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“La agroecología favorece la biodiversidad”

Un estudio del Conicet y la Universidad Nacional del Litoral comprobó que en las arroceras agroecológicas hay mayor biodiversidad que en la arroceras tradicionales.

La producción de arroz en Argentina se concentra en la región del Litoral. Nuestro país dedica a este cultivo alrededor de 235 mil hectáreas. En los últimos 10 años, la actividad se incrementó en un 121%. Este tipo de  producción rige, principalmente, bajo la lógica agroindustrial. 

Sólo un reducido grupo de productores optó por el sistema agroecológico. Se trata de familias que, en su mayoría, cultivan para el autoconsumo y la venta de excedentes.


De acuerdo a un reciente informe del Conicet y la Universidad Nacional del Litoral, las arroceras que trabajan con un modo de producción agro ecológico favorecen a la conservación de la biodiversidad.

El investigador Rodrigo Lorenzón elaboró un estudio de campo en la zona de San Javier, a 150 km al norte de la ciudad de Santa Fe. Observó dos plantaciones de arroz, una agroecológica y la otra tradicional, a 14 km de distancia entre sí. 


A partir del trabajo con las aves, uno de los grupos de organismos que conforman la biodiversidad del ecosistema, pudo detectar una mayor riqueza de especies y de funciones en las arroceras agroecológicas. “Notamos mayor diversidad funcional en la arrocera agroecológica. Las aves insectívoras fueron más abundantes en la arrocera agroecológica. En la arrocera convencional observamos menos aves, con menos funciones, menos presencia de aves insectívoras y mayor consumo de granos, que suele ser un problema para los cultivos”. 

Santa Fe: Campo arrocero agroecológico. Se visualizan más variedad de aves.
Santa Fe: Campo arrocero agroecológico. Se visualizan más variedad de aves.

Uno de los factores que contribuyen la homogeneización de los ecosistemas es el uso de agroquímicos. “Eliminan, por ejemplo, las malezas, que son lugares que incluyen hierbas y arbustos, donde muchas especies diferentes se suman al agroecosistema y pueden, tanto incrementar la biodiversidad, como participar en funciones de control biológico de insectos perjudiciales para los cultivos”. 

Este sistema permitió obtener cultivos con muy buena rentabilidad y menor riesgo productivo. 


En la zona de San Javier también se realizó un estudio sobre la presencia de anfibios. Y nuevamente se pudo constatar que en la arrocera agroecológica se halló más presencia de ranas y sapos que en la convencional.

Si bien el debate sobre otras lógicas de producción ya está instalado en Argentina impulsado desde diversas organizaciones y asociaciones de productores, Rodrigo opina que es recién un comienzo y que en países de América del Norte y Europa el tema está mucho más avanzado. 

Capuchino garganta café (Sporophila ruficollis), una especie vulnerable, alimentándose en el borde de los lotes de arroz. Foto: Gentileza INALI.
Capuchino garganta café (Sporophila ruficollis), una especie vulnerable, alimentándose en el borde de los lotes de arroz. Foto: Gentileza INALI.

El estudio, que comprueba mayor biodiversidad en los campos agroecológicos, tiene la finalidad de llegar a manos de los pequeños productores, para que comiencen a “valorar las formas de producir, y que no se piense sólo en el rinde económico”. Según el Instituto Nacional de Tecnología Agraria (INTA), en el caso del trigo también se confirmaron beneficios con la agroecología. Este sistema permitió obtener cultivos con muy buena rentabilidad y menor riesgo productivo. 


Otro matiz del tema de la producción tiene que ver con la alimentación. Pensando ya en la pospandemia, la agroecología constituye la manera más fácil y saludable de generar alimentos, según Lorenzón. “La agroecología es mucho más accesible para los productores que tienen pocos recursos y no pueden comprar todos los insumos que involucran a una producción convencional a gran escala. Hay que implementar un enfoque agroecológico y entender cómo podemos mejorarlo, observando todos los componentes que conforman el agro ecosistema”. 


El objetivo de estos estudios realizados en instituciones públicas, es generar un debate multidisciplinario para una actividad que siempre se la encara desde lo comercial sin considerar los impactos en el ecosistema que la producción a gran escala genera en el ambiente.

Rodrigo Lorenzón es investigador del Instituto Nacional de Limnología, de la Universidad Nacional del Litoral (INALI-CONICET-UNL). Trabaja y vive en Arroyo Leyes, a 11 km de la ciudad de Santa Fe.

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