Protesta policial: el modelo sindical uruguayo
Por Maximiliano Ghielmetti
Las escenas de centenares de policías reclamando en distintos puntos de la provincia de Buenos Aires, y sobre todo frente a la residencia presidencial y a la casa del gobernador Kicillof, dejaron en la retina social preguntas más sobre la forma que sobre el fondo de la protesta. El riesgo de una medida donde sus protagonistas tienen el poder de fuego que les da el Estado y la falta de una voz que lleve adelante sus reivindicaciones. Desde Agenda Sur hablamos con Patricia Rodríguez, presidenta del Sindicato de Funcionarios Policiales de Montevideo, (SIFPOM), el único gremio policial en Latinoamérica.
“El gremio fue creado, para defender los derechos del personal policial, sobre todo del subalterno, que suele sufrir abusos de autoridad , persecución laboral y claro las reivindicaciones salariales”
AS:¿Cómo surgió el sindicato?
PR: Fue creado para defender los derechos del personal policial, sobre todo del subalterno, que suele sufrir abusos de autoridad , persecución laboral y claro, las reivindicaciones salariales. Este gremio nació más de 180 años después que la Policía, el 17 de diciembre de 2010. Hoy forma parte del Pit-Cnt, (la Cgt de Uruguay), situación que simboliza estos nuevos tiempos. Originalmente estaba presente sólo en la Capital, pero hoy lo está tambie´n en todo el país, representado en cada departamento por un compañero comprometido con esta herramienta. Actualmente, de aproximadamente 30 mil funcionarios policiales del Ministerio del Interior, unos 14 mil están sindicalizados, una cifra nada despreciable.
AS:¿Cómo fue en los inicios la relación con el Pit – Cnt, la Central de Trabajadores de Uruguay, entendiendo que en ocasiones la Policía los reprime?
PR: Los inicios fueron muy difíciles. En el pasado, los oficiales no se pensaban como trabajadores, y por otro lado el Círculo Policial, integrado por oficiales, también vio en los nacientes sindicatos una competencia directa. Hasta entonces, sólo ellos podían sentarse en la misma mesa con el ministro del Interior a trazar alguna política en común. Desde el otro sector, para algunos, éramos los milicos. Tiempo les llevó que nos vieran y nos aceptaran como trabajadores sindicalizados que pelean por los suyos.
Como decía, no sólo estaba el rechazo de los oficiales, y el miedo y también el rechazo de los trabajadores a quienes se pretendía defender, también estaba el recelo de los sindicalistas de vieja data, que tenían en el ADN el convencimiento de que se estaba en la vereda opuesta. “¿Y en una represión qué debería decir? ¿’No pegue palos, compañero’?”, dijo alguna vez un dirigente de peso. La sindicalización en la Policía no nació con el Sifpom. Pero no fue hasta que este se estabilizara que un gremio policial comenzó a funcionar como tal.
“Las marchas como las concentraciones las hacemos sin armas, sin uniformes, fuera del horario de trabajo”
AS: ¿Qué reputación tiene la Policía entre la sociedad uruguaya?
PR: En la última encuesta realizada para saber qué percepción tiene la sociedad de las instituciones, la Policía figura en tercer lugar. Es decir que, en general, está muy bien vista por la población. Igualmente hay sectores minoritarios de la sociedad que siguen enfrentados a la Policìa por épocas oscuras como han tenido en la Argentina con la dictadura, entonces no aceptan al funcionario policía como a un trabajador; todavía les cuesta aceptarnos como tales.
AS: Uno de los puntos que se le critican a los oficiales que reclamaron en Argentina es que durante la protesta portaban sus armas, con uniformes y móviles policiales. ¿Cómo es un reclamo en el caso de la policía uruguaya?
“No creo en las cuotas femeninas para llegar; creo en las capacidades de la mujer para estar en cualquier rol y que no nos tienen que regalar ningún lugar, lo tenemos que conquistar.”
PR: La manera en que llevamos adelante nuestros reclamos está reglamentada. El sindicato no hace huelga, y tanto las marchas como las concentraciones, las hacemos sin armas, sin uniformes, fuera del horario de trabajo, y sin usar ninguna herramienta del ministerio del Interior, como por ejemplo los patrulleros. Las huelgas de policías se realizaron cuando no había sindicalización. Para reclamar tenemos los ámbitos de negociación colectiva, lo que ustedes llaman paritarias, como instancias con el ministerio de Trabajo y el Parlamento como cualquier otro gremio. Por su idiosincrasia, sólo un policía puede representar a un policía; entonces el sindicato nos permite tener voz, ya que por la ley orgánica está prohibido hacer cualquier tipo de manifestación publica. Sólo los dirigentes sindicalizados de la Policía pueden hablar con los medios de comunicación, no lo puede hacer cualquier oficial.
AS: ¿Además de lo mencionado, qué otros beneficios les trajo tener un sindicato?
PR: La sindicalización ayudó a tener una voz más humana, y también a que la gente se pueda acercar más a la institución; desde otro lugar, conociendo más a la persona detrás del uniforme, conocer más la problemática y las carencias que tiene esta función y cómo puede influir sino se resuelve en lo que es la seguridad pública. Y sobretodo que los compañeros tuvieran un lugar adonde acudir cuando son vulnerados sus derechos laborales. Con las mujeres policía, en los casos de acoso sexual. Aquellas que no accedían a los pedidos de sus superiores eran sancionadas. Esa situación aún hoy no está erradicada. Gracias a la herramienta sindical, las mujeres que se acercan al sindicato tienen las garantías necesarias para realizar denuncias. No es poco . A los afiliados se les da asesoría gratuita tanto en lo penal como en lo administrativo, y se hace un seguimiento en la parte social, se ayuda con canastas, con equipamiento médico, útiles para los niños cuando empiezan las clases. Básicamente, se busca estar cerca del trabajador para que sepa que tiene una herramienta, no sólo para defender sus derechos y reivindicaciones, sino para respaldarlo en el día a día.
¿Cómo llegaste siendo mujer a una fuerza tan identificada con los hombres?
PR: Es un ámbito que es machista, y el porcentaje de hombres predomina, pero se está achicando esa diferencia. Los lugares no te los tienen que dar por ser mujer, te lo tenés que ganar con respeto, trabajo y demostrando que estás a la altura de cualquier varón para ejercer. Obviamente que siendo mujer hay que demostrar el doble. No creo en las cuotas femeninas para llegar; creo en las capacidades de la mujer para estar en cualquier rol y que no nos tienen que regalar ningún lugar, lo tenemos que conquistar.