Cultura

Argentina ganó y enfrentará a Brasil en semis

La Selección Argentina le ganó 2-0 a Venezuela por los cuartos de final de la Copa América que se disputa en Brasil y el próximo martes enfrentará al local en un “clásica” semifinal. Si bien la albiceleste no termina de conformar un “equipo” ni jugar buen fútbol, ganó claramente por el peso de los jugadores de área, ofensivos. Lautaro Martínez en el primer tiempo y Giovani Lo Celso en el complemento marcaron los goles.

Antes de los diez minutos de juego, y tras un rechazo en un córner, Sergio Agüero tiró un “buscapié” al área, donde estaba Martínez, quien con un repentino tacazo mandó la pelota a la red. Eran momentos donde el combinado argentino apretaba e intentaba desbordes por ambos costados. Esta vez, el técnico Leonel Scaloni había dispuesto un volante externo izquierdo “nato”, como Acuña, que exigía por su banda. Él le dio más equilibrio a un equipo siempre descompensado producto de la decisión del entrenador de no tener un “volante tapón” de quite, un 5 clásico. Tampoco tiene combinaciones o triangulaciones, rotaciones ni sociedades. No hay una clara línea de juego, simplemente gana porque tiene más y mejores individualidades que la mayoría de los rivales que enfrentó. Cuando le tocó uno más o menos similar, Colombia, perdió.

Venezuela intentaba de dos maneras: con pelotazos detrás de los centrales para su centrodelantero Salomón Rondón, cuando debía contragolpear; y a partir de estar en desventaja, con toques y trato prolijo de pelota. Es un buen equipo el que armó el ex arquero, su técnico Rafael Dudamel. Su selección ha evolucionado notablemente, dejó de ser un invitado que perdía por goleada y no sumaba ningún resultado positivo. Juega con tres delanteros y se “le planta” a cualquier otro rival.

En el segundo tiempo, Lautaro, el mejor jugador de la cancha insólitamente reemplazado (no se observó que estuviese cansado ni lesionado) estrelló un tiro en el travesaño. A partir de allí, mejoró la “vinotinto”, que dominó el juego y tuvo un par de situaciones de gol, muy bien resueltas por Armani, quien mostró seguridad por “arriba” y en los “mano a mano”. Sólo le faltó el gol, ni menos.

En el peor momento de Argentina, y en una jugada aislada, Agüero remató al arco, el arquero dio un rebote largo y hacia el centro del arco; Lo Celso sólo tuvo que empujarla. Y ahí se terminó el partido. El resto fue dejar que pasara el tiempo y aprovechar los espacios que dejó Venezuela.

Brasil-Argentina se enfrentarán en el clásico por una de las semifinales, el próximo martes. Ésa sí será una verdadera prueba para la Selección. En una Copa que tiene muchos rivales de segundo y tercer niveles, en las semis quedan los equipos más poderosos. Allí deberá aparecer Lionel Messi, hasta aquí más ausente que presente.