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Donald Trump zafó del juicio político

En el último día del juicio político al ex presidente Donald Trump, y a pesar de las pruebas contundentes que lo catapultaran como culpable de incitación a la violencia que tuvo como consecuencia el intento de golpe de estado para quedarse en el poder, los Demócratas no consiguieron los 17 votos republicanos que necesitaban; sólo siete de ellos votaron en la misma línea que los 50 demócratas.


El líder de la minoría republicana, Mitch McConell, luego de votar en contra de imputar a Trump, aseuró: “El seis de enero fue una desgracia, ciudadanos estadounidenses atacaron su propio Gobierno….trataron de cazar a la vocera de Diputados…violentaron las puertas del recinto…gritaban amenazando con matar al Vice Presidente. Hicieron esto porque han sido alimentados con mentiras salvajes por el hombre más poderoso del mundo porque estaba enojado por haber perdido las elecciones. Las acciones negligentes que precedieron los incidentes por parte del presidente Trump fueron una desgracia…No hay ninguna duda, ninguna, que el presidente Trump es en la práctica moralmente responsable de provocar este evento este día. No hay dudas. La gente que irrumpió en este edificio creía estar actuando bajo los deseos e instrucciones de su presidente. Y esta creencia fue in crescendo  gracias a las mentiras, teorías conspirativas e irresponsables exageraciones que el presidente derrotado continuó gritando con el más grande de los megáfonos del planeta tierra… Un presidente determinado a anular la decisión de los votantes o prender fuego,a su salida, las instituciones”.
Como justificación de su voto en contra de la imputación, McConnell aseguró que no se puede imputar a un presidente que ya no ocupa este puesto. Recordemos que fue él quien dilató el comienzo del juicio político a la espera del 20 de enero cuando asumió el nuevo presidente, Joe Biden. 
La hipocresía del Partido Republicano no tiene límites; muchos de sus diputados, incluido McConell, nunca refutaron al ex presidente mientras por meses aseveraba que había ganado las elecciones, alimentando a la masa de seguidores que creyeron todo lo que su líder les decía. 
El hecho de haberse librado de su segundo juicio político ileso, no lo  escinde de que nuevos procesos civiles y penales por cometer crímenes estatales comiencen en otros Estados por incitación a la violencia en Washington DC, o intervenir ilegitimamente en las elecciones,  amenazar a funcionarios y chantaje, entre otros cargos que ya comenzó en el Estado de Georgia.