La noche del apagón
La ofensiva internacional contra el gobierno de Nicolás Maduro volvió a tomar un nuevo impulso este martes en Buenos Aires durante la reunión del Grupo de Lima. El líder opositor Juan Guaidó volvió a la carga. En videoconferencia con los cancilleres, desde Caracas el diputado de Voluntad Popular, instó a los países aliados a lograr la salida de Maduro. Casi en simultáneo, la Asamblea Nacional aprobó la reincorporación del país sudamericano al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR). De aplicarse el acuerdo, permitiría solicitar ayuda militar a otros países del continente, facilitando una intervención en el país caribeño. Sin embargo, no está claro cómo la oposición implementaría esta medida, considerando que un tratado de este tipo requiere de la firma del presidente legítimo del país y por otra parte, el Tribunal Supremo declaró nulas las decisiones de la Asamblea luego de declararla en desacato. Todo esto transcurre en momentos que el gobierno avanza en una mesa de diálogo con representantes de la oposición y que cuenta con la mediación de Noruega y el Vaticano.
En Argentina el Grupo de Lima resolvió enviar el informe de la Alta Comisionada para los DDHH de la ONU Michelle Bachelet a la oficina de la fiscal de la Corte Penal Internacional, Fatou Bom Bensouda. Este documento calificado de “parcial” por Miraflores, denuncia que el Estado venezolano es responsable de casos de tortura y persecución política, entre otras graves acusaciones. Los de Lima proponen también, que el informe sea discutido en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y otros organismos internacionales. En la cita porteña estuvieron, además del canciller argentino, Jorge Faurie, los representantes de Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Perú, Canadá, Honduras, Panamá, Paraguay y Santa Lucía. Como observadores participaron Ecuador y El Salvador. También, asistió una representación de la Unión Europea (UE), y el enviado de Guaidó Julio Borges, expresidente de la Asamblea Nacional.
Mientras todo transcurría entre Buenos Aires y Caracas, desde Washington el portavoz de la Casa Blanca para América Latina, Mauricio Claver – Carone, dijo en una entrevista a EFE que es tiempo que EE.UU. y el Grupo de Lima “ofrezcan una salida” al presidente venezolano “en un tiempo definido”. “Si no la toma, las medidas se van a endurecer mucho, mucho más”, agregó.
Desde Moscú, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, aseguró que Rusia dialoga activamente “con todos los representantes del terreno político” de Venezuela, tanto con el Gobierno como con la oposición, y que explica a los partidarios de Guaidó que se ponen en contacto con el Kremlin que “son inadmisibles sus intentos de solucionar sus problemas, provocando una intervención desde el exterior”. Al mismo tiempo, Lavrov opinó que, actualmente, con el proceso de diálogo impulsado por Noruega, la situación en la nación caribeña “está cambiando para mejor” y “empieza a prevalecer el sentido común”, por lo que espera que estas conversaciones desemboquen en “un acuerdo satisfactorio para todos”, en primer lugar para el pueblo venezolano.
La reaparición de Guaidó en la escena internacional coincidió con los 6 meses de su “autoproclamación” y un nuevo apagón que afectó a Venezuela desde el lunes hasta la madrugada del martes. El gobierno de Maduro denunció un “ataque electromagnético”.