Panorama Político: Volvieron, ¿volverán?
Pareciera que hubieran pasado ocho años y estuviera por finalizar el segundo mandato de Alberto Fernández, pero en realidad sólo fueron 8 días. Alcanza y sobra para que quienes tuvieran alguna duda sobre el tipo de oposición que llevaría adelante Cambiemos, se la sacaran: será descarnada. Tendrá, o ya tiene, mejor dicho, dos objetivos: uno de mínima, erosionar lo más posible el poder del Gobierno en el menor tiempo que pueda; de máxima, que sus intentos desestabilizadores impidan el normal desarrollo de la democracia. Ésa es la estrategia. Si así fuese, no habría golpe de Estado reconocido por la ahora oposición. Así sentó las bases con su posición sobre el golpe en Bolivia, en ese caso sería solamente “un gobierno de transición democrática”. La táctica habilita tanto los golpes tradicionales cívico-militar, más difícil de implementar en Argentina por el descrédito que acarrean, como los golpes suaves; aquí la cosa se vuelve más difícil de asir y comprender en su justa dimensión política.
La estrategia es erosionar el poder del Gobienno; la táctica habilita tanto los golpes tradicionales cívico-militar, como los golpes suaves.
En un breve resumen de la primera semana de gestión del Frente de Todos, tenemos: corte de luz por el calor, el mismo día de la asunción, antes no. Un turista extranjero asesinado en la puerta de uno de los hoteles más reputados del país, en la zona más custodiada de CABA a plena luz del día. Allí, la custodia es responsabilidad de la Prefectura Nacional y tiene un índice de homicidios cercano al cero por ciento. Un corte en las vías del tren: reapareció Rául Castells en las movilizaciones, le llevó cuatro años, ¿raro no? Los derechos de exportación, intencionalmente mal llamados “retenciones”, generaron el “contundente rechazo” de las grandes corporaciones del campo, la Sociedad Rural, Confederaciones Rurales Argentina, fundamentalmente, más Coninagro y la Federación Agraria Argentina en menor medida. Eso sí, ratificaron su “voluntad de diálogo” con un Presidente al quien le faltan 3 años y 358 días de Gobierno; menos mal… El índice será igual al implementado por Cambiemos en 2018, pero ese “detalle” pareciera no importarles; antes eran oficialismo, ahora oposición, eso es lo que cuenta.
Como esta estrategia es regional y para toda América Latina, y no solamente local, uno de los enviados de Donald Trump, Mauricio –disculpen la relación- Clever, declaró por TN el mismo10 de diciembre: “Queremos saber si Alberto Fernández será abogado de las democracias o apologista de las dictaduras”. Un diplomático no comunica su posición ante el Canciller, como debiera, sino a través de un medio de comunicación. Tampoco debiera inmiscuirse en los problemas internos. También extraño, ¿no? Todos estos elementos en una sola semana. Sueltos no dicen mucho, analizados en su contexto y en la realidad latinoamericana, toman otra dimensión más preocupante.
El país está empobrecido, endeudado, condicionado internacionalmente y en recesión. El primer proyecto de ley que envía a diputados el Poder Ejecutivo, se encuentra con la oposición cerrada de Juntos por el Cambio, que no habilita el quórum para su tratamiento. Es el mismo espacio político, al que durante los primeros años de gestión se le votó todo lo que envió, pago a los fondos buitres y reforma jubilatoria incluidos; que después gobernó por decreto y paralizó el Congreso.Ahora sus dirigentes están preocupados por los tiempos parlamentarios y los “superpoderes”. No reconocen que el país se encuentra en emergencia ni creen en la solidaridad social. La izquierda troskista toma la misma posición, con los mismos argumentos y lo grita frente a los micrófonos de TN que, ahora sí, escucha sus opiniones. ¿Los primeros, en realidad, no tendrán incompatibilidades de intereses con los sectores que representan, las empresas energéticas, el FMI, los grandes exportadores? ¿O hay que pensar que quienes le hicieron perder el 20% a las/os jubiladas/os y les quitaron los medicamentos ahora están preocupados por una supuesta, y falsa, pérdida de su poder adquisitivo? Desde el otro extremo del arco ideológico se completa el círculo llegando al mismo punto de partida. El motivo no es claro, el fin el mismo: son funcionales a la derecha.
Volvieron
El Peronismo unido volvió al poder. Sus primeras medidas, todas, son en beneficio de las mayorías, tocando algunos intereses de sectores beneficiados históricamente en general, y en los últimos cuatro años muy especialmente: aumento a los beneficiarios de la AUH, jubilaciones, baja en los precios de los medicamentos, la tarjeta alimentaria, entre muchas otras. Empezar por los de abajo hasta llegar a los de arriba, algo así como la teoría del derrame al revés. Si ésta nunca dio buen resultado, no suena tan ilógica la inversión del proyecto político. En siete días ya hubo muchos más anuncios positivos que en toda la gestión Macrista. El único punto cuestionable es la suspensión de los regímenes especiales de jubilación, como el de los docentes universitarios. Si se observan todas las medidas en perspectiva, pareciera ser más una falta de precisión en el articulado 51/52 del proyecto de ley; pero la duda, por ahora, está. Los aumentos los dará el PE durante 180 días, “atendiendo prioritariamente a los sectores de más bajos ingresos”, según el proyecto, pero no está explicitado que luego ese beneficio se mantendrá.
Los derechos de exportación, por ejemplo, “tocan” las ganancias de los grandes productores, por eso es que muchas agrupaciones de pequeños y medianos agricultores se manifestaron a favor de la suba de las “retenciones: “Sabemos que estas medidas, orientada a uno de los sectores de mayor concentración de poder económico que es el conglomerado exportador, tienen como objetivo también poder influir en los precios internos a fin de aliviar también a las familias de clase media”. Todos no somos “el campo”, o al menos el mismo campo, porque hay más de uno, el de los grandes terratenientes, o el de la agricultura familiar, por ejemplo.
Alberto Fernández logró reunir a todos los gobernadores, incluidos los tres radicales y a Horacio Rodríguez Larreta, para dinamizar las economías provinciales, suspendiendo el pacto fiscal firmado en la anterior gestión. Una gran demostración de “poder” de convocatoria. El Frente de Todos muestra un gran dinamismo en sus primeros días, con un gabinete sólido y equilibrado entre las distintas fuerzas que lo componen. La unidad será condición necesaria, no suficiente, para gobernar.
Los sectores de derecha ya muestran su táctica, no llevan adelante la “oposición responsable” que exigieron y disfrutaron en su momento. Parafraseando la excelsa prosa del ex presidente Mauricio Macri, llena de lugares comunes, ya “ponen palos en la rueda”. Ellos querrán volver, habida cuenta del desastre económico de su gestión, si Alberto Fernández hiciera un gobierno “más o menos” aceptable en términos populares, les será difícil hacerlo con el voto. Los neoliberales lo saben. La presidenta del PRO será Patricia Bullrich, una dirigente que paseó por los espacios más inverosímiles que se pueda imaginar, de Montoneros a ministra de Fernando de la Rúa y Macri. Siempre salió indemne y mantuvo una excelente relación con EE.UU. e Israel. Otra casualidad, y van… ¿Volverán? Por el bien de las/os argentinoas/os, neoliberalismo “nunca más”. Pero si así fuese, que sea democráticamente.