“El Estado Mínimo” Avanza
Achicar el Estado es destruir la Nación.
A 10 días de haber asumido, Javier Milei firmó un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) con 366 artículos que determina una profunda reconstrucción del país. Incluye la derogación de leyes, autoriza la privatización de empresas públicas, modifica las relaciones laborales, habilita los contratos en dólares y reforma los Códigos Civil y Comercial. Desde la ley de alquileres, a las indemnizaciones y las asambleas en los trabajos, todo fue eliminado.
Si bien es cierto que cuenta con el apoyo de los grandes grupos económicos, que cada uno tiene redactado un artículo ad hoc para beneficiarse, y medios de comunicación hegemónicos, también lo es que asumió con la decisión política de llevar adelante su proyecto de Refundación del Estado con base en el siglo XIX. Nunca hay que subestimar al enemigo: cuando tomó el poder ya tenía claro qué quería y los decretos base redactados por importantes estudios de abogados, los de las grandes empresas a las que representa. Vale el ejemplo de Elon Musk, cuya empresa Starlink fue expresamente mencionada por Milei: le regalará ARSAT.
El Campo Popular últimamente asume pidiendo permiso, distribuye los ministerios y secretarías entre los distintos sectores del espacio, no termina de enfrentar a los poderes fácticos y se vuelve estéril. Es un problema grave de debilidad política que padecen los gobiernos de izquierda y progresistas en todo el mundo. No resuelve los problemas de concentración de la riqueza porque no llega siquiera a ponerla en discusión.
Milei Avanza y busca imponer definitivamente una nueva (muy vieja) hegemonía política- económica: “El Estado Mínimo”.
Ahora se enfrenta una situación distinta, nunca vista. Esta vez es diferente: Milei Avanza y busca imponer definitivamente una nueva (muy vieja) hegemonía política- económica. Es la instauración de un proyecto de un Estado Mínimo que sólo se ocupa de “la seguridad” y sostener reglas jurídicas básicas para garantizarle negocios al sector privado. Según el concepto del austríaco Friedrich A. Hayek que él sigue, el Estado también debería garantizar salud y educación. En el caso de Milei, hasta estos derechos básicos están en duda.
Ya se lo subestimó, y ello colaboró bastante para que este personaje impresentable haya llegado a ser Presidente. “No iba a ganar…” Es conveniente sobrestimarlo a llevarse más sorpresas; el riesgo de la desaparición de la Nación argentina como la conocimos es muy grande. Nación es la unidad de un pueblo que comparte costumbres, idioma y una idiosincrasia, que lo hace querer vivir unido y bajo un mismo territorio. La Nación, el territorio, la soberanía, las instituciones y los derechos básicos, todo depende de que este decreto pase, o no. “Va a durar dos meses…” Por las dudas no esperemos 60 días porque puede ser tan tarde que después no haya margen para “volver” atrás. Luego se podrá ganar una elección, pero tal vez no exista margen político para modificar la estructura económica- social que quede instaurada. Hay muchos ejemplos en América Latina; ése es el riesgo.
Suele decirse que “Argentina no es América Latina”. Cuidado, el neoliberalismo de los Chicago Boys probaron su proyecto en Chile -1973- y aquí -1976-. Y fueron exitosos. Esto no quiere decir que la sociedad haya vivido bien, exactamente todo lo contrario. Fueron exitosos en instaurar ese programa que, aún hoy, mantiene anclajes que no se pudieron modificar: la Constitución de Augusto Pinochet allí. La ley de entidades financiera, y ese poder económico especulativo aquí. Tardamos más de 10 años en recuperar los ferrocarriles privatizados por Carlos Menem…
Cómo sigue el DNU
Ahora debe conformarse la Comisión Bicameral de diputados y senadores con 16 integrantes. Ésta puede aprobar o rechazar el Decreto de Necesidad y Urgencia. Si hay empate define quien presida la Comisión. Pero mientras no trate el DNU, éste estará vigente; con que no lo trate, alcanza.
El otro actor de Poder es el Judicial, particularmente la Corte Suprema. Habrá un conjunto de cautelares cuestionando, con razón, la inconstitucionalidad del DNU. Terminará en un “per saltum” que llega a los Supremos.
En síntesis, cuatro ministros de la Corte, cuatro o cinco legisladores (ya que Unión por la Patria tendrá 6 o 7 integrantes en la Bicameral) y el propio Milei definirán el destino de 47 millones de personas, quizás, para siempre. Ahí hay que apuntar: la movilización popular es la única que pude ponerle límite a esta locura.
¿Resistiré?
El cacerolazo de ayer a la noche se dio un importante, espontáneo y primer paso de reacción popular. Ahora debe consolidarse y sostenerse en tiempo para que no quede en algo espasmódico y fugaz. Es indispensable organizarla políticamente para que sea conducente y no derive en un inconducente “que se vayan todos”. Para eso hace falta dirigencia que esté a la altura; una dificultad extra que enfrentaremos.
Es posible que los primeros “enojados” sean parte de los propios votantes de Milei –parte del voto blando, no el núcleo duro del 30 % que lo apoyó en las PASO y primera vuelta-, y de quienes no fueron a sufragar. Se sumarán, al principio desde atrás, el Peronismo, Kirchnerismo, los sindicatos… Ésa fue la estrategia porque entienden, y con bastante de razón, que quedaron desprestigiados. Pero para que la dirigencia sea tal, debe ponerse al frente y ser seguida por la sociedad, de lo contrario no conduce nada.
Este espacio debe, primero, no achicarse como viene haciendo el Kirchenirismo desde la muerte de Néstor. Segundo rever su conducción: es deseable que sea Axel Kicillof, Gildo Insfrán, entre otros, quienes tienen gestión y trabajo territorial, y no parásitos que sólo buscan beneficios personales y para su organización. Basta de twitter; militancia y territorio. En momentos límites donde está en juego la Nación, no podemos seguir con las mismas limitaciones de siempre.
Debe reconocerse que el sentimiento “gorila” en la sociedad argentina es creciente. Que sectores mayoritarios del electorado no vivieron el Kircherismo, muchísimo menos al general Juan D. Perón. El problema es que se declama Peronismo, pero en la gestión no se hace Peronismo. Podríamos probar al revés: mejor que prometer es realizar. Sería algo así como “mejor que decir (Peronismo) es hacer (Peronismo). Quizás de esa manera esos sectores experimenten, vivan, la verdadera movilidad social ascendente, sin que la mitad de la población pase hambre ni que la mayor parte del pueblo viva cada vez peor. El Peronismo es el único espacio que puede conducir y llevar adelante un proyecto político inclusivo.
El sindicalismo (CGT más las dos CTA) deberán ponerse al frente. La más grande Confederación General del Trabajo tendrá que comportarse exactamente al revés como lo hizo durante el Macrismo. Por el contrario, las CTA con la misma conducta. Esta vez a la CGT le tocaron los aportes gremiales y las obras sociales, así que probablemente actúen. Además, está la dirigencia del Troskismo. ¿Ya se habrá dado cuenta que todo no es lo mismo, o aún no? Tiene que haber decisión política y capacidad de conducción, pensando Primero en la Patria y último en los hombres y mujeres.
El resto de la dirigencia política partidaria, sindical, empresarial y social deberá también estar a la altura. Tampoco allí hay que depositar demasiadas expectativas. El final está abierto, todavía en disputa, eso es lo rescatable. Pero el golpe recibido fue muy fuerte, casi de knockout. A levantarse, a pelearla. Queda tiempo, no serán dos rounds ni dos meses. Ojalá el campo popular pegue una piña que desplome al rival. No parece tan sencillo.