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Jornada Extendida: “Los esclavos de la educación” de la Ciudad de Buenos Aires. Primera entrega

“Cuando ingresamos, firmamos el alta y la baja del contrato”, denuncia uno de los coordinadores de sede del programa JE”. “Hubo una serie de despidos de trabajadoras y trabajadores por no realizar “trabajo en territorio”, pese a que contaban con “la dispensa tramitada en el hospital Rawson por ser pacientes de riesgo.”

La Jornada Extendida (JE), el programa del ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires para alumna/os en contraturno, pareciera haber llegado a las y los docentes, al punto de convertirlos en verdaderos “esclavos de la educación”: “Fuimos muchas y muchos quienes debimos trabajar en vacunatorios dispuestos en las escuelas en 2020, y en vacunatorios contra el COVID durante este año, incluso fines de semana y feriados”, denuncian los trabajadores del programa en exclusiva a Agenda Sur. Las/os trabajadores lo hicieron a través de una carta colectiva por temor a las represalias que las autoridades suelen llevar adelante y que, de hecho, llevó al despido de varios de ellos.
Agenda Sur tuvo acceso a las capturas de los mensajes de whatsapp del Director General de Escuela Abierta; Christian Foltrán; del Jefe de Gabinete de Jornada Extendida, Martiniano Gutiérrez; y del Coordinador Jurisdiccional, Pablo Bomoparola. Allí se exponen los aprietes a los trabajadores que deben seguir órdenes, cumplir los horarios y acudir diariamente a sus puestos de trabajo, no obstante, no son considerados trabajadores en relación de dependencia, sino “contratades”, afirman las y los docentes. “Estamos completamente presionados todo el tiempo a hacer lo que ellos quieren; lo que quiera –el Director General de la Dirección General de Educación de Gestión Estatal-  Capponi, lo que quiera Foltrán y por extensión lo que quiera la ministra –de Educación, Soledad- Acuña”.  Así, ante cualquier eventualidad considerada un incumplimiento, de manera totalmente arbitraria claro, son echados de sus trabajos. “Cuando ingresamos, firmamos el alta y la baja del contrato”, denuncia uno de los coordinadores de sede del programa JE”. Consultado por Agenda Sur, desde el ministerio de Educación de la Ciudad sólo respondieron que “no hay despidos”, pero los funcionarios prefirieron no hablar. Ante semejante extorsión denunciada, es difícil imaginar que algún trabajador haya renunciado libremente a su puesto laboral.

“No entienden que la gente contaba con ese trabajo, y yo, siendo personal de riesgo, tuve que salir a buscar otro trabajo, exponiéndome a este virus”, describe una de las trabajadoras despidas.

Una de las trabajadoras despedidas también le confió a Agenda Sur la situación por la que tuvo que atravesar: “En el programa jornada extendida hubo despidos masivos a principio de año. Dentro de esos despidos estuve yo y no puedo dar explicaciones de lo que me hicieron con sus políticas: quedarme sin trabajo después de haber trabajado 4 años en el programa, me desvaloriza, ya que no dieron explicaciones coherentes del porqué me despedían. Ni siquiera me dejaron despedirme de mis compañeros de trabajo, me dieron de baja de los grupos de un momento a otro. No entienden que la gente contaba con ese trabajo, y yo, siendo personal de riesgo, tuve que salir a buscar otro trabajo, exponiéndome a este virus.” Tal es el temor a que las represalias le impidan conseguir trabajo en otro programa de la Ciudad que, aún despedida, pide sostener su anonimato público.

Las condiciones laborales de la Jornada, extendidas


“La contratación que tenemos los y las trabajadores de JE es sumamente irregular: quienes trabajamos los cinco días tenemos dos tipos de horarios: 18 o 20 hs. no remunerativas –“en negro”-, según le plazca a quien nos contrate en ese momento, y además tenemos horas cátedra de carácter transitorio. Éstas pueden ser de 12 hs., como tienen muchos docentes, o 16 en otros, y los coordinadores de sedes que tenemos 18 hs. Así completan las 40 hs. semanales. JE  ”es una búsqueda de nuevas oportunidades y posibilidades de estar, de ser y de permanecer en la escuela”, define Folrán, pero pareciera no ser lo mismo para sus trabajadores.

Según las y los trabajadores, “la inmensa mayoría de personas que trabajan en el programa ingresaron como contratados luego de un coloquio con el “Equipo Pedagógico” del programa”. El carácter discrecional de la selección y la firma de baja al momento del ingreso generó, en estos tiempos de pandemia, “una serie de despidos de trabajadoras y trabajadores por no realizar “trabajo en territorio”. Pese a que contaban con “la dispensa tramitada en el hospital Rawson por ser pacientes de riesgo”, se genera una “constante presión sobre quienes trabajamos en el programa que llega a exigir que los Asistentes de Jornada sean convocados a trabajar los días sábados, ya sea en el ministerio de Educación, en el Parque de la Ciudad o en otros predios del área conducida por Soledad Acuña, “para realizar tareas que no son para los que fueron contratados: armar cuadernillos, organizar mobiliario e incluso limpiarlo”. La comunicación del cese llegó a través de un mensaje al grupo de whatsapp, sin respetar, siquiera, el horario laboral: por pedido de Gutiérrez –Jefe de Gabinete de JE- había que sacar a las y los despedidos del grupo.

