Cultura

Andrea Fasani, presentó 30 (treinta) una piel de memoria.

Agendasur entrevistó a Andrea Fasani en el mítico colegio Nacional Buenos Aires que, en un sábado primaveral, se encontraba lleno de estudiantes participando de la conmovedora y original muestra artística que se presenta como contracara del olvido. Andrea nos contó:
Se trata de 30 (treinta), una instalación visual con un diseño sonoro. Desde sus comienzos en 2006 me propuse crear una piel de memoria que se adaptara a todos los espacios. Hoy estoy con esta instalación en el claustro central del colegio Nacional Buenos Aires invitada por la Comisión de derechos Humanos de AGD-CNBA, por el Centro de Estudiantes y los profesores de Plástica.

La muestra está vinculada con la conmemoración de la Noche de los Lápices. Es una jornada que comenzó este jueves para los estudiantes, luego presentamos 30 (treinta) en el salón donde las divisiones participaron activamente. Esto termina el lunes 16 y los chicos saldrán desde aquí a la marcha.
Lo de usar cuadernos se me ocurrió a partir de que fui juntando una gran cantidad de recordatorios de los compañeros desaparecidos que recorté del diario Página12. No resistía tirar el diario sin mirar la foto, leer el nombre y guardar el recorte. Llegué a juntar tantos que cuando en el 2006 decidí crear una piel de memoria me pregunté cuál sería el soporte. Allí me surge el cuaderno Gloria, cuaderno popular en nuestra historia y sobre todo en la educación pública en donde, a mi generación, nos hacían escribir a repetición palabras para fijar en la memoria alguna corrección ortográfica. Me pareció adecuado por muchos motivos: la palabra Gloria, la bandera argentina atravesando esa palabra, su tapa anaranjada, ese color tan vigoroso, justamente para hacer la piel de un hecho trágico como el genocidio me parecía perfecto.

En ese momento no me di cuenta que era fabricación de Ledesma, nada más y nada menos, con lo que significó ese ingenio durante la dictadura. Tal es así que cuando presenté esta misma instalación en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, recibieron una carta documento pidiendo que se baje la muestra porque “asociaba a la marca de los cuadernos con los guerrilleros”. Por eso es tan importante no olvidar.
Cuando armé la muestra por primera vez invité a escribir, porque yo hacía cada cuaderno en la soledad de mi mesa y pensé en compartirlo. Entonces pido que en esas 23 páginas restantes escriban el nombre y el apellido de a quien pertenece el cuaderno como una manera de fijarlo en la memoria, ese es el objetivo.

Al día de hoy tengo 3000 cuadernos, y en cada instalación hago un homenaje a la provincia donde voy o a la Facultad que me invitan. Y en este caso tenía muchos estudiantes del Colegio Nacional pero me faltaban 29 y gracias a los compañeros de aquí logré obtener las fotografías del legajo de los chicos y completar así la totalidad de los 108 estudiantes desaparecidos de este colegio.
En mi caso particular, en diciembre de 1975 la triple A secuestró a quien era mi compañero Daniel José Bombara, en Bahia Blanca que es donde yo nací. En 2011 el equipo de antropología forense encontró sus restos en el cementerio de Morón. En 1978 me secuestraron y pasé 45 días en el centro clandestino el Banco, por lo que declaré en Comodoro Py y antes en los juicios por la Verdad.

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