Por Alejandro Gómez

Las inclinaciones de las potencias continúan respondiendo a intereses estratégicos en detrimento de tratados internacionales y pactos de seguridad hemisféricos.

La historia se cuenta por sus protagonistas. Algunos testimonios en primera persona no dan lugar a dobles interpretaciones. Jornadas después del Día Veterano y de los Caídos en las Malvinas, una fecha por demás importante para el pueblo argentino, queda la reflexión. Hoy el escenario bélico es planteado por Rusia y Ucrania, que para el sentido más disciplinado por occidente rememoran lo acontecido en la Guerra Fría. Como siempre, estas historias tienen aliados y enemigos. Pero por qué Washington apoyó al Reino Unido en la guerra de Malvinas

La disyuntiva norteamericana se decidiría rápidamente. La OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y sus más entrañables aliados se encontraban en virtual peligro. Reino Unido, miembro de la Alianza, recibiría el apoyo de EEUU, y la estrategia consistiría en brindarle información a Inglaterra gracias a los recursos y la inteligencia para combatir al “agresor”(Argentina).
Primero expulsaron a la Argentina del TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca). El encargado de tareas diplomáticas entre los países en conflicto era el secretario del Departamento de Estado, Alexander Haig. ¿Por qué nos remontamos a esa época? En aquel entonces, Joe Biden era senador por el Estado de Delaware y quién defendía los intereses de la OTAN. Consultado por medios de comunicación como CBS News, el actual presidente de EE.UU. Biden, afirmaba: “Mi resolución lo único que busca es definir de qué lado estamos, y ése es el lado británico”.

Biden, en tiempos de la Guerra de Malvinas: “Mi resolución lo único que busca es definir de qué lado estamos, y ése es el lado británico”.

Claramente, la postura de Biden fue apoyar a los aliados e integrantes de la OTAN. Una postura que resultaba más provechosa para EEUU, teniendo en cuenta los compromisos asumidos por la alianza y el interés que despertaba la posibilidad de emplazar una base militar en el Atlántico Sur.
Biden: -“No hay duda de que Estados Unidos perderá algo, no importa qué suceda. La cuestión es que nosotros, a mi parecer, vamos a perder mucho más si no nos definimos por nuestros principios y a favor de quienes han sido nuestros aliados, si no apoyamos la alianza que es más importante para los Estados Unidos”.
Además, consultado acerca de la posible caída del gobierno dictatorial de Leopoldo Fortunato Galtieri, expresó: “Lamentaría ver un cambio en la situación de una manera que permitiera una influencia mayor de la URSS o del comunismo en el hemisferio; pero lamentaría aún más que arruináramos una situación que ya es frágil y endeble respecto a la OTAN, y con la solidaridad con la OTAN”.
Más allá de las palabras del ahora Presidente de los Estados Unidos, las inclinaciones de las potencias continúan respondiendo a intereses estratégicos en detrimento de tratados internacionales y pactos de seguridad hemisféricos, que sin duda deberían encender las alarmas de aquellos que interpretan la realidad con un alto grado de hipocresía.
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