Salud y Educación

“Síndrome de la cabaña”: el miedo a salir a la calle

Por Maximiliano Ghielmetti

El Coronavirus, ese enemigo invisible, convirtió al #Quedateencasa en la alternativa más eficiente de autopreservación ante la ausencia de una vacuna. Sin embargo, mientras muchas personas expresan un fuerte deseo por salir de la cuarentena, aparecen quienes experimentan temor y ansiedad ante el hecho de volver a tener contacto con otros, miedo a eso llamado”el mundo exterior”. 
Estas sensaciones se asimilan al denominado “Síndrome de la Cabaña”, una patología que experimentaban los cazadores que permanecían mucho tiempo encerrados en cabañas aisladas debido a estar en zonas de fuertes nevadas. Y que cuando ya podían salir porque el clima lo permitía, padecían temor.

En el “Síndrome de la cabaña” , el cazador, luego de soportar el encierro por las bajas temperaturas, siente temor a salir cuando podría hacerlo.


Un estudio realizado en todo el país por la Consultora Kantar a más de 500 personas mayores de 18 años, señala que la llegada del Coronavirus modifió el humor y los hábitos de las/os argentinas/os: más de la mitad de los consultados (55%) muestra una fuerte preocupación y siente muy afectada su vida diaria. Existe un miedo concreto al contagio porque consideran que todavía hay mucha gente que no toma los recaudos necesarios. Argentina está entre los países que mayor preocupación muestra frente a la pandemia, sólo superado por China y Brasil.
Según Liliana Volando, psicoanalista MN 66.156 y licenciada en Psicopedagogía, “frente a estos tiempos excepcionales a nivel mundial que implican extremos cuidados para evitar enfermarnos, los seres humanos echamos mano de mecanismos rígidos de defensa que buscan el control de aquello que resulta inesperado e inentendible, como el Covid -19.” Según la especialista, es una situación de temor y ansiedad porque del otro lado se experimenta el miedo a la muerte. “Con el “quedate en casa”, la máxima se convierte en una especie de trinchera o búnker contra un peligro que es invisible y nos acecha constantemente”. Para Volando tiene un doble estándar: “por un lado la casa se transforma en un lugar ideal, que nos da seguridad. Pero también nos asfixia, nos detiene y nos paraliza, y nos quita la posibilidad de salir al mundo como un elemento vital para la salud anímica”.


El peligro de la sobreinformación

El pasar más tiempo en la casa modificó hábitos de consumo para informarse. Se intensifica el uso de medios de comunicación tradicionales: un 49% de las/os encueestadas/os mira más TV de aire que antes, y un 26% escucha la radio tradicional también con más frecuencia, según el mismo estudio realizado por Kantar.
La Organización Mundial de la Salud recomienda evitar la información de fuentes no oficiales y la sobreinformación, ya que su exceso puede incrementar emociones negativas. Además de las noticias falsas -fake news- que se multiplican en whatsapp y redes sociales, y que incrementan los niveles de angustia y paranoia.
El licenciado en Psicología Andrés Hofman (MN 51865) destaca que “el consumo de información es importante para hacerlo propio, porque nos brinda utilidad. Pero resalta la necesidad de que la información no se vuelva inmanejable porque nos puede generar miedo, ansiedad, inseguridad y la sensación de no llegar nunca a saber todo o más novedoso”.

La Organización Mundial de la Salud recomienda evitar la información de fuentes no oficiales, y la sobreinformación.


La pregunta es cómo sobrellevar esta situación que, además de la angustia que genera, se ancla en un presente que se volvió incertidumbre. Sobre este punto, Hofman considera que “es de ayuda el mantenimiento de los vínculos por los medios que estén disponibles”. Además destaca un detalle a tener en cuenta: “Hay que manejar con cuidado la idea de ponerse metas, como si por el hecho de estar encerrados se debería aprovechar el tiempo, porque ya se vive una situación totalmente adversa y no deseada”. Por su parte, la licenciada Volando subraya que “en este momento de crisis son importantes las redes de solidaridad y cooperación. Podemos pensar qué posición tomar frente al mundo y los pares, ya que es un tiempo para reflexionar qué queremos ser y hacia dónde vamos; una posibilidad que el Covid -19 también nos provoca”.


Maximiliano Ghielmetti