La información oficial del ministerio de Educación asegura que “los niños –sic, se olvidaron de las niñas- entre 11 y 14 años, transitan una edad clave para la permanencia escolar. “Ya implementamos la Jornada Extendida en el 100% de las primarias y secundarias públicas de la Ciudad. (…) Todos los alumnos de 6° y 7° grado de primaria -3:15 horas más de clase, tres veces por semana- y 1° y 2° año de secundaria -2:45 horas más, dos veces por semana”-. “Se busca abordar contenidos curriculares de formas no tradicionales, mucho más didácticas y motivadoras”. Sin embargo, el ministerio de Educación no respeta ni enseña los valores pedagógicos que pregona: sus docentes no son considerados como tales, sino que se les asignan tareas propias del personal auxiliar no docente.
“La misma presión se ejerció en el receso de invierno de 2020 en el que se presionó a los trabajadores y trabajadoras para que realicen tareas en el programa “Vacaciones en la Escuela. Invierno 2020”, sin recibir ninguna remuneración por ello, como sí había sucedido en las anteriores ediciones”, denuncian las/os docentes. Con el inicio de la pandemia de Covid-19, desde el año pasado “fuimos muchas y muchos quienes debimos trabajar en vacunatorios dispuestos en las escuelas en 2020 y en vacunatorios contra el COVID durante este año, incluso fines de semana y feriados”. El Jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, declara en todos las entrevistas y conferencias que “la educación es lo último que se cierra y lo primero que se abre”. Sin embargo, no sólo dejó a niñas/os y adolescentes sin clases durante tres días, al mismo tiempo les asigna a docentes tareas no pedagógicas en los vacunatorios.
El criterio discrecional para la asignación de los cargos también es otro mecanismo denunciado por las y los trabajadores de la educación: “En los actos públicos del área Socioeducativa –de la que dependen estos programas-, todas las semanas salen varios bloques 10 HC interinas nominadas para Jornada Extendida. Esas horas están fragmentadas en 10 escuelas distintas, una hora cátedra en cada una. Incluso salen horas los sábados, pese a que ese día no funciona el programa. Si las consiguen amigos de las autoridades, las acomodan; si no, se presiona a quienes las tomen hasta lograr que renuncien y puedan disponer de ellas para sus manejos”. Desde la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), Ariel Sánchez, secretario del Área Socieducativa, reafirma esta metodología de coerción laboral: “Las autoridades deciden arbitrariamente cambios de sede y horario, y utilizan su poder para obligar a los trabajadores a abrir cuentas en redes sociales para publicitar el programa, “arrobando” a la Ministra y a su Director General, Fabián Caponi. Las formas de persecución también asumen prácticas antisindicales, ya que a aquellos trabajadores que se afilian a un sindicato no se les renueva el contrato”.

“Las/os docentes “teníamos que “garantizar” que las escuelas abrieran, eso incluía desde tomar la temperatura, cuidar la entrada, acomodar sillas, entregar de las miserables canastas quincenales… todas tareas que no tienen nada que ver con nuestro rol como docentes”, denuncian las/os docentes.

En la Ciudad de Buenos Aires existían desde la década de 1960 las escuelas de Jornada Completa, que diferenciaba positivamente al sistema educativo porteño del resto de las jurisdicciones. “En lugar de aprovechar esta ventaja comparativa, el gobierno de Larreta y su ministra de Educación Acuña se las ingeniaron para para aplicar un sistema que precarizó los derechos de los docentes, deterioró la calidad educativa y otorgó absoluta discrecionalidad para ejercer diversas formas de clientelismo en la designación de cargos”, detalla Ariel Sánchez, de UTE. El programa Jornada extendida tiene actualmente más de 1200 trabajadores, “la mayoría con contratos precarios, sin estabilidad, sin aportes, sin obra social, sin posibilidad de sindicalizarse y con salarios “en negro” aportados por Nación, que representan la mitad de lo que cobra un docente bajo estatuto”.
Las/os docentes “teníamos que “garantizar” que las escuelas abrieran, eso incluía desde tomar la temperatura, cuidar la entrada, acomodar sillas, entregar de las miserables canastas quincenales… todas tareas que no tienen nada que ver con nuestro rol como docentes. Éramos y somos tratados, como dijo alguna vez Christian Foltran, como los “esclavos” de Jornada Extendida”, describieron para Agenda Sur.

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