Un triunfo con perspectiva de género
En Chile se viven días de euforia. Bárbara Sepúlveda es abogada feminista. Continúa celebrando el aplastante triunfo del “apruebo” en el referendo por una nueva Constitución. Aunque no deja de preocuparle la posibilidad que un gobierno conservador vuelva a ganar las elecciones próximo año.
Para muchos analistas, con el plebiscito del domingo se inició también una virtual carrera presidencial …
Desde una mirada de género me preocupa muchísimo el avance de las fuerzas conservadoras en la región. Representan un riesgo real para los derechos de las mujeres y las diversidades sexuales. Han instalado a nivel mundial un discurso contra el feminismo. Por eso no miraría en menos aquellos liderazgos que se presentan como las cartas presidenciales o parlamentarias. Hay que avanzar hacia una unidad que nos permita seguir progresando como sociedad; no devolvernos al pasado.
Ya se está hablando sobre algunos potenciales candidatos y candidatas.
Sí, se están empezando a instalar algunas pre candidaturas. Desde el progresismo lamentablemente hay varias, y digo lamentablemente, porque se demuestra que hay una desarticulación entre los partidos de la izquierda. Si no hay señales de unidad pronto, a mí me parece que hay un riesgo de que la derecha vuelva a ganar en Chile. Sería catastrófico pensar que vamos a cambiar la Constitución y volver a tener un sector conservador y autoritario.
¿Cuánto hay del movimiento feminista en esta conquista política que se inició hace un año con el estallido social en la Plaza de la Dignidad?
Si hay un movimiento que ha estado en la vanguardia, y además fomentando la organización en los territorios y las demostraciones públicas en torno a los grandes temas, ha sido el movimiento feminista. De hecho, durante la pandemia fue uno de los pocos movimientos que no se desarticularon. En los territorios, son las mujeres las que levantaron las ollas comunes, la organización comunitaria; en torno también a la realidad de Chile que es la pobreza, el endeudamiento y el desempleo.
¿De qué manera se va a visibilizar el trabajo de la mujer en este proyecto de nueva Constitución?
La Convención Constitucional es el órgano constituyente que por primera vez en el mundo va a funcionar de manera paritaria: 50% hombres, 50% mujeres. Por lo tanto, los desafíos para el movimiento feminista son muchísimos. Y uno de ellos es lograr tener escaños de dirigentes del mundo feminista que puedan instalar estos temas en el debate de la constituyente.
¿Si tuvieras que enumerar las demandas feministas, por cuál comenzarías?
Comenzaría por los derechos específicos de las mujeres niñas y diversidades sexuales. Luego necesitamos lograr la distribución del poder; avanzar en una democracia paritaria y altamente participativa, con mecanismos de participación directa de la ciudadanía. Esto podría englobar todas las otras demandas que ya se están instalando. Hay candidatas feministas para las constituyentes.
Uno de los asuntos pendientes en Chile es el aborto legal, ¿en qué estado se encuentra ese debate?
El aborto está autorizado en tres causales en Chile: riesgo de vida, inviabilidad fetal y violación. El problema es que sigue estando penalizado y criminalizado fuera de esas tres causales. La despenalización completa del aborto es una deuda. La pandemia ha demostrado que existe una restricción grave del acceso a ese derecho. Por ejemplo, aumentaron los embarazos no deseados en cifras catastróficas. En los últimos meses se han tenido que retirar del mercado tres fármacos que son anticonceptivos por presentarse como defectuosos. Esas causales no son suficientes.
Chile tiene una mujer en la ONU, me refiero a Michelle Bachelet ¿Qué reflexión te merece su rol como dirigente y como alta comisionada por los Derechos Humanos?
Nadie podría desconocer el liderazgo de Michelle Bachelet. Con su segundo gobierno ella impulsó una agenda de género bastante ambiciosa y las resistencias a esa agenda también se encontraron en los sectores de siempre, en el mismo Congreso e incluso muchos que integraban la coalición de Gobierno. Bachelet creó el Ministerio de la Mujer. Avanzó hacia una lógica de política de Estado. Bachelet representa para las mujeres y las niñas en Chile una referente. Abrió la puerta a la posibilidad de que muchas más mujeres se atrevan a estar en la política y que las niñas en Chile sueñen con ser presidenta.
Hablemos sobre otras líderes feministas. Pienso en las trabajadoras chilenas que hoy enfrentan la pandemia. Uno de los sectores más vulnerados es el de las trabajadoras de casas particulares.
El caso de las trabajadoras de casas particulares es uno de los casos más graves de vulneración de derechos en Chile. Ellas están sindicalizadas y denunciando desde el inicio de la pandemia todos los abusos por parte de sus empleadores y por parte del Estado. A ellas no les reconocieron el acceso a ciertos beneficios que se establecieron por la crisis. En general, en Chile se han adoptado medidas laborales nefastas durante la pandemia que han permitido suspender los pagos a cambio de mantener los contratos. También han permitido que se rebajen los salarios. Este gobierno también ha utilizado la pandemia como excusa para la precarización laboral. Están tratando de instalar una agenda de flexibilización laboral. Cuando las políticas públicas no se piensan con perspectiva de género, vemos una discriminación específica hacia la mujer. Y quienes hacen las políticas mayoritariamente son hombres, y esto nos demuestra una de las grandes deficiencias democráticas en Chile: que las mujeres no están en los espacios de decisión política.
Bárbara Sepúlveda es abogada especialista en derecho público y género y directora ejecutiva de la Asociación de Abogadas Feministas de Chile (Abofem).
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