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Panorama Político: Juntos, por el cambio de Gobierno

La sociedad argentina se encuentra entre un presente que expresa desunión, bronca y tristeza, y un futuro que avizora esperanza. Como una antítesis del nombre Juntos por el Cambio, Mauricio Macri y María Eugenia Vidal terminan sus mandatos generando desunión, no sólo entre argentinas y argentinos, sino entre los propios dirigentes de esa alianza de Gobierno. Por otro lado, el Frente de Alberto Fernández avanza en la conformación de una amplia unidad que nuclee a Todos y Todas alrededor de un gran contrato social, que genera expectativa y buenos augurios para el próximo nuevo Gobierno.

Alberto y Cristina Fernández ampliarán los 16 puntos que obtuvieron en el referéndum político que significaron las PASO. Según el análisis realizado por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), el Frente de Todos se encamina a lograr, como mínimo, el 52.6% de los votos. “El Frente logra diferencias importantes en tres segmentos: los menores de 39 años (alrededor del 50 % del electorado); los que pertenecen al segmento socioeconómico bajo (60 %) y entre los que residen en el conurbano y en los grandes aglomerados urbanos del país”. Una ventaja que, además de numérica, posee gran fuerza simbólica que ya está instalada socialmente: más allá de a quién hayan votado, siete de cada 10 están convencidos de que Alberto Fernández será el próximo Presidente de nuestro país. Sólo el 17% piensa que Mauricio Macri ganará. Esto quiere decir que ni los propios votantes (y dirigentes) de Cambiemos, ni los grandes actores económicos creen que el Presidente puede ser reelecto. La clara manifestación del vacío de poder en que se encuentra Macri luego de las PASO, esa elección que según él “nunca sucedió”.

Alberto y Cristina Fernández ampliarán los 16 puntos que obtuvieron en el referéndum político que significaron las PASO.

Según datos del estudio realizado por el director de CEOP, Roberto Bacmann, en octubre podrían incorporarse, como máximo, un millón 500 mil votantes, cuando la diferencia en agosto fueron cuatro millones a favor de Alberto. Además, si se observa la distribución de estos potenciales electores, se “reafirma una distancia de casi 20 puntos a favor del Frente de Todos”. Menos del 20% de la población está “esperanzada o contenta, y casi el 80% manifiesta “bronca o tristeza”. Más del 60% considera a Macri responsable de la situación actual, y menos del 25% lo culpabiliza AF, proporción que se mantiene entre los votantes de los otros partidos, incluidos los de Lavagna. Esos porcentajes mínimos que apuntan a Alberto, representan siempre el núcleo duro de Macri. Si bien la encuesta de CEOP le otorga a Juntos por el Cambio el 34.3% de los votos, como la situación económica y social tiende a empeorar, es factible que deba conformarse con el 30%.

La esperanza está depositada en el cambio de Gobierno: el 60% cree que mejorará algo o mucho la situación del país si ganara AF, y nuevamente sólo el 33% que empeorará. Un dato a destacar es que este indicador de expectativas daba “empate entre ambos candidatos” antes de las PASO.  Ahora, más del 63% tiene imagen mala o muy mala del Presidente en retirada, el 69% desaprueba su gestión y casi el 73% ya no tiene confianza en él. El 65% cree que el rumbo del país es equivocado y sólo el 28% que es correcto. Siempre las buenas interpretaciones son las de sus propios votantes; quienes eligieron a Roberto Lavagna, por ejemplo, mantienen los mismos porcentuales pesimistas que el resto de la población. “El mal humor social involucra a la mayor parte de los argentinos: la bronca es el principal factor que explica el actual estado de ánimo. Si a esta sensación le sumamos la tristeza, roza el 80%. Bronca más tristeza conducen a votar a una opción opositora que les brinde esperanza y seguridad”, indica Bacmann.

La Unidad del futuro Gobierno

Alberto Fernández acrecienta día a día no sólo triunfo del 27 de octubre, sino que amplía su base de sustentación política. El encuentro realizado en la provincia de Mendoza, –donde este domingo habrá elecciones a gobernador-, con la presentación de su propuesta de Argentina Federal con los gobernadores provinciales, es más que un acto de campaña; expresa la construcción política con la que gobernará los próximos cuatro años. Allí presentó lo que llamó el “Federalismo cooperativo y horizontal: Una nueva institucionalidad donde las provincias sean protagonistas”, descentralizando los organismos del Estado Nacional en función de las economías regionales y recursos de cada territorio. Estas políticas serán ejecutadas por los funcionarios, in situ; la vitivinícola en Cuyo, y la de Pesca en las provincias costeras, por ejemplo. Así, los gobernadores serán uno de sus grandes respaldos políticos.

“Tomando el ejemplo de la unidad del Peronismo, nos obliga a los dirigentes gremiales a unirnos en una sola CGT”, Pablo Moyano.

Esta semana también comenzó a gestionarse lo que será en un futuro inmediato la unidad y reunificación de la CGT.  “Tomando el ejemplo de la unidad del Peronismo, nos obliga a los dirigentes gremiales a unirnos en 2020 en una sola CGT”, afirmó Pablo Moyano. Los referentes sindicales reconocieron que la unidad fue un pedido de Alberto y Sergio Massa. Las charlas recién comienzan, falta definir las características del acuerdo, quiénes conducirán la CGT y los alcances de la unidad. “Hemos compartido muchísimos años en la calle con la CTA. Hay un compromiso de sumarse si hay una CGT representativa, que apoye las medidas del gobierno y reclame lo que a cada sector corresponde. Sería histórico que gremios que se retiraron hace 30 años de la CGT, se plieguen a la unidad”, completó Moyano. Sería deseable que los sectores de la CTA de los Trabajadores liderada por Hugo Yasky, al menos, se sumen al nuevo armado que represente a la gran mayoría de las/os trabajadoras/es. Por qué no pensar también en sectores de la CTA Autónoma. Cuanto mayor sea la unidad sindical, más poder tendrá para defender los intereses de los trabajadores.

Separados por el Cambio

 No sólo Mauricio Macri no conduce ni contiene a su tropa: nadie lo quiere en los afiches. Nadie es nadie, ni él mismo. En sus propios spots televisivos de esta nueva etapa, el Presidente no aparece. Algo muy parecido le sucede a la gobernadora María Eugenia Vidal. Los intendentes plantean explícitamente el corte de boleta quitando a Macri y a Vidal. El mensaje es: voten a Martiniano Molina en Quilmes con Alberto y Axel Kicillof; en Vicente López voten a Jorge Macri pero no a Maurcio; ni siquiera el amor es más fuerte: el ex marido de Vidal, Ramiro Tagliaferro en Morón, también se separa de la gobernadora. Parece gracioso, pero es patético e impensado hace un mes y medio atrás. Sálvense quien pueda, empezando por Horacio Rodríguez Larreta. “Macri ya fue, Vidal ya fue…” Larreta se tapa los oídos, los ojos, y sobre todo tapa a Macri.

La bronca hasta octubre, la esperanza en diciembre.

                                                                                   
El FMI confirmó esta semana que no va a desembolsar los u$s 5400 millones antes de las elecciones. Para qué, si Macri ya fue… Así, le será muy difícil cumplir uno de los pocos, y mediocre, objetivo que le queda: ser el Presidente no Peronista que termina en tiempo y forma su mandato. Desde el 28 de octubre en adelante será un clamor popular en general–y de los grupos económicos en particular- que adelante la entrega del poder para no profundizar el daño social. La bronca hasta octubre, la esperanza en diciembre.