El guitarrista Guido Briscioli presentó su libro “Del Blues al Jazz y del Jazz al Blues”.
Tranquilo, seguro y con mucho estudio el joven artista va trazando su impronta como músico y profesor dentro del jazz argentino. De la investigación del terreno en donde se fusionan el jazz y el blues surgió esta obra para especialistas. Agendasur lo entrevistó y esto nos cuenta:
¿Cómo surgió el libro?
En 2014 di unos seminarios en donde estudiamos la zona de confluencia entre el blues y el jazz, a través del diseño de un programa bien especifico con estudios aplicados sobre el vocabulario estilístico de los grandes referentes, más algunas visiones personales en este área. Los resultados superaron ampliamente mis expectativas y fue aquella experiencia lo que me motivó a seguir indagando en esos materiales. Y resultó un buen termómetro para dejar plasmado en este libro los resultados de esa búsqueda.
Yendo al propósito concreto de este trabajo, se trata de profundizar desde la guitarra en ese idioma, ese vocabulario y el nexo entre esos dos estilos. El blues en el jazz y el jazz en el blues, sin perder el feeling blusero. De cómo incorporar otros colores dentro de la música que tocamos, ahondar en recursos melódicos, rítmicos y armónicos que amplíen nuestro espectro sonoro.
¿Cuándo comenzaste con la música?
Desde chico, primeramente escuchando porque en casa había un montón de música, agarré una guitarra por primera vez a los nueve años. Hasta que llego al blues en mi primera adolescencia, a los 14 o 15 años, mis hermanos tocaban un estilo entre el rock y el blues y me llevaban a los bares donde esa música sucedía. Algunos años más tarde intuitivamente llego al jazz; me fascinaba ese caos organizado, para mí desconocido en ese entonces.
¿Dónde estudiaste?
Pasé por alguna institución pero mi gran maestro fue Francisco Rivero (eximio guitarrista argentino, fallecido en 2010), él me enseñó prácticamente todo. Luego solo, buscando en los libros, los discos, tocando con músicos que admiro. También tomando algunas lecciones clarificadoras con guitarristas de jazz de la talla de Pat Martino (EE.UU) y Wayne Krantz (EE.UU). Sigo estudiando, es algo que me gustaría hacer toda la vida.
¿En qué bandas participás?
Estoy con diferentes proyectos, en los que trabajo activamente para que se mantengan: la banda “Colosos”, un sexteto de funk, jazz y rock experimental de composiciones propias; luego con “Ñapi”, un cuarteto rabioso instrumental, y con Nicolás Sanucci como parte de su grupo solista, que terminó siendo una banda hermosa en donde todos tiramos para adelante.
¿Componés?
Sí, es la actividad más angustiante y gratificante que conocí como músico. Amo ser buscador incesante de “eso que no existe”, siempre trato de hacerme el tiempo para componer, no lo hago con fórmulas sino que intento ser lo más honesto posible, artesanal de algún modo y eso me lleva muchas horas y días.
¿Alguna guitarra es especial para tocar blues o jazz?
Eso depende del guitarrista, ami las que más me funcionan son: una de media caja modelo tipo335 como la que usaba B.B.King, la Ibanez Scofield y una Telecaster de Miranda (luthier) que me hizo un laburo increíble amoldado a mis gustos y preferencias.
¿Cómo definirías la música jazz?
Qué pregunta difícil pero puedo darte dos respuestas: una, el jazz es hoy más entendido como un modo de hacer música que como un género en sí mismo y la segunda, revisando la historia, surge que el jazz es el hijo libertario del blues.
¿Cómo ves el circuito jazzero?
Desde la perspectiva laboral complicado, como todos los circuitos de música. Tengo la suerte de estar con varios proyectos pero veo situaciones de colegas que me entristecen. Intento ayudar como puedo desde el lugar que me toca pero debería haber políticas culturales más deliberadas para que pueda suceder otra cosa. Realmente hay muchísimo talento y diversidad en estos pagos, sólo hace falta valorarlo. Cuando la economía no está bien el primer recorte es en la Cultura, pienso que el Estado debería tener políticas públicas que no permitan que se deje de invertir en el sector.
¿Existe el blues local?
Hace algún tiempo atrás era inevitable que músicas de otras latitudes adquieran aquí una fisonomía particular, por la poca información que llegaba. Hoy en día todo está en todos lados y podemos acceder a eso tal cual es, así todo hay una tradición grande de blues en Argentina, y ni hablar del rock con el que de alguna manera ya son géneros locales.
¿Adónde se puede conseguir el libro?
El libro salió por la editorial Melos, se puede comprar en la tienda online, que además hace envíos o me lo pueden encargar directamente a por Facebook.
Para contactarse: guidobriscioli@gmail.com, o en La Escuela de Blues (Libertad 478 -CABA). En junio, los sábados, estará dando seminarios intensivos de 12 clases sobre los contenidos del libro.