Por Alejandro Gómez
La jefa del Comando Sur de EE.UU. expresó las ideas del país del norte en relación a Latinoamerica y el Caribe.
Tierras raras, oro, petróleo y litio son algunos de los recursos por los cuales norteamérica busca establecer relaciones bilaterales con los países en cuestión, como una forma de “intensificar su juego”.
Estamos en vísperas del renacimiento de una especie de Plan Cóndor 2, donde democracias de baja autonomía ven menoscabados sus derechos ciudadanos y económicos, frente a los intereses de las corporaciones promovidas por la incidencia del país del norte, para conformar un bloque regional que no le permita perder posiciones frente a la hegemonía de potencias como China o Rusia.
Asimismo, este bloque occidental busca posicionar a EEUU y la Unión Europea en ocasión del conflicto que mantienen Rusia y Ucrania. El expresidente uruguayo José Pepe Mujica, ya lo había anticipado el año pasado en una entrevista a la agencia Sputnik: “América Latina no debe aceptar que exista un mundo divido en bloques”.
Las declaraciones de la Generala del Ejército de Estados Unidos Laura Richardson, se dan en un momento clave para la región, luego del golpe de Estado en Bolivia por el control soberano sobre el litio que mantuvo en el exilio a Evo Morales, sumado al reciente intento de golpe ocurrido en Brasil, además de la destitución de Castillo en Perú y el lawfare para conseguir condenas y proscripciones como herramienta de persecución política en nuestro país.
Mandatarios y presidentes de 33 países de América Latina y el Caribe participarán de la séptima cumbre de la CELAC en búsqueda de fortalecimiento regional, un encuentro que a priori la oposición trata de boicotear mediante denuncias y repudios, entre ellas por la posible participación de Nicolás Maduro el presidente venezolano.
