Subieron las jubilaciones, pensiones y asignaciones. ¿Alcanza?
Las jubilaciones, pensiones y asignaciones como la AUH recibieron una actualización del 21% a mitad de año, más un bono por tres meses. El refuerzo para jubilaciones y pensiones es de $15 mil en junio, %17 mil en julio y $29 mil en en agosto. Así la jubilación mínima será de $70.938, 23.
La esperada actualización de mitad de año se enmarca en la Ley 27.609/21 que establece actualizaciones trimestrales -en marzo, junio, septiembre y diciembre- y modificó la fórmula establecida durante el Macrismo, mejorando su desempeño e incorporando la recaudación tributaria en el cálculo.
Así, la nueva fórmula de movilidad se compone en un 50% de la evolución salarial – el mejor de los índices entre el salario registrado (RIPTE), cuyo guarismo acumula 23,5%- y el salario publicado por INDEC, con incrementos estimados de 18,2%- y en el otro 50% de la recaudación tributaria – que creció 18,5%-.
Durante este mes de mayo, quienes cobran una jubilación, pensión, PNC o PUAM y tienen ingresos que no superen el haber mínimo jubilatorio, reciben un bono extraordinario de $15.000 que permite navegar por aguas menos tormentosas los altos niveles de inflación.
¿Con esta actualización, los jubilados y las jubiladas le ganan a la inflación? La jubilación mínima tendrá alrededor de un 130% de incremento anual (junio 2022 – junio 2023), lo que representa un aumento del 7% en términos reales, aseguró la directora ejecutiva de la Anses, Fernanda Raverta. “Es una medida que impacta en más de 17 millones de personas”, destacó el ministro de Economía Sergio Massa. En un contexto de elevada inflación la actualización periódica de las jubilaciones y pensiones junto con los aportes extraordinarios cobran una importancia superlativa en la lucha por mantener la capacidad adquisitiva.
El 2023 llega al principio del fin de su primera mitad y solo tres meses separan el “aquí y ahora” de las Primarias. La dinámica de crecimiento de tres años continuados del PBI nacional parece estar en aprietos y los índices de actividad marcan una tendencia impostergable al amesetamiento. Es menester que las capas bajas y medias de la sociedad vean una porción de la torta que ayudaron a elaborar en estos últimos años.
La suma fija permitiría subir automáticamente ese 50% de la fórmula de movilidad compuesto por salarios y apuntalar las asignaciones.
En este marco de posibles retrasos en el poder de compra, los aumentos por suma fija configuran una opción no sólo pertinente, sino también necesaria. Una medida que lejos de competir con la paritaria, busca reforzar elevando los pisos de la discusión salarial.
La acción no solo permite repartir la productividad de la economía a favor de los trabajadores y trabajadoras con el fin de abordar la problemática de la fragmentación salarial y la discusión de la desigualdad y la pobreza, sino también posibilita un mayor nivel de reajuste en las jubilaciones y pensiones. La suma fija permitiría subir automáticamente ese 50% de la fórmula de movilidad compuesto por salarios y apuntalar las asignaciones. Los asalariados y asalariadas no pueden seguir corriendo detrás de la inflación, nuestros jubilados y jubiladas tampoco.
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