Mario Gil, empresario autopartista: “Decir que el Gobierno está en contra del capital es de una ignorancia supina”.
Mario Gil señala, frente a la imputación que el Gobierno realizó en la semana a once grandes empresas, que “el discurso de que el Peronismo y el Gobierno actual, o el de Cristina, están en contra del capital es absurdo; es de una ignorancia supina. Lo que tiene que entender un sector del capital concentrado es que es inviable hablar de un capitalismo sin regulaciones en una sociedad con la pobreza e indigencia que tenemos”.
“¡Alberto, no aflojés! El de arriba no juega a los dados, el pueblo argentino te dio su confianza a vos y a tu equipo”.
Como decía Luis Alberto Spinetta, “mañana es mejor”, y recuerda que un guerrero no detiene jamás su marcha”. Esas palabras fueron las que Mario Gil, -titular de la fábrica de pastillas de frenos Litton Brakes y miembro de Empresarios Nacionales para el Desarrollo (ENAC)-, le dijo a Alberto Fernández en el encuentro que sostuvo el Gobierno con cámaras empresarias durante el año pasado para anunciar asistencia a organizaciones productivas.
Donde hay Pymes y gente trabajando, no hay pobreza.
JB: Alberto Fernández les señaló que ustedes las pymes eran sus “principales aliados”. ¿Lo sentís así?
MG: “Lo que estoy totalmente convencido es que las pymes fuimos un bastión muy importante para que Alberto puede llegar al gobierno, y que somos uno de sus principales aliados en la lucha contra el neoliberalismo y todo lo que le hace daño al país hace décadas. Y si bien sentimos que somos escuchados y participamos en las decisiones económicas y políticas, creo que no lo suficiente, por lo menos en función del peso que tenemos en la sociedad, porque donde hay Pymes y gente trabajando, no hay pobreza.
Y creo también que podríamos ser los principales aliados para que ciertos intereses tengan un límite y no nos lleven a todos por delante, porque no somos grandes conglomerados pero somos muchos más que ellos, con lo que hay que revisar si la representación de las pymes está acorde a su peso en la cantidad de mano de obra empleada y de mercado interno”.
JB: ¿Porque cree que no fueron convocados al proyecto de acuerdo social?
MG: “Habría que preguntárselo a Alberto, pero eso es algo que se va a tener que revisar, porque muchas veces se firman acuerdos en los que las pymes no estamos representados, pero luego tenemos que afrontar lo que le sigue, y creo por otra parte que el gobierno debería apoyarse más en ciertos sectores que siempre lo han acompañado, que confiar en la buena voluntad de los formadores de precios, con los que tiene una lucha desigual, aunque me parece muy bien que se hayan realizado las imputaciones por desabastecimiento, y que se pongan límites y regulaciones al comercio exterior, también como manera de demostrar fortaleza.
Hay documentos escritos que evidencia que las regulaciones en la economía vienen desde las antiguas civilizaciones, y son las bases sobre lo que se han edificado las grandes potencias económicas que tanto admira la clase media Argentina.
Sin embargo, debo decir también que estos grandes conglomerados que presionan al gobierno tienen una representación mucho más desarrollada, homogénea, y eficiente, que las Pymes, una gimnasia de décadas de poder de lobby ante el gobierno de turno para asegurarse su lugar en las mesas y cuando pueden, también excluirnos.
Esa es una representación de la que nosotros a veces carecemos, y eso es responsabilidad nuestra. Desde ENAC, estamos trabajando muy duro para cambiar eso”.
JB: ¿Cómo evalúa la actual política ante las pymes?
MG: “Es positiva, nos llaman para ofrecernos financiamiento para inversiones y asistencia productiva, muy diferente al Macrismo, que como máximo te ofrecían tasas al 80 por ciento para que te reconviertas en productor de cerveza artesanal y de paso dejes tu porción de mercado a manos de una multinacional.
Igual creo que hay mejorar la estrategia de mediano plazo, en el sentido de tejer alguna red de protección frente a lo que se viene, que son los nuevos paradigmas productivos y de reconversión tecnológica, la industria 4.0 y la digitalización, procesos que se van a acelerar en la pandemia, y en lo posible no crear más complicaciones burocráticas a las que ya se tienen en las adopciones de reglamentos técnicos, porque desde el gobierno hay cuadros técnicos que no se vinculan con la viabilidad económica, y son cuestiones que están muy ligadas”.
JB: ¿Y a nivel general?
MG: “Bueno, este gobierno con la pandemia arrancó perdiendo 3-0 en los primeros 5 minutos, pero creo que dentro de lo que es el mundo, en el área económica se está piloteando bastante bien, o por lo menos como se ha podido, pese a que tiene una lucha muy desigual con los formadores de precios y con los factores de poder, que en la Argentina desde hace décadas han puesto y sacado gobiernos.
Pienso que los condicionamientos son muy grandes, aunque por eso me parece que el gobierno debería exteriorizar más esa lucha, sin tratar de fogonear un conflicto, pero a la vez ponerse firme en la lucha contra la inflación, y sobre todo de concientizar que fuerzas lo limitan para hacer un país inclusivo.
Y creo también que se debe poner más foco en los ámbitos de importación, de exportación, y de salida de capitales.
. En mi caso, tengo una empresa con 150 empleados y aun así en el país el 50 por ciento del tipo de piezas que yo fabrico se comercializan vía importación. Si las podemos fabricar acá, es lógico preguntarse porque gastamos divisas en importarlas, en vez de generar divisas exportándolas.
La frase de Spinetta Según Gil, la frase de la canción de Spinetta que le dijo a Alberto surgió de forma “rara y repentina, Spinetta es parte de mi vida desde muy chico y lo considero parte de mi familia, tengo contacto con Catarina Spinetta, y desde mi adolescencia yo era el primero de la fila en buscar sus discos cada vez que los lanzaba, y la frase que le dije a Alberto la tengo en un cuadro acá en la oficina, pero también tenía la info de que a él también le gustaba el rock nacional, y era un momento muy especial del país, después de tres meses de cuarentena estricta, así que me pareció lo mejor en lugar de hacer un reclamo sectorial, aunque a mi manera también le plantee cuestiones que creía necesarias para las pymes, pero lo más valioso era darle ánimo.
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