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El Congreso de Perú rechazó la destitución de Martín Vizcarra

32 legisladores votaron a favor de la destitución, 78 en contra y 15 se abstuvieron, por lo que la moción fue archivada.

El debate se extendió por más de 10 horas. Se requerían 87 votos para aprobar la destitución. Vizcarra logra,de esta manera continuar en el Ejecutivo, a tan sólo diez meses del fin de su mandato.

 Una crisis de larga data

En 2018, Pedro Pablo Kuczynski renunció a la presidencia de Perú acorralado por sospechas de corrupción en la causa Odebrecht. Lo sucedió Martín Vizcarra, quien por entonces, era su vicepresidente. Perú transitaba una crisis institucional inédita en América Latina. Desde el año 2000, todos sus presidentes habían estado implicados en casos judiciales; comenzando por Alberto Fujimori, sobre quien además, pesaba una condena por delitos de lesa humanidad. 
La extensa lista de mandatarios siguió: Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala, implicados en cargos de corrupción, también en la mega trama de la constructora brasileña.
En todos los casos, el parlamento jugó un rol central, poniendo en jaque la continuidad de cada Gobierno lo que se transformó casi en una tradición en el sistema peruano de las últimas décadas.
Vizcarra asumió la presidencia y prometió reformas políticas. Al poco tiempo tuvo su primer conflicto con el Poder Legislativo. En octubre de 2019, disolvió el Congreso luego de que le negara dos veces un voto de confianza. El mandatario había intentado modificar el método de elecciones de jueces del Tribunal Constitucional. La mayoría fujimorista lo había impedido. El Congreso fue finalmente renovado en enero pasado. Vizcarra sobrevivía así a la primera crisis.

Una polémica contratación

La pandemia desató en 2020 el peor de los escenarios. Perú es uno de los países más afectados de la región. En este contexto, Vizcarra enfrenta otra hecatombe. Esta vez a raíz de la polémica contratación de un cantante para dar charlas motivacionales a funcionarios del ministerio de Cultura. Se trata de Richard Cisneros, a quien el Gobierno le habría pagado 50 mil dólares por esa misión.
Hace una semana se difundieron audios en los que aparentemente se escuchaba al presidente hablando con sus dos asistentes para intentar encubrir sus vínculos con el mediático personaje. El parlamento inició una moción para destituir al mandatario por “incapacidad moral”. Vizcarra acusó a su titular, Manuel Merino, de conspiración. El portal de investigación IDL Reporteros, reveló que Merino – del centro derechista Acción Popular, quien asumiría el poder en caso de ser destituido Vizcarra, llamó a jefes de las FF.AA. para informarles sobre el proceso de juicio contra el mandatario.
Otra vez un presidente en la cuerda floja. Una nueva crisis que enfrenta al poder Ejecutivo con el Legislativo, en un sistema que se ha dedicado más a las disputas políticas que a los problemas estructurales, agravados hoy por la pandemia.