La supervivencia del Mercosur
Otra crisis golpea al bloque regional. Brasil, Uruguay y Paraguay presionan para firmar tratados de libre comercio de manera bilateral, es decir país-país y no de manera conjunta. Esto marcaría prácticamente el fin de la organización creada en 1991.
La historia del Mercosur se remonta a 1985. El puntapié lo dieron el expresidente Raúl Alfonsín y José Sarney con la firma de la declaración de Iguazú. La consolidación democrática en América Latina, comenzaba a gestar la idea de la integración regional.
Un hecho casi parádojico marcó la fundación del bloque: en 1991, el presidente de Argentina Carlos Menem envió tropas a la Guerra del Golfo y poco después firmó el acta fundacional del Mercosur con el presidente de Brasil, Fernando Collor de Mello.
Pero el Mercosur fue pensado como un proyecto no sólo comercial sino también político, cultural y educativo y una política de Estado para los distintos países.
En la década del 90 la región dio un giro neoliberal. El Mercosur adoptó el libre comercio como política económica. La primera etapa del bloque, entre 1991 y 2002, coincidió con la predominancia en la región, de los principios del Consenso de Washington y de sus recomendaciones políticas.
El modelo de integración se encuadró en lo que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (Cepal) denominó “regionalismo abierto”.
El segundo momento del Mercosur, en 2003, estuvo marcado por la coexistencia de gobiernos populares en la región.
Surgieron nuevos liderazgos: Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, Hugo Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia y Néstor Kirchner en Argentina.
Después del histórico “No Al Alca”, la comunión entre estos gobiernos se fortaleció e impulsaron la creación de la Unasur.
En 2010 la Unasur elaboró un protocolo democrático en respuesta a los llamados “golpes parlamentarios”. La Unasur comenzó a tener un mayor peso político que el Mercosur. Fue en este contexto cuando Venezuela se integró al bloque como Estado parte. El ingreso del país caribeño introdujo al debate regional una mirada geopolítica sobre los nuevos conflictos que azotaban al continente.
En 2015 comenzó una etapa que se mantuvo hasta el día de hoy: restauración conservadora tanto en lo político como en lo económico.
Los gobiernos de Horacio Cartes en Paraguay, Michel Temer en Brasil, cuya presidencia fue interina tras el golpe contra Dilma Rousseff; y Mauricio Macri en Argentina, acercaron el Mercosur a la Alianza del Pacífico. También intentaron sellar un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea pero el proyecto todavía no se concretó. En este mismo período se decidió además la suspensión de Venezuela. Una medida que respondía más a los intereses de EEUU que a los de la región.
Actualmente, continúa en marcha el proceso de adhesión de Bolivia. La inclusión de este país potenciaría la idea de integración tanto en lo económico, productivo y comercial, como en lo político.
Hoy, dentro del Mercosur hay más diferencias que coincidencias entre sus países miembros. Una vez más el bloque tiene el desafío de reinventarse, como lo hizo durante 30 años, en los distintos vaivenes políticos de las democracias sudamericanas.