El presidente Alberto Fernández participó de forma virtual de la XIV Cumbre de Jefes de Estado de los BRICS. Durante su intervención, manifestó la aspiración de que nuestro país sea uno de los miembros plenos del grupo integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.

En un contexto de guerra y crisis internacional por la escasez de alimentos y el aumento del precio de los combustibles, el mandatario destacó el rol estratégico del país como proveedor mundial. También describió el potencial energético: “Contamos con la segunda reserva mundial de shale gas y la cuarta de shale oil”.

El grupo integrado por dos de las potencias más grandes del mundo, China y Rusia, tiene un fuerte peso geopolítico y económico en el escenario internacional. Representa el 42% de la población mundial y el 24% del producto bruto global.

Si Argentina lograra ingresar al BRICS también podría acceder a mayor financiamiento externo a través de su Banco de Desarrollo (BND). La entidad financiera es clave a la hora de apuntalar los déficits de infraestructura y desarrollo sostenible para los países emergentes.

Se espera que durante el 2023 Argentina logre su incorporación. Un ingreso que estuvo trabado, particularmente, por la negativa del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. La expectativa está puesta en un eventual triunfo de Lula Da Silva el próximo octubre. Esta situación favorecería mucho más los objetivos del gobierno argentino. 

El conflicto bélico en Ucrania también desvió la atención. Aunque el fortalecimiento del BRICS no se frenó. En este escenario internacional se está construyendo un nuevo orden que tiene a la principal potencia comercial, China, como el armador central del juego. Argentina también muestra sus capacidades en este partido tras su ingreso a la llamada Ruta de la Seda. Hay motivos para pensar en BRICSA.