EE.UU. y su policía: protestas, reformas y resistencias sindicales
Por María Eva Dorigo, desde EE.UU.
Si bien la institución policial no es la única impregnada por la discriminación racial en sus estructuras, es la que tiene las armas. En Noruega, la policía ha disparado y asesinado a una sola persona en los últimos 10 años, mientras que en EE.UU. hay 600 personas asesinadas a manos de la policía en lo que va del año. En un artículo que data del año 2018[1], se asocia la cantidad de fatalidades ocurridas a manos de la policía con el corto periodo de entrenamiento que un policía requiere en este país, 19 semanas, comparado con países como Noruega, Finlandia o Islandia que presentan poquísimos casos de muertes y mucho más tiempo de entrenamiento que la policía estadounidense.
En un ensayo sobre sus días como policía en California, un ex oficial, Officer A. Cab, reconoió que “en los entrenamientos oficiales te enseñan cómo ejercer violencia de manera efectiva y cuándo se puede legalmente implementar la violencia. Pero los entrenamientos “no oficiales” te enseñan sobre la sed de violencia, a expandir el alcance de tu violencia sin ser descubierto, y erosiona tu compasión por los más vulnerables para que puedas justificar la violencia que ejerces sobre ellos”[2].
En el año, en EE.UU. hay 1099 personas asesinadas a manos de la policía.
Aunque los entrenamientos policiales son sólo una arista del problema que es necesario dimensionar, no necesariamente responde la pregunta de la desproporcionalidad en muertes de víctimas Afro-Americanas. La fuerza policial tiene su origen en los “slave patrols” (patrullas para controlar a los esclavos) y milicias compuestas originalmente por sirvientes blancos, y así contener cualquier tipo de sublevación a favor del trabajo pago.[3].
Existen barreras que han impedido hasta ahora reformas sustanciales en la institución policial para ajustarla a las nuevas realidades y a los nuevos tiempos, que han obstaculizado alcanzar transparencia y accountability (revisión por parte de los ciudadanos de las instituciones públicos) de los departamentos de policía y sus agentes. Lo que permite que los ciudadanos estén expuestos a situaciones de violencia irreversibles y con consecuencias en la salud pública, sobretodo en la población de Afro-Americanos.
La primera es lo que se llama en inglés “Qualified immunity”, fallo de la Corte Suprema de Justicia que data de 1967 que proporciona inmunidad a las fuerzas policiales en juicios civiles, y ha permitido mantener la impunidad de cientos de policías que han cometido abusos de autoridad. [4] Ejemplos de casos donde las cortes concedieron inmunidad a policías hay varios: policía dispara a un hombre herido en el piso por la espalda, policías enviaron a un perro policía a atacar un sospechoso que ya se había entregado, quien terminó hospitalizado por las mordidas, entre otros casos.[5] Varios legisladores han presentado proyectos de ley para eliminar o limitar el uso de esta doctrina que protege a los funcionarios policiales que comenten “excesos”, y a la vez mantiene a la población expuesta sin posibilidad de alcanzar justicia. Sin embargo, muchos legisladores republicanos han expresado su rechazo a esta modificación. La Corte Suprema de Justicia considera llevar a discusión al menos ocho casos en donde esta doctrina podría aplicar, lo cual podría significar un vuelco hacia mayor accountability (revisión por parte de los ciudadanos de las instituciones públicos).
Un fallo de la Corte Suprema de Justicia que data de 1967, proporciona inmunidad a las fuerzas policiales en juicios civiles.
Otro problema grave que detiene toda medida progresista es la intromisión de los sindicatos de policías: son tremendamente poderosos y peticionan permanentemente a las autoridades para obtener beneficios propios, más allá de cuestiones meramente laborales. Por ejemplo, en Pennsylvania el sindicato peticionó frente al ministerio de trabajo para eliminar algunas medidas disciplinarias en contra de los agentes policiales.[6] Además, algunos jefes de policía que osaron despedir a policías de sus destacamentos por mala conducta, vieron sus decisiones revertidas cuando los oficiales despedidos fueron reinstaurados en sus puestos gracias a procesos de mediación.[7] Otro ejemplo del poder de los sindicatos de policías es el de la ciudad de Newark en New Jersey, donde el sindicato llevó a juicio a la ciudad cuando intentaron dar poderes a la Comisión Civil de Revisiones (Civilian Review Board), que investiga casos de abuso policial para tomar medidas disciplinarias y ganaron, es decir que los poderes fueron revocados.[8]
Por último, existe una herramienta que obliga a un departamento de policía que ha sido acusado varias veces de abusos contra la población a ser investigado e incorporar reformas. En estos casos, el Ministerio de Justicia comienza una investigación sobre los abusos cometidos por un departamento de policía determinado y se firma un acuerdo (Consent Decree) que lo obliga a empezar un proceso de reformas determinadas. El problema es que estos acuerdos dependen de que el Gobierno Nacional de turno priorice o no esta clase de procesos. Por ejemplo, durante el gobierno de Bush hijo comenzaron 12 procesos de este estilo, durante el gobierno de Barack Obama 13 y ningún acuerdo se ha firmado desde que Donald Trump asumió la presidencia en enero de 2017.[9]
El movimiento multiétnico a favor de #defundthepólice (que propone que fondos para la policía sean desviados en parte a programas de prevención de violencia y servicios sociales) no aceptarán reformas que no intenten resolver los problemas de fondo. La única esperanza de conseguir cambios radicales de las fuerzas de seguridad es la continuación de la presión popular, ya sea a través de marchas o de pedidos expresos de las comunidades a nivel local enviando cartas, llamadas telefónicas, utilizando el social media para presionar a sus autoridades a escuchar sus pedidos.
[1] Police Training and Police Killings: USA vs. the Nordic Countries
[2] Officer A. Cab, Confessions of a Former Bastard Cop
[3] Alexander, Michelle, The New Jim Crow, 2010
[4] Mother Jones, “Qualified Immunity” Gives Abusive Cops a Free Pass. Will the Supreme Court End It?, 5 de junio de 2020. https://www.motherjones.com/crime-justice/2020/06/qualified-immunity-police-congress-supreme-court/?fbclid=IwAR1lK9HBMmhI4C3P6dxWDfTOwv4pmpVVL56-Ptx_e08v1q2ubgSyDVn-2OU
[5] “Ibid
[6] Police unions are one of the biggest obstacles to transforming policing, 12 de Junio de 2020. https://theconversation.com/police-unions-are-one-of-the-biggest-obstacles-to-transforming-policing-140227
[7] Ibid
[8] Ibid
[9] Rolling Stone, John Oliver Traces History of Racist Police Violence, Routes to Reform, 5 de junio de 2020.