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Venezuela – Colombia: la delgada línea roja

La frontera entre Colombia y Venezuela es nuevamente escenario de un conflicto armado. Los combates en el estado fronterizo de Apure ya cumplen dos semanas. Las fuerzas venezolanas enfrentan en su territorio a un presunto grupo armado colombiano.

Estos enfrentamientos ya provocaron el desplazamiento de más de 5 mil personas hacia la Arauca, zona limítrofe del lado de Colombia. Arauca es un lugar de históricas confrontaciones guerrilleras desde la década de los 70. Se caracteriza por ser una zona petrolera, en donde desde hace más de 50 años se asentaron multinacionales. Esto significó el inicio de disputas territoriales con grupos armados y poblaciones originarias del lugar. De acuerdo a un informe de la ONU, en esta zona no se registra actividad vinculada al narcotráfico.

La crisis estalló el 21 de marzo cuando residentes del municipio venezolano de La Victoria oyeron bombardeos y se vieron forzados a dejar sus casas y a migrar hacia el país vecino. 

El gobierno de Nicolás Maduro asegura que desde entonces, se enfrenta a un grupo armado colombiano, vinculado con el narco terrorismo, que cuenta con la protección de Bogotá. Caracas va más allá y denuncia que hay un plan de Estados Unidos para balcanizar esta región, con el apoyo del gobierno de Iván Duque. Desde hace 20 años Venezuela reclama acciones del gobierno colombiano para desactivar los conflictos en la frontera.

Para el gobierno de Duque, se trata de un pase de factura de insurgentes disidentes a Caracas, por su presunta complicidad con la facción del ex dirigente de las Farc, Iván Márquez, quien rompió con el acuerdo de paz en 2019. Caracas siempre ha negado su vínculo con estos grupos. 

Bogotá acusó al gobierno venezolano de aliarse no sólo a Márquez sino también al Ejército Nacional de Liberación (ELN), con el propósito de controlar la unidad de mando en las rutas del narcotráfico. 

Este conflicto coincide con una nueva escalada de violencia en Colombia. Para la oposición, Duque está haciendo fracasar el acuerdo de paz. La ONU advirtió que en 2020 más de 25 mil personas fueron desplazadas, ante el avance de los grupos paramilitares y el desmonte de las tierras para plantaciones ilegales de droga. Colombia sigue siendo el principal exportador de cocaína del mundo. 

Un acuerdo entre Caracas y Bogotá parece casi imposible. Ambos países rompieron las relaciones diplomáticas desde que Colombia reconoció al opositor Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela en enero de 2019. En este contexto, otra crisis humanitaria aparece en la escena de Colombia, un país azotado por la violencia desde hace más de medio siglo.