Cerraron la cuenta de Sudor Marika: Macri ya fue, Vidal también, la censura no
La banda de cumbia es la autora de la música que se hizo campaña y grito políticos.
Cerraron la cuenta de Instagram de la banda de cumbia Sudor Marika, casualmente luego del éxito y la repercusión política que tuvo la música de uno de sus temas, que fue la base de la campaña “Macri ya fue, Vidal ya fue, si vos querés Larreta también”.
De hecho, desde el Facebook de Sudor Marika se preguntan: “Nos cerraron la cuenta, ¿tendrá algo que ver con el #MacriYaFue #VidalYaFue #SiVosQueres #Larretatambien?
“La tierra rozada no es la tierra PROmetida. Habitamos una tierra arrasada”, Sudor Marika.
“La cumbia puede ser la fuerza de una pueblada por venir. Música que entra fácil, aunque algunas de sus letras tengan la virtud de corroer oídos. La puta, la marika, la rapidita. No te das cuenta y ya estas moviendo el pie. Entra al toque, es bien gauchita, popular”, explica el sentido en su manifiesto. “Nos queremos yeguas, indómitas, vivas y desendeudadas mientras llenamos los signos más queridos del populismo de glitter. De la «Pesada herencia» a la cuidada errancia. ¡Fuera de todos los closets!”.
Ese odio contra el que pelea Sudor Marika, ahora golpea a la banda en formato censura: “¿Cómo interrumpir el deseo de castigo que habita los cuerpos? ¿Cómo propiciar otros afectos que destronen el odio y la resignación que ha instalado esa nefasta «revolución de la alegría»? El odio a lxs migrantes, las «feminazis», las disidencias, los populismos, la yegua. Esclavxs del odio, saturadxs de (re)sentimientos que obturan el paso a otros afectos”. Ahora es el odio a una banda y, parece ser, a una campaña polítca”.
“No nos desvela ser una letra más reconocida por la norma, queremos que la norma caiga, como esa masa de injusticias que nombramos como «patriarcado», como el neoliberalismo, y más”. Con tono premonitorio, Sudor Marika anunciaba: “Nada de optimismo y esperanza ciega. La tierra rozada no es la tierra PROmetida. Habitamos una tierra arrasada. Vidas precarizadas que viven en el límite. No queremos alegrías reguladas”.