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Mala praxis en Tucumán: Entró por una apendicitis y hoy está al borde de la muerte cerebral

Por María Fernanda Chaves

Sucedió en el Hospital Niño Jesús de la provincia de Tucumán. El paciente tiene 11 años y su familia duerme en la puerta sin respuestas ni responsables.

Fabricio Y. de 11 años ingresó por guardia el 29 de junio al Hospital de Niños de San Miguel de Tucumán; al día siguiente lo operaron de apendicitis. Minutos después de salir del quirófano entró en paro tres veces, y la única persona que lo socorrió fue una paciente que conocía de RCP. “Los enfermeros no sabían cómo actuar”, asegura la familia. A 41 días de la operación, el niño está al borde de la muerte cerebral y el único dato del que dispone la familia es el apellido del cirujano, Banegas, quien nunca se presentó ni les dijo qué había pasado entre las cuatro paredes del quirófano.
“Mi hijo está como un robot, lo mantienen vivo con máquinas y lo están cocinando en drogas”, dice la madre con la voz quebrada. Natalia Ibáñez y su marido, ambos vendedores ambulantes, duermen bajo un gazebo en la puerta del hospital desde el día de la operación de su hijo. Se turnan con familiares para cuidar a la hermanita de Fabricio, que tiene tres años, hacer guardias e ir a reclamar a Casa de Gobierno, mientras esperan alguna respuesta por parte de las autoridades. 

“La familia Cabrera está suspendida del hospital”, razón por la cual se les niega la entrada al edificio más de una vez al día. 

El Dr. Banegas es el único dato que tenían hasta el viernes 7 de agosto, día en el cual el expediente llegó a manos de la abogada de la familia, Cintia Villagrán, a 38 días del episodio. Hoy los datos de quienes fueron parte de la operación no se pueden revelar por razones judiciales, pero ya están en manos de la justicia. Un oficio judicial tuvo que interponerse para que el hospital brindara la historia clínica del nene a la familia, y la información respecto a las otras personas que conformaban el equipo médico en aquella operación. La madre de Fabricio incluso asegura que les dijeron: “La familia Cabrera está suspendida del hospital”, razón por la cual se les niega la entrada al edificio más de una vez al día. 

Desde el Ministerio de Salud de la Provincia de Tucumán alegan que es Imposible la prohibición de entrada al hospital. Sin embargo, el 17 de julio, la familia del niño internado recibió una nota firmada por la directora del Hospital, Dra. Cristina Alabarce, que les informa la restricción de ingreso una sola vez por día, situación que no ocurre con familiares de otros niños en terapia intensiva. “Lo más grave es que se oculta información sobre el estado de su hijo”, enfatiza la abogada.
La Ministra de Salud de la provincia, Rossana Chahla, se presentó en dos oportunidades en el hospital en relación a la situación de Fabricio, pero en vez de intervenir para esclarecer el caso, señaló un médico particular para que diera los partes del niño a la familia, situación que no corresponde. Además, la letrada denuncia: “Se presentan sin avisar y vulneran sus derechos”. La ministra también evitó hablar con nosotros. 
Ese 30 de junio, al salir de la operación, la familia notó que el color de los labios de Fabricio no era normal, “estaban violáceos”, pero los médicos les dijeron que se trataba de la anestesia. Minutos después entró en paro; ya no había médicos para asistirlo. Desde aquel momento a hoy la salud del niño sólo empeora, ya hizo siete paros cardíacos e incluso estuvo media hora sin que el oxígeno fluyera a su cerebro, lo que dejará secuelas de por vida. “Lo quieren mantener vivo como sea, aunque esté así”, asegura la madre. Fabricio tiene una infección en el pulmón y sus riñones paralizados, y empezó a caérsele el pelo. “La cabeza manda todo, me dijeron”, agrega. El único parte que reciben sus familiares es el de la situación diaria, pero nadie sabe qué pasó aquel 30 de junio en el quirófano.  Sin embargo, Natalia también relata: “El otro día entré y volaba de fiebre, no le habían dado ni un ibuprofeno, tuve que entrar a los gritos para que lo atendieran”, asegurando que tampoco les importa el estado en el que está su hijo mientras lo mantengan con vida.

Desde Agenda Sur intentamos comunicarnos tanto con ella, como con el Subdirector del Hospital, Cristian Villalonga, pero ambos nos cortaron la comunicación y bloquearon nuestros teléfonos. 


 La Directora del Hospital, Dra. Cristina Alabarce, les dijo que no estaba al tanto de lo que pasó aquel día, pero que dio licencia a todos los que participaron de la operación y que el cirujano a cargo pasa por un estado de shock. Más allá de eso, no brindó ningún dato ni nombre específico de quiénes más estaban en el quirófano. Desde Agenda Sur intentamos comunicarnos tanto con ella, como con el Subdirector del Hospital, Cristian Villalonga, pero ambos nos cortaron la comunicación y bloquearon nuestros teléfonos. 
La letrada Cinthia Villagrán lleva adelante la causa por “Mala Praxis”, ya judicializada, de la mano del Dr. José Luis Robles. La abogada asegura que los procedimientos están plagados de irregularidades y que existe un claro tinte discriminatorio. El día 17 julio, cuando la familia recibió la nota que les restringía el ingreso a una vez por semana, coincide con un episodio que se dio entre la madre de Fabricio, Natalia Ibáñez, y la seguridad privada del hospital. Hasta aquel día, la familia entraba, como cualquier otra, tres veces por día a visitar a su hijo. Como ellos duermen en la puerta, también ingresaban al hospital para ir al baño. Pero ese 17 de julio, “la seguridad los sacó a los empujones e intentó sacarle el celular. Acto seguido, llegó la nota de restricción de ingreso. “Los padres de los demás menores siguen ingresando tres veces al día; pusieron como excusa un protocolo que no existe. El hospital tiene que contener a la familia”, señalan desde la defensa de la familia.
Hasta el día de hoy, el caso ya está en manos de la justicia. Se emitieron los oficios para que un médico forense ajeno al hospital analice la situación de salud del menor, se obtuvo la historia clínica, y el próximo paso es “la creación de una junta médica sin médicos del hospital Niño Jesús” que tomen el caso. También se solicitó una audiencia para que Natalia amplíe su declaración. De todas formas, todos estos trámites judiciales se atrasarán debido al cierre de los tribunales de la ciudad por casos de COVID19. Mientras tanto, hay un niño cuya salud empeora cada día y una familia durmiendo en la puerta del hospital a la espera de respuestas.