¿escasez laboral o de salario digno?

Según información publicada por la oficina de estadísticas del Ministerio de Trabajo, 4.3 millones de trabajadores han renunciado a su trabajo en el mes de agosto del corriente año.

El año pasado, en medio de la pandemia, los trabajadores de Amazon, hartos de las pésimas condiciones de trabajo, realizaron una elección para crear de su propio sindicato. Votaron en situación de desventaja ya que la empresa había contratado una consultora para convencer a los trabajadores para que no se organizaran. Luego de varias situaciones confusas, como la colocación de buzones de votación que no pertenecían al sindicato entre otros movimientos cuasi legales de parte de Amazon, los trabajadores votaron en contra de la creación del sindicato. Sí quedó expuesta la visibilización de las condiciones de desventaja de trabajadores de empresas que, como Amazon, crecieron exponencialmente durante la pandemia y que sin embargo no aumentaron salarios ni ofrecieron beneficios para sus trabajadores. Si bien los trabajadores no lograron ganar aquella votación, desnudaron las condiciones laborales lo que puede constituirse en un punto de inflexión en las relaciones laborales en los EE.UU.

Protesta de trabajadoras/es de Nabisco, en EE.UU.

Según información publicada por la oficina de estadísticas del Ministerio de Trabajo, 4.3 millones de trabajadores han renunciado a su trabajo en el mes de agosto del corriente año; este es el porcentaje más alto desde que se empezó a contabilizar en el año 2000. Esto es, 892 mil trabajadores en el sector de restaurante y hotelería; 721 mil del sector de comercio y 534 mil en el sector salud y asistencia social.[1] Hay en este momento 10.4 millones de puestos vacantes. Los conservadores echan la culpa de la desocupación a los incentivos económicos por la pandemia y la ampliación del seguro de desempleo, explotando la idea de que son “unos vagos que no quieren trabajar” , por lo que exigen el corte de estos beneficios ya que hay suficientes trabajos disponibles en el mercado. El seguro de desempleo cubre un 60% del salario semanal promedio, hasta un máximo de u$s 731 por semana. Para muchas personas esto es más de lo que ganaban.
Robert Reich, ex ministro de trabajo de Clinton y profesor de economía de la Universidad de Berkeley, en California, dice en su cuenta de Instagram: “No es complicado. Si no podés pagar a tus empleados un salario digno, es que no tenés un modelo de negocio viable”. Además, la pandemia fue para muchos un momento de inflexión de análisis e introspección sobre las condiciones laborales, salarios y deseos personales. A muchas personas volver a la oficina ya no les cierra.

“Quieren hacerlo pasar como “escasez laboral”, pero lo que realmente es esto es una escasez de salario digno, de compensación salarial por peligrosidad, de guarderías, de días por enfermedad pagos y de cobertura médica. A menos que esta escasez se rectifique, muchos estadounidenses no volverán a trabajar en el corto plazo”, Robert Reich, ex ministro de trabajo de Clinton y profesor de economía de la Universidad de Berkeley, California

Todos estos elementos han funcionado como caldo de cultivo para que se suceda la ola de huelgas que presenciamos en este momento en EE.UU. El profesor Reich explica este movimiento de los trabajadores de la siguiente manera: “Llamémoslo por su nombre: esto es una huelga general…trabajadores de la industria cinematográfica, trabajadores de la industria del carbón; de Kellogg -fábrica de cereales-;, Nabisco -alimenticia-; John Deere -con 10 mil empleados de maquinaria para jardinería; enfermeras en California y trabajadores de la salud en Buffalo. Organizados o desorganizados, los trabajadores estadounidenses ahora tienen un poder de negociación para mejorar sus condiciones laborales que no se ha visto en años. Las corporaciones quieren hacerlo pasar como “escasez laboral”, pero lo que realmente es esto es una escasez de salario digno, de compensación salarial por peligrosidad, de guarderías, de días por enfermedad pagos y de cobertura médica. A menos que esta escasez se rectifique, muchos estadounidenses no volverán a trabajar en el corto plazo”. Y concluyó: “Ya era tiempo.”

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