Hasta la Victoria Siempre, Norita: El Legado de una Luchadora Incansable
Con profunda tristeza, el viernes 31 se despidió a Norita Cortiñas, una incansable luchadora por los derechos humanos y símbolo de resistencia. Nacida el 22 de marzo de 1930 en el barrio porteño de Monserrat, en 1952 tuvo a su hijo Carlos Gustavo, a quien buscó hasta el último día de su vida después de que fuera desaparecido por la última dictadura cívico-militar en 1977.
El 15 de abril de 1977, su hijo Gustavo fue detenido y desaparecido en la estación de tren de Castelar, en la provincia de Buenos Aires. Estudiante universitario y militante social, Gustavo colaboraba en la Villa 31 con el padre Carlos Mugica. Al momento del secuestro tenía 24 años.
Ese mismo mes, Norita se unió a las Madres que exigían la aparición con vida de sus hijos en la Plaza de Mayo. Hasta el último día de su vida, militó por la memoria, la verdad y la justicia. “Éramos muy poquitas y todas estábamos atravesadas por el miedo y la angustia mientras averiguábamos por el paradero de nuestros hijos. Nos íbamos encontrando con mujeres y hombres en la misma situación”, expresó en una entrevista sobre esa primera ronda de la que participó.
“Nora, descansa en paz. No abandonaremos la lucha contra estos genocidas. Seguiremos en la ronda. Estás y estarás con nosotros siempre”. Dijo, Elia Espen, Madre de Plaza de Mayo, durante la despedida en la Casa de la Memoria y la Vida “Mansión Seré”, ex centro clandestino de detención.
“Norita, seguirás con nosotras, paso a paso, buscando memoria y justicia. Te queremos y siempre te querremos. Estarás presente ahora y siempre”, añadió, Vera Jarach, Madre de Plaza de Mayo.
Su compromiso con la verdad y la justicia, especialmente a través de su labor en Madres de Plaza de Mayo, deja un legado imborrable. Nora estará siempre en nuestras luchas y en nuestros corazones. ¡Gracias por tanto! ¡Hasta la victoria siempre!