Actualidad

Milei avanza, CFK y MM se estancan y la sociedad retrocede

Cristina Fernández y el PJ Nacional

Formalmente, Cristina Fernández es la presidenta del PJ Nacional y Mauricio Macri el del PRO, pero políticamente la situación no es tan clara. Ambos líderes enfrentan coyunturas muy difíciles para sostener sus liderazgos en sus respectivos espacios. Para ello es indispensable contener a los distintos sectores internos y, sobre todo, conducirlos. Y hoy ninguno de los dos lleva adelante ese roll de manera efectiva.
Cristina logró evitar la elección interna partidaria que planteaba el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, pero en su asunción como presidenta del PJ no hubo ningún gobernador presente. Muchos intendentes peronistas del conurbano no se encolumnan detrás suyo por su decisión política de hacerle la gestión imposible a Axel Kicillof. Hay dirigentes de la CGT en su lista, pero son eso, algunos dirigentes. El grueso del sindicalismo la mira con desconfianza. Los movimientos sociales oscilan: tanto el Movimiento Evita como Juan Grabois van y vienen en su cercanía a CFK.  La conclusión es: ¿a quién conduce Cristina? Respuesta: al Kirchnerismo que, día a día, se cierra en el Instituto Patria. Como un parangón de la cruel realidad que nos toca vivir, “la Patria se achica”.
El problema más grave es que el Peronismo es mucho más amplio que el Kirchnerismo. Ni que hablar que después el PJ debería erigirse como el armador de un Frente Popular más diverso, con sectores progresistas que no son peronistas, si es que verdaderamente se plantean volver al poder. Si kircheneristas históricos se cansaron del dedo de Cristina y se alejaron de ella, qué queda para el resto…
Viendo cómo se manejan las conducciones del PJ Nacional y de la provincia de Buenos Aires, con su hijo Máximo, pareciera que lo único que les interesa es mantener una cuota de poder político. Ese espacio supuestamente le alcanzaría a Cristina para no ir efectivamente presa, víctima de la persecución política (Lawfare) del Macrismo, el Poder Judicial, los medios hegemónicos y el gran capital. ¿Y Milei? Al Presidente le sirve procesada y condenada, pero no proscripta, sino activa políticamente, y si es candidata, mejor. Así reuniría a todo el electorado “antiK” y le alcanzaría para ganar las elecciones legislativas de este año, fagocitándose al PRO. LLA quedaría como el único espacio de derecha en Argentina y fortalecido en el Gobierno.

En la asunción de CFK como presidenta del PJ Nacional no hubo un solo gobernador.

Si “la estrategia política” de la nueva conducción nacional del PJ es ésa, chiquita, personal, llevará al Peronismo a una nueva y más profunda derrota electoral. Pareciera que no aprendieron nada de las últimas derrotas: Cristina se fue de su Gobierno con la Plaza llena, pero “dejándonos” de regalo a Macri. Luego, dejó la Vicepresidencia –de un Gobierno de la que formó parte- con un acto mínimo en los pasillos del Senado, junto a un grupo de militantes y con Milei en el poder. Resultado lógico de la falta de discusión y democracia internas, sin un programa político claro para presentarle a la sociedad. Un espacio político conducido por ella que diseñó el armado de las listas electorales. Sin internas, discusión, ni una mesa política para definir políticas ni organización. Allá vamos de nuevo…
¿Y si miraran la experiencia del Frente Amplio uruguayo? No es muy difícil, básicamente es hacer exactamente lo contrario a lo que hacen con el Peronismo: son indispensables el debate y las elecciones internas y tener a la militancia en la calle.
El Kirchnerismo quería mantener su bastión, Buenos Aires, particularmente el Conurbano. Para eso condicionó, -y boicotea hoy- al gobernador Axel Kicillof. Logró ese mediocre objetivo, pero Argentina es gobernada por Milei. Estamos otra vez en el mismo lugar, pero el espacio político es cada vez más chico y desorganizado. La conducción, así, no funciona.

En qué están los tres espacios más importantes de la política argentina en este año electoral.
Milei condiciona fuertemente a Macri con el armado de las listas.

Mauricio Macri y el PRO

El expresidente está en una situación similar, o peor… Si hoy el PRO fuese solo pelearía un cuarto lugar con la izquierda troskista del FIT, detrás de la Libertad Avanza, el Peronismo y una tercera fuerza de centro (con algunos Radicales y justicialistas –no Peronistas- como Juan Schiaretti y otros de esa calaña, que los hay, y muchos).
Por eso los gritos y chusmeríos de estos días entre Macri, el PRO, Milei y LLA por ir “Juntos” o separados. Están juntos, “cogobiernan”, son una alianza. Lo que discuten desde LLA es el armado exclusivo de las listas para las elecciones. Macri y el PRO buscan no ser fagocitados por Milei, amenazando con la capacidad de daño que pueden causar esos seis o siete puntos que podrían a llegar a conseguir a nivel nacional si fueran solos como PRO. Claro, el riesgo es volver a ser un partido vecinal de CABA… O menos aún en la Ciudad de Buenos Aires, porque ahí también podría salir tercero (en un triangular).
Macri se debate entre conformarse con pocos espacios en las listas o quedar reducido a un “partidito” de derecha, mientras sus dirigentes se van a LLA. Lo más probable pareciera ser que seguirá desgastándose hasta que LLA defina su futuro, con o sin el PRO formalmente adentro. Su electorado ya está con el Gobierno. Resultado lógico de su “cogobierno” con Milei (aportando funcionarios, los bloques en Diputados y Senadores y, sobre todo, las mismas políticas neoliberales que comparten).

Milei y LLA

Hoy por hoy el clima político le sonríe al Presidente. Milei mantiene un nivel de aceptación similar al voto que le dio el triunfo en el balotaje, de la mitad o un poco más del electorado, pese al Gobierno regresivo, la recesión, los aumentos, los sueldos por debajo de la inflación, despidos y el maltrato a jubilados y estudiantes.  Y la oposición política, algunos por convicción y otros por ineptitud, le hacen el juego. Con el apoyo del sistema financiero local e internacional y la estabilidad cambiaria, por ahora, alcanza para que “la gente” esté satisfecha.  Baja la inflación nominal, aumenta el precio en dólares de los productos y son cada vez más inaccesibles, no sólo para los y las argentinas, sino para los europeos que –ya no- vienen al país.
Cuando terminen las colas en las fronteras para ir a Brasil, Chile o Uruguay, será tarde. Crecen las filas de despedidos, de excluidos que no pueden comprar alimentos ni medicamentos.  Ya lo vivimos varias veces, pero parece que habrá que atravesar esa historia una vez más. La Libertad Avanza, la sociedad retrocede. 

Ver más

DEJA UNA RESPUESTA

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *