En la elección general de octubre el pueblo decidió que habrá balotaje, lo que no sabía era que “de facto” se iba a modificar una de las listas que competirán por la presidencia, añadiendo con fórceps un pseudocandidato más a una de las fórmulas: Mauricio Macri. El pacto Milei- Bullrich- Macri rompió el PRO, sepultó Juntos por el Cambio y modificó el escenario electoral.
Así como fue un error que JXC pensara que el ganador de su interna Bullrich- Larreta sería por decantación Presidente, también lo fue que Javier Milei descontara que él iba a ser indefectiblemente el elegido, quizás incluso, en primera vuelta. Ahora ese riesgo lo corre Sergio Massa. Hay un clima político general, y en Unión por la Patria en particular, de que el balotaje ya está resuelto. Como siempre se dijo, éste es otro partido y recién los dos candidatos están precalentando.
Es cierto que uno se entrenó mejor, está más preparado y tiene más experiencia que el otro. Además, Milei no puede contenerse así mismo, más aún cuando hay algo que no sale como él esperaba.
El factor anímico empezó a jugar un rol clave en la campaña. A un sector importante de la sociedad le llama la atención el comportamiento de Milei en los sets de televisión ante periodistas que son de “su palo”, que lo protegen, que le hacen la campaña. Eso hace pensar cómo reaccionaría ante un Jefe de Estado de otro país que no acuerde con sus dislates: “Tiene indicadores de que está en una franca inestabilidad emocional, de fantasías persecutorias, paranoides. Por eso está a la defensiva, por eso la violencia, porque todo lo percibe como un ataque. Tiene muy baja tolerancia a la frustración. Todo lo que no sale como él piensa, se transforma en una herida narcisista. Tiene pensamiento mágico omnipotente. Todas características de los cuadros borderline, que van y vienen de posiciones psicóticas y después se compensan. Rasgos muy psicopáticos que cuando se descompensan aparecen más paranoicos,” según describió la doctora en Psicología Gabriela Dueñas para Agenda Sur. Más allá de lo médico, que escapa a este periodista, es llamativo que utilice analogías sexuales, especialmente con niñas/os, para explicar cualquier tema. El concepto de “idoneidad” para ejercer un cargo público lamentablemente no contempla los estados de inestabilidad grave, como se presenta en este caso.
La baterista Érica García, una exvotante suya, aseguró: “Chicos: lamento decirles que después de ver la entrevista de (Esteban) Trebucq a Milei, decido no seguir apoyándolo. No necesito explicar nada, simplemente véanla”.
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El voto neutral
“La neutralidad beneficia a Massa” se instaló mediáticamente, idea que refuerza la nueva Alianza entre La Libertad Avanza y una parte del PRO. Es sencillo: si sólo votaran a uno de los candidatos quienes ya lo hicieron en la primera vuelta, Massa obtendría 6.70 % más que Milei (36.68 contra 29.98). Pero esta lectura tan elemental tiene dos condicionantes que deber ser contemplados: 1. Votan todos y todas quienes lo hicieron por otros candidatos, y algunos más que podrán sumarse por ser una elección definitoria. 2. Por ahora “va arriba Massa”, pero si quienes lo votan a desgano, “tapándose la nariz”, sienten que ya ganó, pueden decirse: “Mi voto no lo necesita y a mí mucho no me gusta, voto en blanco o impugno y me quedo tranquilo”. Ya hubo dos sorpresas, no hagamos nada para que haya una tercera.
Desde el triunfo del 22 de octubre, Massa dio un excelente discurso, con serenidad y humildad, sabiendo que no tiene los votos asegurados, que muchos lo votan como el mal menor. Luego se presentó ante la prensa internacional. Al día siguiente estuvo con los intendentes de la pcia. de Buenos Aires. Más tarde, con 19 de los 24 gobernadores, no sólo oficialistas, sino algunos de partidos provinciales que decidieron apoyarlo (Río Negro, Neuquén, Salta, Misiones). Construye la imagen de un Presidente, transmite tranquilidad entre tanto desorden, habla de los temas que le interesan a la gente (precios, salarios, seguridad, obras para el futuro). Promete y demuestra unidad nacional, en síntesis, construye poder.
Por el otro lado, Milei se contradice a sí mismo, “suma” a quienes insultó la semana pasada. Se lo ve nervioso. Borran a dirigentes que eran portavoces de sus propuestas más disruptivas (Ramiro Marra, Lilia Lemoni, Alberto Benegas Lynch, entre otros).
Pero reapareció Mauricio Macri con la última bala que le queda. Quemados Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich por él mismo, ahora va por el candidato que más y mejor expresa sus ideas, aun las que Macri no se animó o no pudo implementar en su gestión. Le echó nafta a Milei para que llegue y al fuego de JXC para que implosione. ¿De dónde la sacó? De su odio al Peronismo… y de los surtidores; casualmente hay desabastecimiento: Gabriel Bornoroni es diputado electo por la LLA, presidente de la FECAC, una federación que agrupa a las estaciones de servicio de la provincia de Córdoba, y hasta hace poco tiempo también presidía la CECHA, la poderosa Confederación del Comercio de los Hidrocarburos de la República Argentina.
Antes de las elecciones generales, Milei intentó profundizar la corrida cambiaria y extenderla a una bancaria; le salió mal y le generó un costo político que pagó. Ahora intenta este desabastecimiento, pero cuidado, que detrás está Macri, quien sabemos es capaz de cualquier cosa. Como humillar a “su” excandidata para que apoye a Milei. ¿Qué le habrá presentado a Patricia Bullrich para que haya aceptado semejante defección pública? De aquí a las elecciones seguramente “pasarán muchas cosas”.
La UCR, los gobernadores de JXC, la Coalición Cívica, buena parte del PRO y los sellos de Graciela Ocaña y Miguel Pichetto le dijeron que no: “Nunca Milie, es el límite”. Esos votos en blanco sí suman, porque vienen del otro palo. Particularmente los que pesan verdaderamente: los de los gobernadores, los de Larreta y la voz de Elisa Carrió. En Corrientes gobierna el radical Gustavo Valdés. En las PASO había triunfado JXC y Massa y Milei habían empatado con el 29%. Ahora Massa salió primero y le sacó 10 puntos a Milei. Difícil explicarlo si no hay algún acompañamiento local.
Ni a la UCR ni a Massa le convienen acuerdos de cúpulas, visibles; sí por abajo, en el territorio. Si Massa fuese Presidente, la UCR quedaría posicionada como la oposición más importante. Volvería a ser el principal partido que se enfrenta al Peronismo, como hace mucho no sucede. Los radicales ahora tienen otro estímulo: dejar a un lado, y para siempre, a una persona que siempre los ninguneó, y que se alió con alguien que los insulta y descalifica. Empezaron bien, no firmaron el pacto Milie- Bullrich- Macri.
A 40 años del fin de la dictadura cívico- militar; a tres semanas de que se decida el futuro de los próximos años, por tanta lucha y vidas entregadas y por la Democracia recuperada, “Nunca más Milie- Macri”. Si Milei ganara, no habría presente ni futuro democráticos.
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